Abrió un libro viejo.
Y se llevó una sorpresa.
De allí, cayó una foto, como hoja seca en otoño.
Tenía miedo de voltearla, ya sabía quien era.
Ella tenía fotos de él, ocultas, en todas partes.
Lo extrañaba.
Tanto, tanto.
Lo observó por un segundo.
Esos labios.
Esas pecas.
Esos ojos.
Acercó la foto al corazón partido dentro de ella.
Llenó su pecho de oxígeno.
Y no pudo acallar el llanto.