Parte sin título 12

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CAPITULO 11.

- Hey tu - llamó refiriéndose a Martina - necesito que hagas mi dormitorio ahora - ordenó.
-En un momento, primero haré los de tus hermanos - dijo ella.
-Que no escuchas o eres sorda, he dicho A HO RA - dijo separando las sílabas.
-Si te he escuchado y creo que tú también me has escuchado, de que iré a hacer los dormitorios de tus hermanos primero y después el tuyo - explico ella agotando su paciencia.
-Quien diablos te crees para hablarme así, eres solamente una pobre empleada - pregunto el castaño tomándola del brazo.
-Quien te crees tú para tomarme así, seré una simple empleada pero tengo más educación que tu - protesto mirando como la tenía agarrada Jorge.
-Sabes que te puedo correr de esta casa - amenazo él.
-Enserio? pues hazlo - se defendió ella - pero si lo haces, en 3 meses no tendrás a nadie que te pueda hacer la cama, ni prepararte lo que el señor se le antoje -gruño ella, la paciencia que tenía ya se le estaba agotando - ahora por favor, con permiso, tengo mucho trabajo - dijo deshaciéndose del agarre.

Jorge quedo parado en el mismo lugar, como en estado de shock, jamás había pensado que ella se pondría así, tan a la defensiva, ahora la odiaría más por comportarse de esa manera, la miro como entraba a la pieza de Jazzy, estaría siendo muy duro con ella? hace mucho tiempo no sentía la lastima por los demás, porque sentirlo por ella, se preguntaba a si mismo, solo es una empleada y a las empleadas siempre se les trata como tal, como empleadas.


Martina entro a la pieza de Jazzy enfurecida y los nervios la consumían por dentro, era primera vez que se enfrentaba así de fuerte con Jorge, igual se lo merecía, nadie nunca la había ordenado las cosas de esa manera, ni la han humillado de esa manera, una simple y pobre empleada, podría serlo pero era humilde, respetuosa con quien la respeta, todo lo contrario a el, hacía la cama de Jazzy enfurecida, tenía ganas de volver y estrangularlo por idiota, pero si lo hacía seguramente la meterían en la cárcel.

Después de haber hecho todas las habitaciones, se fue a barrer el patio, barría tranquilamente disfrutando del viento que chocaba con su cuerpo, y hacía flamear su cabello, hasta que vio unos pies abajo de la escoba, unos pies descalzos, se notaban delicados, ya que las uñas estaban pintadas de un rojo rubí.

-Hey – Martina levanto la cabeza y se encontró con el rostro de la rubia- podrías dejar de barrer, estoy tomando sol y no lo puedo hacer tranquilas........me llega todo este asqueroso polvo - reclamo.
-Lo siento pero mi deber es barrer todo el patio - avise.
-Si quieres barrer mugre porque no te barres a ti misma eh? - dijo molesta.
-Siempre he pensado que las rubias son tan huecas, y jamás cambiaré mi opinión hacia ellas.
-Me estas llamando hueca empleada de cuarta? -pregunto ya casi tirando humo por las orejas.
-No sé si el saco te queda pues te lo presto - dijo Martina y junto con ello sintió la cacheta que la rubia le dio en la mejilla, la hizo voltear un poco la cabeza, con su cabello en el rostro.
-No sabes con quien te estas metiendo pobretona - replico.
-Lo sé perfectamente sabes - detallo ella.
-Eres una mugre al igual que todas las de tu clase - dijo dejando el lugar y entrando a la casa hecha una furia.

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Una Novela De Amor JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora