Por un instante, Aomine tuvo una reproducción regresiva de toda su vida, como si fuese su último momento. Su corazón empezaba a palpitar de manera anómala, sus manos estaban sudorosas sin que él mismo se percatase.
-¿Eh? ¿Aomine-san verdad?
Ante la ya sonrisa nerviosa de Kagami, algo le hizo regresar a la realidad, no podía quedarse de pie mirándolo patéticamente. Trato de sacar todo lo mejor de sí, y de manera algo nerviosa pero entendible, le dijo:
-¡Hola! Kaga-ch...digo Kagami-san, soy su fan.
-Mucho gusto, disculpe por venir sin avisar, pero le debo una disculpa por lo de la otra noche.
Aomine, casi temblando solo se limitaba a asentir nerviosamente; se percató de que la voz de Kagami era aun más dulce de lo que sonaba en las grabaciones, se preguntaba cómo podía hacer notas graves tan largas, con esa voz tan angelical. No se había percatado, pero en un rápido vistazo vio el atuendo de su ídolo, era un overol de mezclilla de color rojo y una camiseta blanca por debajo, que dejaba ver sus fornidos brazos, además andaba guindando del cuello unos audífonos negros de los grandes.
-Esto....Le traje un pequeño obsequio como parte de la disculpa-Tras decir esto, se inclinó y puso de frente la bolsa que traía.
Aomine, no lo podía creer, creyó marearse un poco por unos instantes, por lo que se sostuvo con fuerza del borde de la puerta. "KAGAMI SE ESTABA INCLINANDO" pensó de forma alarmada.
-¡NO NO TIENES QUE DISCULPARTE!....Yo...soy indigno de tu disculpa-Dijo esto último con una volumen apenas audible.
Ante la repentina voz fuerte del moreno, el cantante adoptó una posición erguida en instantes, notó que Aomine estaba extremadamente sonrojado, e incluso que sudaba de forma abundante.
-¿Se siente bien?
-¡SI!
-Bueno, creo que la dejaré con usted. Realmente me sorprendí mucho cuando ocurrió el incidente. ¡Gracias por su apoyo!
A duras penas, Aomine logró extender sus manos y tomar la bolsa, que parecía algo pesada. Al ver que el pelirrojo, daba media vuelta y se marchaba; una voz dentro de sí le empezó a replicar. "¿Vas a dejar que se vaya?" "Ni siquiera lo invitaste a entrar" "Creerá que eres tan tímido, que no puedes hablar en condiciones" "Ten más confianza, así nunca podrá pasar nada en tu vida".
-¡ESPERE!...Espere...Kagami-san.
El cantante quien ya estaba caminando para bajar las gradas, se volteó al escuchar la voz del chico.
-Por favor, quédese un momento más- Dijo el peliazulado, inclinándose como si pidiese un favor.
-¡Claro! ¿Por qué no?
Nuevamente, de forma nerviosa el moreno, un poco más calmado, dio paso al cantante para que ingresara a su cuarto, cuando él pelirrojo le paso de cerca, pudo oler con claridad el perfume del chico de piel acaramelada, un olor como a ciprés, era un nuevo dato curioso que quizá solo Daiki sabía en todo el mundo.
-¡Siéntese por favor!...Prepararé algo de té- A prisa, recogió las latas de cerveza y su computadora, llevándolo todo con trabajo.
Al ver lo nervioso que se veía el joven recogiendo, además de las intensas miradas que Kagami fingía no notar, una sonrisa se dibujo en la cara del pelirrojo, en verdad le parecía un fan muy adorable.
Mientras tanto, Aomine buscaba el té; un segundo después recordó que le había traído un obsequio se moría por verlo y más aún, pensaba como podría conservar aquel tesoro que solo él en todo el mundo tenía. Se le ocurrió que también debería pedirle un autógrafo, ya que es difícil obtenerlo en los eventos de firmas.
-¿Quieres que te ayude?- Exclamó el cantante, desde su posición frente a la pequeña mesa.
-Usted no se preocupe.
-Tranquilo, no tienes que ser tan formal. Igual probablemente seamos de la misma edad, no tiene que hablarme de manera tan estricta.
-Pero....
Una vez servido el té en la mesa, el chico de mejillas coloradas, se limitaba a ver como bebía el pelirrojo, se percató que tenía unos labios gruesos y carnosos, pensó entonces en lo suaves que se veían y deberían ser. Había puesto, la bolsa sobre la mesa, quería verla, sin embargo, le daba mucha pena abrirla.
-¿Aomine-san, su té no se enfría? Tranquilo, no tiene que estar tan nervioso, ahora no soy el chico de la tarima, soy solo Kagami.
-¡SSSSI!
-¿Le gustaría abrir el obsequio?-Dijo un sonriente Kagami, en verdad, se moría por ver la reacción que tendría Aomine, ya que le parecía muy divertido.
Casi en transe, el chico sacó el contenido de la bolsa, era un pañuelo azul oscuro, atado con unos cuantos nudos. Sus manos apenas y podían contenerse de la emoción, era la primera vez, que quería abrir tan emocionadamente un presente. Sin embargo, a vista de Kagami, parecía que le costaba deshacer los nudos.
-¿Te ayudo?-Al decir esto, se acercó a Aomine, colocando sus manos justo al lado de las del chico nervioso. Debido a la repentina acción, este último, se echo a un lado instintivamente, como si se hubiese asustado.
-¡Mira ya lo logré sacar!- Dijo Kagami, obviando la anterior situación, ya que sabía que si le preguntaba algo, simplemente sería mucho más problemático para el otro.
-¿Son galletas?-Dijo fascinado, como creyendo que no eran para él.
-Sí, las hice a mano.
Al enterarse de esto último, el moreno no pudo evitar que sus ojos se pusieran vidriosos, esto era más que un sueño; de verdad sentía que amaba a Kaga-chan más que nunca, quería realmente expresarle lo que sentía, realmente conocer al real fue lo mejor que le hubiese pasado, era alguien maravilloso.
-¿No las vas a probar? Me gustaría saber que te parecen.
Ante la sonrisa del chico, Aomine no pudo evitar la invitación, de verdad quería saber cuál sería el sabor de aquellas galletas hechas por un dios, pero reflexionó, antes de comerlas debía capturarlas. Ante el asombro de Kagami, el chico moreno, sacó el celular de su pantalón y le tomó algunas fotografías al regalo. Lo guardo, y entonces sin más miramientos, empezó a comer una de las redondas galletas.
-¿Y bien?
Una lagrima empezó a caer sobré la mejilla de Aomine, para él aquella galleta, tenía un sabor indescriptible, quizá lo más rico que había probado en su vida; agacho sagazmente su cabeza, para que el pelirrojo ahora sorprendido, por la inusual reacción, no viera que una segunda lagrima estaba punto de caer. Rápidamente, se agacho tocando su cabeza con el suelo, sin decir ni una palabra.
-¿Aomine-san?- Preguntó Kagami algo preocupado.
-¿TE GUSTARÍA SALIR CONMIGO?
-¿EEEEEh?

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Rock me baby! [AOKAGA]
أدب الهواةUna historia llena de conflictos, romance y un poco de humor; protagonizada por Aomine, un joven quien a pesar de sus propios problemas, encuentra inspiración en la música. Además de ser un fanático de W.B. la banda de rock local, liderada por Kaga...