Al momento de dejar a la mujer, me dispuse a irme, pude oler un olor muy extraño, mi vista comenzó a nublarse, pude ver una silueta de un hombre...
Cuando recupere mi conciencia, me encontraba con cadenas en mis manos y pies, me encontraba en un lugar húmedo, me encontraba en una prisión... Estaba siendo vigilada por dos humanos armados, trate de liberarme pero no podía, me sentía sin energías...
Poco después llego otro humano, aquel hombre llevaba una armadura negra, portaba una espada en su cintura, ¿Querían matarme?
- Guardias, déjenme a solas... - Dijo el humano con aires de superioridad...
Los hombres se fueron y aquel humano abrió la puerta de hierro, comenzó a acercarse a mí, y le lance una mirada asesina para que no se acercara más a mí.
- No puedo creer que tu mataras a mis hombres - dijo mirándome con seriedad.
Tenía unos ojos azules como la noche, cabello negro azabache, su mirada era gélida y calculadora, usaba una armadura con una capa negra, y portaba en su cintura una espada con pequeños diamantes incrustados, los guardias le llamaron jefe. Estalle en ira, Aquel humano era el jefe de esas escorias que golpearon y abusaron de esas mujeres. Ese hombre se agacho hasta mí y me tomo de la barbilla...
- Gracias a ti, mi comida ha escapado... Pero tú pareces ser más deliciosa que ellas... - dijo el hombre con una sonrisa torcida, no pude entender lo que había dicho, ¿aquellas mujeres eran su alimento? No lo entendía... Aquel hombre comenzó a acercarse más a mi rostro, no lo soporte más, le escupí en el rostro, me daba asco tenerlo cerca de mi...
- Ya veo... Así que así nos llevaremos...Esta bien, yo pensaba ser gentil contigo... Pero veo que tendré que domarte... - Se alejó de mí y me encerró, llamo a los guardias y les dijo que no me dieran nada de comer.
Pasaron los días, y me arrepentía de haber desobedecido a los dioses, tal y como había dicho ese hombre, los soldados no me habían dado nada de comer, pero eso no me importaba, lo que me llamaba la atención era que siempre en aquel calabozo tenían un incienso muy fuerte, aquel incienso tenía el mismo olor que sentí al momento de desmayarme, aquel incienso me debilitaba, debía salir cuando antes de aquel lugar, pero mis poderes no funcionaban, aquel hombre día tras día venía a visitarme, y siempre era para acosarme.
¿? - Espero que por fin te hayas resignado... Ya no tolero verte así...
Durante noches, había tramado un plan, actuaría para que me dejará salir, para que el me sacara del calabozo, y poder así huir de aquel lugar... En ese momento puse en marcha mi plan, tuve que engañarle, para que así me sacara...
- Por favor, sácame de aquí... - Le dije con tono de tristeza...Me acerque a los barrotes para después mirarlo tristemente... Lamentablemente, era la única manera de poder salir...
¿? - Mmm... Está bien, te sacare de este calabozo, pero... Si tratas de escapar, te arrepentirás.
Aquel humano me saco de aquel calabozo y me llevo a través por unas largas escaleras que daban arriba, mi plan había funcionado, ahora solo faltaba escapar de aquel lugar... Llegamos al final de las escaleras, nos encontramos una gran puerta de madera y salimos del lugar... Y pude ver que nos encontrábamos en un prado verdoso, en medio de aquel prado había un palacio de cristal enorme... Jamás me hubiera imaginado que al salir de aquel calabozo, empezaría a crearse mi hilo del destino...
¿? - Ese es mi palacio... A partir de ahora me servirás... Y no podrás negarte...
¡¿Qué?! Por supuesto que no lo haría, mire a mi alrededor, estábamos solos, podía líbrame de él, lo empuje y comencé a correr por el prado, aun me sentía débil, pero debía huir, corrí y corrí, pero comenzaron a dolerme mis muñecas, pero no me dio importancia, comencé a correr cada vez más rápido, Halle un bosque, mire hacia atrás y aquel humano venia pisándome los talones, me introduje al bosque, pero... Aquel humano pasó corriendo por el lado mío y se puso en frente de mí, y me miro burlonamente.
¿? - ¿Pensaste que podías huir de mí, Diosa de la luna?
¡¿Qué?! ¡¿Cómo sabía que yo era una diosa?! Aquel humano me miraba con una mirada sádica, sus ojos azules se tornaron de unos rojizos como la sangre, comenzó a acercarse a mí, yo comencé a retroceder, pero quede acorralada contra un árbol... Entonces pude sentir su respiración en mi cuello, y sentí como algo me perforaba la piel... Aquel hombre no era un humano... Era...Un demonio...
