Capitulo 2

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Acepta salir conmigo por favor, aun no me haz dicho tu nombre.
Christopher.

Este chico no se cansaba, ya habían pasado tres días y aún no me dejaba de llamar o escribir. Estaba demasiado ocupada para salir con el británico ojos grises.

Había intentado audicionar para un musical, no lo había logrado.
Necesitaba experiencia, yo sabia que no iba a tener mágicamente un estreno llegando a Nueva York, así que no espere quedar en la audición, vamos, era broadway. Audicione por arriesgarme y hacer la prueba.
Sin embargo, con ayuda de Mía, una chica bastante agradable que había conocido en la audición; iba a conseguir entrar a una escuela de actuación en el centro de Manhattan.

Ese día estaba aburrida por que aun no conseguía trabajo, tome mi celular y escribí una respuesta rápida.

Si te portas bien, quizás logre decirte mi nombre.
A.

Hasta yo misma me sorprendi por mi respuesta.

Paso por ti a las 9, ¿podrías darme tu dirección ?

Ni loca le daba mi dirección, ese chico de verdad pensaba que se la iba a dar? Ni siquiera le había dicho mi nombre.

Nos vemos en la 2da avenida. No te diré mi dirección, pero buen intento británico.

Me contesto que estaba bien y decidí tomar una siesta, eras las 6:30 cuando desperté y comencé a arreglarme.
No sabia si el chico era de los clasicos, restaurante caro y buena bebida.
O del tipo arriesgado, que te llevan a un lugar privado diciendo que era su lugar especial, me río; porque todos sabemos que ese lugar especial es pura mentira, probablemente paso toda la tarde revisando Google buscando algún parque, bosque o lago.
Me decido por una falda floreada, estaba haciendo un calor horrible últimamente, con una camisa blanca sencilla; un par de stilettos beiges y mi cartera. Mi cabello estaba suelto y liso, aburrido como siempre, por eso lo teñía, para darme algo distinto, por que quien quiere un pelo largo, sin ningún tipo de movimiento y castaño aburrido. No me maquille por que había aprendido, mientras más natural mejor, un poco de corrector y un brillo de labios, gracias a Dios había heredado las pestañas de mi madre.

Camine hacia la 2da avenida que ciertamente no quedaba lejos y cuando lo vi, mi estomago dio un vuelco. No se que le pasaba a mis hormonas cuando estaba cerca de el. Pero no me gustaba lo que sentía.

-Tan guapa como te recordaba A. -Me río por que me llama A, había decidido darle un chance a este tipo. No sabia si eran sus ojos, la camisa blanca de botones que llevaba o esos brazos trabajados los que me hicieron reírme como colegiala y ruborizarme.

-Mejor comienza a llamarme por mi nombre, Cristopher- sonreí y le tendí la mano.- Me llamo Alessia.

-Al fin, esto es una señal divina. - dio gracias al cielo y no pude evitar volver a reírme, tierra llamando a Sia, te haz reído 3 veces como idiota, aterriza y di algo

-¿Me vas a dejar toda la noche parada o que? - se me daba bien lucir como si nada me importara.

El británico, me gustaba llamarlo así, me guío hasta su camioneta y me abrió la puerta, ese gesto me hizo darle un check en mi lista mental.

-¿A donde me llevas?- pregunte.

-Si fueras normal, te dejaría con la duda y te diría que te esperes.- se voltea a mirarme con una sonrisa que me detiene el corazón.- pero como tu eres diferente, te diré que vamos a los kartings.

Ok eso no lo veía venir; me imagine una cena o quizás ir a caminar. Pero kartings? Este hombre esta logrando sorprenderme y eso es difícil.

-Hablame de ti Alessia, ¿como te dicen, de donde eres?- el sabia que yo no quería contestar, sin embargo lo hice.

- Vivía en Seatle, con mi madre y mi pa-padrastro. -quería decir que era mi padre para ahorrarme las preguntas sobre mi pasado, pero a la vez no quería mentirle.- Mi madre desde que nací me dice Siabelle.

-¿por qué razón tu madre te dice Siabelle? -no se iba a cansar de preguntar.

-Me llamo Alessia Isabelle. Muchas preguntas sobre mi por hoy. Hablame sobre ti Christopher.

-Puedes llamarme Chris.

-De acuerdo- sonreí- pero no lo haré Christopher.

-Bien, me lo esperaba; ¿que quieres saber? - por una extraña razón quería saberlo todo, de donde era, por que se había mudado de Inglaterra, en que trabajaba. Pero no iba a bombardearlo.

-¿Que hace un británico en Nueva York? - se tensó, lo note por que sus brazos, sus hermosos y musculosos brazos apretaron el volante.

-Debía independizarme. -me miro de nuevo con una mirada penetrante. -ya llegamos Alessia.

Me abrió la puerta y me ayudo a bajar, cuando vi el piso de piedra y barro me di cuenta que no había elegido el atuendo correcto. Pero no me importo, no iba a armar un berrinche sobre mi falda y mis tacones. Iba a montarme en el bendito karting y patearle el trasero a este británico.

Vi como me miraba y me gusto, me sentí distinta. Empece a amarrarme una cola y el tomo mi muñeca de inmediato.

-¿otro tatuaje? -había visto el tatuaje de mi muñeca, pequeño y sencillo. Una luna.

-Así es.

-¿Por qué una luna? - le encantaba preguntar.

Pensé un momento antes de responder, nadie nunca me había preguntado el por qué

- Ella esta ahí, todas las noches, a pesar de que algunas veces se ausenta. Permanece brillante y blanca. Y siempre que quiero obtener respuestas o quizás llorar por tristezas me escucha y no pregunta, ni siquiera me da un consejo-toma un respiro, me había cansado de decir tanto- Simplemente por que esta ahí, cuando nadie más lo esta.

Era la respuesta más sincera que había dado en años. Y el no pregunto mas, simplemente asintió y tomo mi muñeca unos segundos.

-¿Cuantos tatuajes tienes?

- Cuatro. - mis tatuajes eran mi manera de plasmar en mi alma, lo que me ayudaba a seguir.

- ¿Y todos tienen significado?

-Por supuesto, ¿crees que soy la clase de persona que se tatuaría un infinito por que esta de moda?

Un señor vestido en uniforme nos llamo y nos dio los cascos. No se como iba lograr esto, pero lo haría.

Como si fuera tan difícil montar a un carro destructor en una pista con muchas curvas con una falda suelta y par de tacones.

Perdóname por vivir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora