Un Error del Amor

Capitulo 14

-Si haces algún movimiento, podríamos poner a Daphne y a las demás mujeres en peligro- susurra John.

Cuando vi la imagen de mi esposa en esa pantalla y con su embarazo tan avanzado... Dios mio, me quiero morir.

-Solo hay una forma de sacarla de aquí Francisco, no nos arriesguemos a que algo nos salga mal- dijo John mientras me sujetaba del brazo y me obligaba a sentarme otra vez.

La voz en la pantalla continuo con su discurso pero yo... yo solo tenia en mi mente la imagen de mi esposa... de mi Daphne.

A pesar de todo, seguía hermosa. Su cuerpo había cambiado por el embarazo, su cabello negro estaba sin brillo, al igual que su mirada.

El verla de esa manera... trague saliva, respire hondo y me dije a mi mismo que no dejaría que nada les pasara, a ella y a mi bebe...

-Vamos hermano, necesito que te enfoques- dijo Fernando a través del auricular, trayéndome de nuevo al presente.

Asentí a John y ambos nos pusimos de pie, abrochándonos nuestros sacos y esperando nuestro turno para que algunos de esos meseros nos condujeran a nuestro lugar.

Veíamos como eran llevados a través de un pasillo, escoltados por un mesero.

Cuando llego nuestro turno, caminamos detrás del joven, que por lo que se lograba ver no era mayor de 25 años.

-Oye ¿No deberías de estar en casa estudiando o algo así?- pregunte viendo como el joven se tensaba pero sin ganas de responderme.

Pasaron varios segundos mientras caminábamos por el pasillo pintado de negro, cada metro había una puerta enumerada como B1, B2... pero en algunas alcance a ver que decía MB100 o MB101...

Seguí sin respuesta hasta que me hice el ofendido. Sujete del brazo al joven y lo voltee hasta que lo tuve frente a mi.

-¿No vas a responderme?- pregunte altanero.

Los ojos del muchacho lucían cansados y opacos, como si estuviera ido.

-Lo siento señor, pero tengo prohibido hablar con los clientes- se inclino de manera respetuosa y siguió guiándonos.

Llegamos una una puerta que decía BC1002, el joven la abrió y nos presidio encendiendo las luces para que entráramos.

Era una habitación pequeña, estaba acondicionada con dos sillas de piel negro y una mesita baja que a la vista parecía de buena calidad. La alfombra era de corte bajo y negra, cubría todo el suelo, sobre la pared hay una enorme pantalla plana de al menos 50 pulgadas o mas, en el centro aparece la misma palabra que vimos al inicio.

Cuando menos lo espero, solo nos encontramos en la habitación John y yo.

La pantalla comienza a parecer un hombre con un antifaz negro, al parecer el sera el moderador.

-Bienvenidos- dice el sujeto -Esperamos que sea de su agrado y que cada unos de ustedes se vayan con las manos llenas- el sujeto se ríe y yo solo quiero partirle la cara.

-Tranquilo hermano- dice Fernando - Pronto le podrás tumbar todos los dientes.

Asiento y tomando mi botón del saco tomamos asiento frente a la pantalla, esperando a que comience este infierno.