Capítulo 1

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Soy tan feliz, hoy es mi aniversario numero 4. Sonrío tontamente frente al espejo de cuerpo entero mientras cierro mi vestido rojo pasión. Me aliso la tela que se pega a mis curvas.

Me encanta este vestido, lo compre la semana pasada y para mi felicidad estaba en oferta, no es que me falte el dinero es solo que en verdad lo quería y con descuento mas.

Miro mi reflejo y giro para ver que todo este en su lugar. El vestido es ceñido al cuerpo, en la parte de arriba el escote es redondo dejando ver un poco mis pechos, de tirantes delgados, tiene un corte en la espalda baja también redondo. Me llega hasta unos dos dedos sobre las rodillas, es realmente cómodo pero sobre todo sexy.

El color rojo no es de mis preferidos pero a mi amado marido le fascina verme usarlo y como hoy es un día especial, me gusta complacerlo.

Camino hasta la cama y me siento en el borde para colocarme los zapatos negros de tacón, me gustaron por ser cómodos y tener unas pequeñas estrellas rojas sobre el tirante donde se cierran.

Camino de regreso al espejo y acomodo mi cabello que para mi fortuna se esta portando bien ya que de ser esponjado ahora cae en unas hermosas ondas negras.

Reviso mi maquillaje y veo que esta todo en orden.

-Ya estas lista nena- le digo a mi reflejo con una enorme sonrisa.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras hasta el comedor, miro el reloj. Mi marido llegara en media hora aproximadamente.

La casa esta muy callada, es extraño ya que en un día común me hubiera encontrado con Clara, la ama de llaves, aun recuerdo cuando me case con Francisco y lo conocí.

El día siguiente de la primera noche que pase aquí como la señora Montemayor, me encontré con una Clara con ojos rojos y las nariz del mismo color. Al principio la note muy cortante hacia mi, creí que había hecho o dicho algo que la ofendiera pero minutos después fue a buscarme y con ojos llenos de lagrimas se disculpo "Por favor perdóneme" me había dicho "No quiero quedarme sin trabajo, tengo un nieto que mantener"

Yo no entendía nada, pero ella me explico que tenia miedo de ser despedida ahora que había una señora de la casa. Mi primer impulso fue reírme y después le explique que jamas la echaría de la casa, ella seguiría siendo la ama de llaves pero ahora la ayudaría a ella, la nueva señora, de entender el funcionamiento de la casa. Ella asintió y le di un efusivo abrazo que la dejo llena de sorpresa.

Nos hicimos grandes amigas, yo la aprecio mucho y a su nieto también, es una lastima que su hija hubiera muerto en un accidente de coche y lo peor que no fue provocado por ella, cuando le pregunte por el padre del niño ella dijo que no lo había querido reconocer así que ella tenia la patria potestad del menor.

En fin sonreí ante el recuerdo y comencé a organizar todo para la cena. Fui a la cocina y saque la vajilla blanca francesa, regalo de uno de sus amigos en nuestra boda, y la coloque en el comedor de caoba el cual amaba en cuanto lo vi supe que era para mi y Francisco me dio la sorpresa un día llegando a casa.

Coloque dos velas rojas en el centro, puse los cubiertos y las servilletas, todo estaba listo, solo faltaba la comida. Gracias a dios Clara me había ayudado a prepararlo todo, soy honesta la cocina no es mi fuerte pero se defenderme aunque hay platillos que de plano no se hacer.

Fui a la cocina y respire hondo, mi nariz percibió ese aroma delicioso de las especias que había utilizado para cocinar. Porque Clara me daba las instrucciones y yo lo preparaba.

Verifique el horno, aun le faltaban al menos 10 minutos, así que regrese a la sala, busque buena música que pudiera ambientar esta noche. Encontré mi IPod y busque alguna canción, cuando le di play el sistema reprodujo Happy de Pharrell Williams y me eche a reír, bueno era una canción muy alegre, muy feliz y es así como se sentía ahora.

Un Error del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora