Un viaje mágico

Capítulo 180: Runa reparada, Black conoce a West

Una de las mejores cosas de estar en la parte más interna de la bóveda subterránea era la paz; de hecho, era un placer trabajar en toda la bóveda subterránea. Quinn no tenía que atravesar pruebas potencialmente peligrosas que amenazaban su vida como las que se desarrollaban dentro de la bóveda acuática para llegar a la región más interna. No tenía que trabajar con algo capaz de acabar con su vida en menos de una fracción de segundo como el Cero Absoluto (del que Quinn todavía no sabía mucho). Finalmente, nada alteraba su mente ni sus emociones, y por eso podía trabajar siendo él mismo al 100%.

Allí solo estaban él y un enorme estrato de mármol esperando a que Quinn trabajara en él para repararlo y devolverle su antigua gloria, fuera lo que fuese. Quinn todavía tenía que averiguar qué hacían las runas grabadas en los mármoles, pero estaba haciendo progresos.

En ese momento, Quinn estaba sentado sobre la plataforma de mármol con una gran cantidad de papeles colocados frente a él, extendiéndose y alejándose de él mientras sus ojos recorrían cada página visible para él.

"Nueve capas", comentó Quinn para sí mismo, "nueve capas de runas, cada capa no solo conectada con su capa adyacente, sino con las otras ocho capas. ¿En qué estaba pensando el creador mientras construía esto? ¿Por qué necesitaba tantas capas?".

Para ponerlo en comparación, el Recon de Quinn era una construcción de tres capas, MagiFax era una construcción de cinco capas, el mecanismo de contención y defensa que mantenía a raya al Cero Absoluto era una construcción de siete capas, y esa ya era una estructura complicada. Además, la adición de capas no era lineal; la adición de cada capa subsiguiente era una adición más significativa que la anterior. Ver una construcción rúnica de nueve capas era algo en lo que Quinn ni siquiera podía empezar a pensar en lo que resultaría: el uso cuando se completara.

"Bueno, al menos, tengo los planos completos conmigo", dijo Quinn mientras miraba los papeles; había descubierto con éxito cuál era la construcción original antes de que el techo colapsara y dañara las runas; en este momento, Quinn estaba seguro de que conocía todas las runas y el mapa de conexión para hacer funcionar la construcción.

"Es hora de ponerse a trabajar", dijo, levantándose mientras los papeles formaban una pila y flotaban cerca de él. "Ahora, ¿por dónde empezar?", tarareó. Se dio la vuelta en el lugar para identificar un punto de partida y, mientras lo hacía, la pila de papeles se movió, llevando la página pertinente a la parte superior de la pila.

"Está bien, empezaré por ahí" miró hacia el oeste, eligiendo comenzar por su dirección favorita, "pero primero..." Quinn cerró los ojos y respiró profundamente. Cuando abrió los ojos, su visión había cambiado. Ahora, para Quinn, todo lo que había sobre el mármol estaba dividido en cuadrados de un pie marcados con líneas rojas.

"Estoy creando una ilusión sobre mí mismo", murmuró, parpadeando, pero la cuadrícula roja permaneció, "No estoy seguro de si me gustaría esto o no".

"Como sea, pongámonos a trabajar."

Quinn se sentó en el suelo con las piernas cruzadas. Su atención se centró en una sola caja de la enorme cuadrícula. Quinn colocó su mano derecha en el medio, sobre la piedra de mármol, con la palma apoyada sobre la superficie fría.

"Veamos, ¿qué tengo que hacer aquí?" Quinn leyó la página que estaba en la parte superior de la pila y leyó los planos detallados escritos en ella.

La magia fluía desde su interior a través de sus manos hasta el mármol, filtrándose en la piedra.

"Transmutación."

Había runas grabadas en el mármol, pero se habían desgastado con el paso del tiempo y se habían dañado por los escombros caídos. La magia de Quinn solucionó eso: el grabado de las runas, que parecía haber sido grabado con un martillo y un cincel, elaborado por un gran maestro, renovó su encanto original y enderezó y suavizó cada superficie mientras las grietas se rellenaban al mover y fusionar las piedras.