Capitulo 10

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Alexa's POV

Las palabras de Simon aún seguían rondando en mi mente, dejándome sin descanso. He realizado varias hipótesis sobre lo que pudo haber ocurrido pero... ninguna concuerda con las circunstancias.

--- No puede ser posible...- Dije al vacío sabiendo que en aquella habitación no había rastro alguno de vida humana. Aún con escasa luz, podía distinguir aquel marco color miel protegiendo en su interior una de las tantas fotografías que nos hemos sacado.

Pero es que... ¿Cómo no lo supe antes? Poco a poco las diferencias eran notables y los resultados estaban comenzando a tener sentido.

*Flashback de Alex*

--- Alex, puedes pasar. —dijo Simon, por lo que me levante de mi asiento y, recogiendo mi mochila del suelo, caminé hasta adentrarme en una pequeña habitación con un escritorio al lado de una camilla de consulta. Sus títulos estaban colgados orgullosamente en la pared de algarrobo, protegidos por finas maderas color café.

--- Puedes sentarte, si gustas. – Dijo mientras se acomodaba los lentes. Una silla color negro estaba esperando a que la ocupara, acción que no tardó en llegar. Mi mochila volvió a parar en el suelo, sin ánimos de tenerla sobre mis piernas. --- Haz llegado rápido. --- Juntó ambas manos sobre el escritorio, encorvándose hacia adelante.

--- He venido apenas me ha avisado, supuse que tenía algo importante que decirme.

--- Y así es. --- Acomodo sus gafas con nerviosismo. --- Alex, quiero que estés preparada para lo que tengo que decirte.

--- Lo estoy. --- contesté segura de mi misma sin saber lo que venía.

--- A pesar de que me gusta tu seguridad y fortaleza, creo que esto podría pasar sobre ti, --- lo miré extrañada haciendo que sus nervios aumentaran. --- quiero decir... ¿Estas segura?

--- Lárgalo de una vez. --- Estos rodeos inútiles estaban exasperando.

*Relato de Simon*

Yo me encontraba recorriendo uno de los pasillos que conectaban con Urgencias, como me era habitual, hasta que vi a una joven no más de 21 años con un cuerpo en brazos. Al ver la desesperación en sus ojos, supe que debía hacer algo. Corrí hacia ella, con mi bata revoloteando detrás de mí, y comencé a atender a la mujer de mayor edad que se encontraba inconsciente. Rápidamente la coloque en una camilla pero un brazo me llamo la atención desde la derecha.

--- Ayúdala, por favor. --- Me suplicaba mientras sujetaba mi brazo. Sus mejillas estaban empapadas por la desesperación y el miedo y sus labios temblaban a la hora de hablar. --- Es lo único que me queda... --- Esa última frase basto para romperme en mil pedazos de diferentes dimensiones. Sujete su mano y la apreté entre las mías.

--- Lo prometo. --- Y luego me marche hacia la sala donde atendería a la paciente.

Esa misma noche, cerca de la madrugada, logré estabilizarla pero no con buenos resultados. Salí hacia el pasillo, donde la joven me esperaba sin descanso alguno. Sus ojos tenían pronunciadas ojeras y se veía cansada. Tenía las mismas ropas que cuando había llegado, con algunas manchas de sangre en su blusa lila. Su cabello estaba desalineado en una coleta mal hecha y su cuerpo tiritaba de frio. A medida que me acercaba, eran más notorios los caminos de lágrimas secas que cruzaban por la suave piel de sus mejillas. Sus orbes turquesas me observaron con un brillo que nunca antes había visto: el miedo.

--- ¿Co-Cómo está? --- Su voz tembló ligeramente al levantarse de su asiento.

--- Será mejor que nos sentemos. --- Tomé su brazo con delicadeza al pensar que, con tan solo un toque, se rompería en miles de pedazos. La guie hasta que ambos estuviéramos sentados, cara a cara, mientras que yo formulaba las palabras dentro de mi mente para darle la difícil noticia.

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