Track 10

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Tanto las visitas de Kagami, como las conversaciones por mensajes, empezaron a volverse muy frecuentes, de vez en cuando Aomine se jalaba sus cachetes, para asegurarse que no era un sueño. Este último, había cambiado muchísimo, su actitud con respecto al pelirrojo, no era que lo hubiera dejado de desear como antes o mucho menos de admirar, pero la proximidad que tenía con él, hizo que los nervios extremos que en principio tenía, se disiparan casi por completo. Lo único que no podía evitar, era ser innecesariamente respetuoso a la hora de hablarle, aunque el cantante, le insistía siempre que las formalidades sobraban.

Por otro lado, con sus amigos, era muy presumido, en especial con Ito, siempre le restregaba cualquier actividad que llevaba a cabo con Taiga, por más sencilla que fuese; desde que Kagami se ofreció a lavar sus trastes, se había quedado a dormir un par de veces más, que le había prestado ropa, la cual ahora era un tesoro y no se usa, entre otras miles de cosas, insignificantes para otros, pero sumamente sagradas para el par de fanáticos.

Lo único que le incomodaba a Aomine, era su fuerte deseo sexual por Kagami, había dado mil gracias, todas las veces en las que Kagami, no se había enterado de las fugaces erecciones que le provocaban muchas acciones del chico. Encontrarlo cambiándose por accidente, aunque fuera solo verlo con una toalla alrededor de la cintura, era un fuerte impacto para el chico de mirada azul, el otro por su parte, era como si no notará para nada esa parte de su nuevo amigo.

Por otro lado, la felicidad del moreno, se incrementó, en cuanto se enteró que Taiga no estaba saliendo con nadie, que en realidad no tenía ningún tipo de inclinación específica por algún sexo y que no estaba anuente a encontrar a la "persona especial". Sus posibilidades realmente eran altas, sin embargo, nunca volvieron a tocar temas como sus sentimientos hacía él, lo de aquel beso, ahora muy lejano y eso de una u otra forma les inquietaba a los dos, era como si por el trato cotidiano, esa parte se hubiese enterrado.

Las prácticas, estaban funcionando de maravilla, Taiga le visitaba casi todos los fines de semana, notaba lo capaz que era Aomine, en un par de semanas ya podía hacer acordes complicados no solo en la acústica, en la eléctrica también, el bajo le costaba un poco más, pero era cuestión de una mínima cantidad de tiempo adicional, para que logrará tenerlo bajo control. Ante los ojos de Taiga, Aomine era una especie de compañero, pero rival al mismo tiempo, ya que realmente le parecía un genio, porque no solo era la parte técnica, la interpretación era especial, tenía una especie de don, en donde lograba tanto la ejecución como el sentimiento.

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-¡Aló!

-Daiki, tanto tiempo...

-¿Ah? Madre, es usted, un placer oírle de nuevo.

-Sí, ya ha sido bastante desde la última vez que te comunicaste con nosotros.

-¿Y cómo ha estado?

-Bien... Sin embargo, tu padre ha estado algo mal de salud.

-¿El viejo? ¿Le pasó algo grave?

-Se dislocó la cadera, mientras atendía en el negocio, no es de gravedad, sin embargo por ahora va estar hospitalizado.

-¿Por cuánto tiempo?

-El médico, aún no ha dado una fecha de alta, sin embargo, al menos un par de meses...

-Ya veo, en cuanto pueda iré a visitarlo...

-Se que hace mucho tiempo te independizaste de nosotros, por lo que la verdad había pensado mucho sobre hacerte esta llamada...

-Ustedes son mi familia, por supuesto que podemos hablar cuando sea...

Rock me baby! [AOKAGA]Where stories live. Discover now