Aquella noche, la luna se tiño de un color carmesí, ese fue el comienzo en el que me perdí por completo, había sido hipnotizada por esos ojos tan fríos y profundos...
Los días pasaron, aquel hombre me había llevado a su palacio inconsciente, el había bebido de mi sangre, aun no lo podía entender, al haber estado con él, no pude sentir un aura maligna, parecía como cualquier humano común y corriente, desde aquella noche que me había traído, no lo había vuelto a ver... Al llegar a este lugar, los soldados me pusieron en el lugar más alto del palacio, en una habitación con una cama y un balcón, pero me habían puesto cadenas en las muñecas y en los pies, al final solo podía moverme hasta la cama y un poco al balcón. Al fin y al cabo termine de nuevo encerrada, con la diferencia que por lo menos podía comer, ya que una sirvienta venia todos los días a darme de comer. Quería ver a ese hombre, sentía curiosidad por él, no podía dejar de pensar en aquella noche, en la que el mordió mi cuello y bebió de mi sangre, dejando marcas de dos perforaciones...
Los días transcurrieron y no había señales de él, quería verlo, ansiaba verlo, con el tiempo la sirvienta se volvió mi amiga, y me relataba cosas sobre su amo, aquel hombre era el único príncipe de la tierra, su nombre era Endymion, el gobernaba todas las provincias y cuidaba de su gente con armonía, pese a su comportamiento frio y calculador, él se preocupaba por su reino, pero era un poco extraño, siempre se la pasaba en sus aposentos... Al parecer la sirvienta no sabía que su príncipe tan querido era un demonio... Comencé a intrigarme más, debía hablar con él, cada vez en mis sueños lo veía tal cual como lo recordaba aquella noche, quería volver a ver su rostro...
De pronto, una noche, vino alguien hasta mis aposentos, era aquel hombre, se le veía muy débil y pálido, su respiración era entre cortada, me preocupe al verlo en ese estado, aquel hombre me miro con una mirada llena de dolor, y cayó al suelo desmayado... Comenzó a brotar sangre de su armadura, venía muy mal herido... Fui hasta el, no sabía que hacer... Por una parte deseaba ayudarle, pero por otra, deseaba matarle, estaba muy confundida, no sabía qué hacer en ese momento...
¿? - Diosa... por favor...no te vayas...
El joven agonizaba... Me dio lastima... Al verlo así... Le saque su armadura, tenía una profunda herida en su pecho... Entonces me decidí, no lo iba a dejar morir así, y vería la manera de vengarme de él, cure su herida con mi energía...
Endymion - ¿Por qué me ayudas? Si yo te encerré en este lugar...
- No me preguntes... Yo tampoco lo sé....
Desde aquella noche... El comenzó a visitarme, para curarle la herida, y sin darme cuenta, aquel humano comenzó a crear un espacio en mi corazón, cada vez que venía visitarme, mi piel se erizaba y mi corazón latía fuertemente, ese hombre provocaba una extraña sensación en mi... Poco a poco, comenzó a interesarme cada vez más, me sentía confundida... No sabía si odiarle... A veces ni yo misma lograba entenderlo, cuando curaba sus heridas, parecía tan frágil, era amable, como otra persona...Pero... Cuando se recuperó de su herida, era la misma persona que conocí en aquel calabozo, fría y con un carácter de lo peor... No podía entenderlo... ¿Por qué sentía sentimientos por él? Él era un hombre de lo peor, pero a veces era tan amable y otra que no.
Cada vez comencé a pensar más en él, su mirada gélida, sus ojos azules, entonces lo supe... Me había enamorado perdidamente del... Había cometido un horrible error, pero no podía evitarlo... Una noche, la luna brillaba con su máxima belleza, yo la observaba desde mi balcón, cuando apareció el, desde las sombras de la puerta...
¿? - ¿Qué fue lo que me hiciste? ¿Por qué no dejo de pensar en ti? - Venia con un semblante cabizbajo, no podía verle sus ojos, comenzó a acercarse lentamente hacia mí, pude sentir su mano acariciar suavemente mi rostro... ¿Qué era lo que sucedía? Quería tenerlo más cerca de mí, quería perderme por completo en su mirada, quería ver aquellos bellos ojos azulados, quería que el tiempo se detuviera en ese mismo instante... Entonces lo supe... Me había enamorado perdidamente de él, ya no había marcha atrás, no podía reprimir más mis sentimientos hacia el...
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Destino
RomanceEsta historia se trata de la princesa serena, el mundo se torna en su contra y es obligada a marcharse de su hogar. Ella emprenderá viajes a diferentes mundos, en estos descubrirá el amor, y los secretos más ocultos de su vida. (esta historia no es...