Globos de todos los colores flotaban en la sala.
El ruido endulzaba la habitación.
Elías le había preparado una pequeña fiesta sorpresa.
Martín y Javier le contaban chistes, con el fin de hacerla sonreír.
Elías le había preparado una torta, cubierta de chocolate.
Mentira.
María José la había hecho, ya que la de él se había quemado completamente.
(Se la olvidó en el horno).
Paola, le regaló una botella de vino, guiñándole un ojo.
(No captó la indirecta).
Era el momento de soplar las veintitrés velas.
Cerró los ojos con fuerza, pidiendo un deseo.
Sirvió vino en dos copas.
Abrazó sus rodillas.
"Me gustó mucho el regalo" le dijo ella.
Levemente, él le dio una negativa.
"Ese no era el regalo"
Andrea arrugó el entrecejo.
Elías dudó un momento.
Rascó su nuca.
Pasó una mano por su cabello, desenredándolo.
Mordió su labio.
Y finalmente, con la suma rapidez, se acercó demasiado.
Uniendo sus bocas.
En un suave movimiento.