Track 4

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El ambiente, estaba en un estado silencioso, bastante pesado, no existen palabras para describir aquella incomodidad entre los dos chicos. Aomine, estaba tan apenado, que sus lagrimas ya no eran de felicidad, si no de una increíble tristeza, la cual repentinamente, le invadió luego de recapacitar en las palabras que solo hace unos instantes salieron de su boca.

Quizá incluso, aunque se disculpará al respecto, nada iba a cambiar, realmente lo había arruinado todo, "lo más seguro, era que Kaga-chan terminará odiándome", pensó decidido el chico antes de lanzarse a preguntar cualquier cosa. Meditaba, sobre el problema acá: No era natural confesársele a alguien, con quién acabas de hablar por primera vez ¿Verdad? Y más aún, cuando esa persona es la primera vez que te nota. Pero si soy yo quién si le conoce, sabe todo de él ¿Entonces cuál es el problema? ¿Qué es lo que hice mal?

-¡LO LAMENTO!-Espetó a grandes voces el chico de cabello azul, quién aún tenía su cabeza golpeando el suelo.

-¡Oh! Mira lo tarde que es ya. Disculpa Aomine-san, por lo del otro día, me alegra saber que te gustaron las galletas. ¡Prometo volver a verte de nuevo!

-¡Eeh! De verdad lo lamento- Dijo el moreno, levantándose del suelo y reincorporándose a su posición erguida.

-Bueno, gracias por tu amabilidad-Exclamó una vez más el pelirrojo, con una cara sonriente, mientras abría la puerta, dejando entrar el frío que era aún más intenso. Sin pronunciar ninguna otra palabra, cerró la entrada de la habitación y se marcho.

Aomine, sin darse cuenta estaba llorando tormentosamente, se sentía como un idiota, estuvo por primera vez frente a la persona que más admiraba, fue una noche increíble, pero todo aquello, una sola frase se lo trajo abajo. Cuando ocurrían estas cosas, era entonces el momento, en el que una fuerte depresión le sobrevenía. A veces se sentía impotente frente al mundo, incapaz de poner la cabeza en alto otro día, era como si la felicidad le mordiese los pies y cuando al fin la lograba atrapar se escabullese de entre sus manos.

Más sosegado, pensó en tantas cosas, mientras miraba hacía el techo, durante un rato, acostado sobre el tatami y con sus brazos extendidos. En que no le pidió el autógrafo, en la posibilidad de que volviera, qué iba a hacer con las galletas, quería comerlas pero a la vez no; pensaba en lo guapo que era, realmente al natural era una belleza, sus ojos rojizos parecían hechos de alguna gema que brillaba siempre, incluso con poca luz. Volvió a pensar en sus labios, en como cuando se reclinaba un poco, el overol dejaba que se viera más de su pecho, el cual era visible a través de la camiseta; meditó en como el pezón resaltaba, el mismo que había visto desnudo en el concierto.

Mientras pensaba en esto, una mano traviesa, se posaba sobre su entrepierna, frotando lentamente sobre el pantalón. Torpemente con su mano libre, buscó una de las galletas sobre la mesa, y la empezó a oler intensamente, pensando al mismo tiempo en Kagami mientras la cocinaba; qué ropa llevaría puesta, cuánto habrá durado; la galleta tenía un color que le recordaba el tono caramelo de la piel de su ídolo.

Debido a la incomodidad de su erección, la dejó libre lentamente, mientras lamía la punta aquella redondeada galleta. Su pene, de color chocolate, estaba ahora al aire, tan ansioso, que incluso ya había soltado un poco de liquido pre seminal. La mojada punta de la galleta, ahora se desmoronaba en su boca, mientras Aomine disfrutaba del fuerte sabor a canela y azúcar. Su mano, masturbándolo, se movía con frenesí buscando la eyaculación.

Mientras gemía, sentía el latente sabor en su boca y sus dedos acariciando; subiendo y bajando sobre el miembro hinchado. Ahora la galleta, con un tercio ausente, estaba recorriendo bajo la camisa de Aomine sus pezones duros y sus abdominales marcados. Sus caderas, intensificaron su baile y el hermoso chico, se disponía a liberar su carga, por lo que terminó por poner la dichosa galleta en su boca, mientras pensaba como tocaba a Kagami, por resultado, su semen salió disparado, bañando su ombligo.

Sudoroso y con las mejillas coloradas, el moreno, aún con los ojos cerrados terminó por comer la deliciosa receta casera, que era para él, una especie de afrodisiaco. Inhaló y exhaló con fuerza, se volteó sobre su costado, mirando fijamente con sus ojos azules, en dirección a la puerta, pensando una vez más en lo patético que fue, arrugó el entrecejo.

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-Kagami-kun ¿Lograste contactar con el dichoso chico de la tercera fila?-Le preguntó Imayoshi, mientras le rodeaba con su brazo. Acomodando son su mano libre, sus gafas negras.

Ante la pregunta, Taiga, instintivamente, se apenó tanto, que sus mejillas estaban coloradas. En realidad, lo que le daba vergüenza, fue la inesperada confesión, sincera y directa por parte del fan.

-¿Eeeh? ¡Se está poniendo colorado!-Exclamó Wakamatsu, desde una esquina.

-¡Callate!...Es solo qué recordar el incidente, me da vergüenza- Replicó Kagami, mientras esquivaba la mirada.

-¡Pero si ya te disculpaste no tienes de que preocuparte!-Le dijó Sakurai con cierto tono despreocupado.

-Siempre tan serio nuestro Kagami ¿O será qué algo más ocurrió?-Dijo esto último casi susurrado, mientras acomodaba nuevamente sus gafas.

Del sobresalto, el pelirrojo, alejó a Imayoshi. No volvió a pronunciar palabra y se quedo por un instante dubitativo. Si aquel chico se le confesó, él aún no le había dado una respuesta, no es como si pensará sobre salir o algo así, pero le preocupaba parecer una persona insensible, que ignoraba una confesión, y más aquella tan espontanea, apasionada. Al recordarlo le daba vergüenza ajena, él nunca se podría confesar de esa forma.

Tenía que darle una respuesta, pero no una apresurada, quizá debería conocerlo...Esa era la solución, si trataba de ser su amigo, se daría cuenta de quién era realmente y le podría rechazar adecuadamente ¿Y si no?... Nuevamente Kagami estaba colorado.... ¿Qué pasaría si era una persona realmente maravillosa?... ¿Saldría con él? De solo pensar en la idea, un Kagami tímido aparecía, su corazón palpitaba rápidamente y su mente se tornaba confusa.

-¿Realmente me... terminaría...gggussta...ndo?- Dijo murmurando para sí, de forma apenada.

-¡Kagami está enamorado!-Dijo burlescamente Imayoshi.

-¡Cállate!


Rock me baby! [AOKAGA]Where stories live. Discover now