Capítulo 18. -Parte 1.-

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(Espero que os guste mucho este último capítulo.)





"Querida y odiada Alana, el tiempo pasa lento, y mis ganas de tenerte entre mis brazos aumentan por segundos, voy a cumplir mi promesa, solo te pido paciencia."





Desde el incidente que hubo con la escapada de Kai y Alana hubieron muchos cambios en casa, drásticos. Malú puso rejas en las ventanas de todas las habitaciones para que no pudiese salir ni entrar nadie. Era peor que una carcel. 


También, a parte, Malú siempre iba a buscar a Alana a las puertas del instituto, y no le dejaba salir mucho entre semana, y si era con Pikake aún menos. 

Malú estaba tan enfadado todavía que se le pasaba más de una vez despedir del trabajo al marido de Paola, que trabajaba en la empresa desde hace mucho. Él solo quería quitarse de encima a toda esa familia de 'despojos', como solía llamarles a las espaldas.


Inoa intentaba que estuviese de buen humor, pero había perdido total confianza en sus hijos, y estaba en un momento en el que no sabía qué hacer.

Pero Malú tendría el poder mientras ellos viviesen bajo su techo.





Llegó un Sábado cualquiera, o no tan cualquiera, porque era el cumpleaños de Alana, al fin tenía los dieciocho, como había estado esperando desde que Aris se fue hace un mes y medio.


Ella ni se acordaba de ese día, todos le aconsejaban que no pensase en el tema y así todo pasaría más rápido como ella deseaba. 

Se moría de ganas de irse de esa casa, no porque no quisiese a su hermano y a su padre.

Sino porque Malú ya ni la podía mirar a la cara, y apenas había comunicación entre los recidentes de la casa. Ya nada era como antes, ya no eran una familia. 


Kai decía que todo mejoraría cuando Inoa se mudase a la casa, quizás sería así, pero ella no se quedaría para averiguarlo.




Kai y Pikake entraron en el cuarto con mucho silencio, y de un momento a otro comenzaron a gritar despertando de sopetón a Alana, que estaba confusa y aterrada. 


Los chicos tenían en la mano una tarta grande de color naranja, seguramente de zanahoria, seguro que lo hizo la madre de Pikake, se le da genial cocinar. 

Kai tenía en la mano una caja envuelta en papel de regalo.


La chica sonrió porque ya sabía de qué iba todo esto. Comenzaron a cantar muy alegres el cumpleaños feliz.

Querido y odiado Aris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora