-Ni mucho menos tú-

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CAPITULO 13.

-Y a ti qué carajo te importa - le grito a Martina.
-Vez, vez cómo te pones, estas representando alguien que no eres - detallo.
-A ti no te he pedido consejos de cómo puedo ser, deberías de dejar de andar espiando a la gente, eres solamente una empleada, no eres mi madre ni nada mío - encaró.
-Deberías de valorar a las personas, no por su situación económica ni a lo que se dedica, valorarla por como es, aprende a ser tú mismo, no seas otro, solo eso te digo - aconsejo ella y se fue.

Jorge tenía en revoltijo en su cabeza, lo había visto llorar y a lo mejor creería que era hombre débil, los recuerdos lo atormentan siempre, aunque quiere olvidarlos, siempre están ahí para arruinar su vida, no había podido estar con ninguna mujer desde aquel accidente, se sentía culpable por la muerte, ahora se su ex novia, la extraña pero sabía que nunca más ella volvería para estar con él. Martina le había dicho que cambiara su personalidad, que se muestre como realmente es, pero quién es?, si el mismo sabía, además para que hacerle caso a una simple empleada, porque debería hacerle caso a una persona como ella, que lo único que sabía era estar espiando a las personas.


*
Martina entro a su cuarto pensando en aquella escena, donde lo vio llorando, donde supo que realmente tenía sentimientos y que estaba sufriendo en silencio, el jamás cambiara pensó, algún día llegara alguien que lo hará cambiar, quizás para bien o quizás para mal.
Se puso su pijama y se acostó en la grande cama, se sentía tan sola, necesitaba a su familia, a sus papas, a su hermana y en esta casa lo único que pasaba era rabia y malos tratos.
Tanto pensar y pensar, se quedó profundamente dormida.

*
Pero Jorge por otro lado no podía ni cerrar un ojo, estaba inquieto en su cama, estaba que se iba a dar una ducha o a tomarse un vaso de leche para relajarse, le inquietaba que sea Martina la que lo haya visto llorar, seguramente si se atrevía molestarla esta le saldría con que era una niñita que, que los hombre no lloran etc.....

Al otro día Martina se levantó a ducharse y a vestirse salió de la habitación para dirigirse hacia la cocina, y quedo anonadada con lo que vio, Jorge Blanco levantado a las 8 de la mañana, tomando desayuno en la cocina, Martina no podía creer lo que sus ojos veían, el levantado y tomando desayuno a esa hora era algo que no se veía todos los días, aunque pudo notar las ojeras que llevaba, seguramente no había dormido bien anoche.


-No quieres comer nada mas – preguntó ella poniéndose su delantal.
-No – dijo seco.
-Bueno – dijo ella poniéndose a lavar unos platos sucios que habían, hoy le tocaba un día duro, Gloria no estaría porque tenía que ir a medico por lo tanto tendría el día libre, mientras ella se ocupaba de todo en la casa.
-Oye, lo que viste anoche....sobre– decía nervioso.
-Sobre anoche no te preocupes – dijo ella dejando la loza a un lado para mirarlo – no se lo contaré a nadie si es lo que te preocupa, no soy de esas personas, y si piensas que te viste como una niñita frente a mis ojos, no creo que lo seas, no porque seas hombre no tienes derecho a llorar- detallo ella.
-Vale- solo alcanzo a decir eso, ya que todo lo que ella le dijo era lo mismo que el diría- me darías más jugo por favor.
-Claro – dijo ella y depósito un poco del contenido en el vaso.


Esperen algo, le había dicho "Por favor "eso jamás se lo había dicho Martina por dentro estaba demasiado sorprendida ante su actitud, le habría hecho caso en el consejo que ella le dio anoche? No era algo que se esperaba pero si lo tomo, bien por él.
-Cuando termines de lavar eso, podrías hacer mi habitación – se levantó de la silla- ah.... Y te aviso que llegaré tarde a sí que no hagas almuerzo para mí.
-Okey- dijo Martina.

Y el salió, Martina lo vio entrar a su auto y salir, no tenía idea de adonde pero salió, un plato menos, eso era bueno, no tendría que cocinar mucho, para Jaxon, Jazzy y Alexa. Alexa no era muy de su agrado, lo único que quería ella era que se fuera lo más pronto posible, se levantaba a la hora que se le antoje y solo peleaba con ella.
Ya era las 4 de la tarde Martina paseaba por el jardín esperando el furgón de Jazzy quien llegaría de la escuela en un momento más, paseaba tocando las hermosas flores que se encontraban en el jardín, flores de todos colores, el pasto bien cuidado, todavía se sorprendía de lo hermosa que era la casa, era como de esas casas de princesas de esas que solo salen en los cuentos, películas o telenovelas, se sentía afortunada de trabajar en una casa así. De repente se le vino a la cabeza la rehabilitación de su hermana, hoy era jueves y empezaban el lunes con ellas, deseaba tanto que ella pudiera caminar y disfrutara de su infancia como una niña normal y no encerrada como lo hacía siempre, le dolía verla siempre así, sentada en esa silla de ruedas, aburrida, ni amigos ha podido hacer porque no le gusta salir y que los niños la vean con su defecto. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la bocina del furgón de Jazzy, la cual se bajó y corrió hacía Martina quien la esperaba a brazos abierto.

-Como te fue hermosa- preguntó Martina cargándola.
-Súper bien- detallo ella- tengo tarea y es de dibujo.
-Necesitas ayuda.
-No, en el dibujo me manejo muy bien- avisó la pequeña.
-Bueno- dijo bajándola de sus brazos- entonces ve corre y hazla, te llevaré galletas y un vaso de leche luego- detallo esta.


La niña asintió con la cabeza y corrió hacía la casa, lo contrario a Martina quién se fue caminando lentamente, a lo lejos vio a Alexa buscando a alguien por todas partes, a quien estará buscando, se preguntó Martina, la rubia poco a poco se acercó a ella.


-Hey tu – refiriéndose a Martina.
-Qué? – preguntó ella.
-Haz visto a Jorge, lo ando buscando por todos lados y no aparece- se quejó.
-El salió temprano y dijo que no volvería hasta la noche, no dijo a donde solo dijo eso- avisó.
-Se atrevió a salir sin mí- decía esta como si se fuera a desmayar.
-Tienes que darte cuenta que no todo gira alrededor de ti- Martina no supo ni porque dijo eso pero salió.
-Parece que te quedaron gustando mis cachetadas no- dijo esta.
-Duele tanto que te digan la verdad- pregunto Martina.
-Sabes? Porque no te callas la maldita boca empleada de cuarta, no me rebajo a tu nivel, eres tan poca cosa, no sé cómo te aceptaron en esta casa, no eres un buen ejemplo para nadie- dijo la rubia.
-Ni mucho menos tú- se defendió.
-Por lo menos tengo dinero y no vivo en una casita de perros- dijo retándola.
-No podre tener dinero, ni una lujosa casa, pero tengo corazón, tengo educación, tengo dignidad y no soy hueca y eso es algo que tú no tienes- dijo Martina fulminándola con la mirada y pasando al lado de ella rozando sus hombros.

La rubia de quedo boqui-abierta ante lo dicho de Martina, no sabía que palabra articular, pero se le veía la furia que tenía, ya que estaba roja.

Martina entro a la casa con una sonrisa en su rostro, le encanto haber dejado sin palabras a la rubia, se sintió poderosa por un momento.


Una Novela De Amor JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora