*SUSAN (PV)*
Abro los ojos lentamente y subo las manos hasta colocármelas delante de los ojos. ¿Me han cambiado las vendas? ¿Cuándo? No sé... No me he dado cuenta ¿Me he vuelto a desmayar? Seguramente si porque no logro recordar nada más allá de mi última palabra "....marear". Y ahí está la clave, en cuanto lo dije me desmayé.
-¿Harry? -pregunto pero nadie responde. Paso mí mirada por toda la habitación y nada... No está. Puedo escuchar un lloro de una niña... Proviene del otro lado de la sábana blanca que me separa de mi compañera o compañero de habitación. Estiro las manos y como puedo la aparto. Me quedo congelada al ver lo que hay detrás... Es una niña pequeña, una niña llena de moratones y cicatrices bastante profundas... No hay nadie con ella, eso me extraña mucho. Me incorporo lentamente y lucho contra mi inconsciente para no desmayarme. Consigo sentarme en el borde y me quedo unos segundos inmóvil para no marearme. Respiro hondo y me pongo de pie. Estoy a punto de perder el equilibrio varias veces pero gracias a dios consigo llegar hasta el lado de la camilla y me siento en la silla que hay.
-¿Qué pasa pequeña? -pregunto acariciando su mejilla y mordiéndome el labio de dolor.
-Mi mami y mi papi... -empieza a decir pero no acaba la frase y empieza a llorar de nuevo. Me siento en su cama y la abrazo.
-Tranquila preciosa, todo va ir bien, ya lo verás -le prometo para calmarla. Tras varios minutos de sollozos ininterrumpidos la niña se calma -¿Cómo te llamas cariño? -
-Megan -contesta ella con la respiración entre cortada.
-¿Megan? Vaya que nombre tan bonito, te hace juego ¿sabes? -digo sonriendo -Yo me llamo Susan, pero puedes llamarme Susi si te gusta más -
-Susi -dice ella y una pequeña sonrisa aparece en su cara. De repente alguien corre la sabana y al girarme me encuentro con una enfermera.
-Perdona ¿Puedo hablar contigo? -le pregunto a la enfermera. Esta pone algo en el suero de Megan y después se acerca a mí -¿Qué le ha pasado? -
-Han entrado a robar en su casa y ha recibido una gran cantidad de golpes... Ha llegado inconsciente y no paraba de llorar, la policía nos acaba de decir que han encontrado a sus padres muertos en la bañera -explica y me quedo flipando, ¿Cómo una niña tan pequeña puede pasar por todo esto? ¿A quién se le puede llegar a pasar por la cabeza pegar a una niña tan pequeña?
-Oh... -digo mirando a Megan. La enfermera me hace un gesto que no consigo comprender y se marcha. Me giro hacia Megan y me la quedo mirando, es preciosa, su pelo es ondulado de un color castaño claro y sus ojos son de un color miel espectacular, pero está muy demacrada y está muy delgada, demasiado delgada...
-¿Susan? ¿Susan dónde estás? -escucho que dice Harry des de el otro lado.
-Aquí -contesto. Escucho unos pasos y la sabana se retira.
-¿Se puede saber quién te ha dicho que te podías levantar? -dice serio acercándose a mí.
-Estaba llorando, no he podido evitarlo... -me disculpo. Él ladea la cabeza y se acerca para verla.
-¿Qué le ha pasado? -pregunta preocupado.
-Han entrado a robar en su casa, le han dado una paliza y han matado a sus padres -explico triste.
-Pobre... -dice él. La sabana vuelve a abrirse y aparece una mujer.
-Megan -grita al verla.
-Tía Angela-contesta ella y se abrazan.
-Tranquila, todo irá bien ¿vale? -le asegura -¿Son enfermeros? -nos pregunta.
-No, soy una paciente, mi cama es la de al lado... Es que la he escuchado llorar y no me he podido resistir -me explico -Yo tengo dos hijos y no puedo aguantar oír llorar a los niños -
-Muchas gracias por calmarla... -
-Susan -me presento -Susan Lower -
-Muchas gracias Susan -repite.
-Venga Susan ahora ya tiene compañía, tienes que volver a tu camilla -susurra Harry.
-Está bien -accedo. Me despido de Megan y de Angela y me levanto. En cuanto piso el suelo pierdo el equilibrio pero por suerte unas manos consiguen evitar mi caída -Gracias -agradezco con una pequeña sonrisa a Harry. Me ayuda a levantarme y me acompaña hasta mi camilla dejándome cuidadosamente en ella. Mi cabeza vuelve a dar vueltas y me desmayo otra vez.
Abro los ojos, esto de desmayarme cada dos por tres me está empezando a cansar.
-¿Otra vez? -pregunto cabreada.
-Es que si no te estás quieta es normal -dice serio. No sé porque pero está muy protector conmigo, bueno, sí que lo sé, pero sus palabras siguen sin convencerme.
-¿Cuándo me dan el alta? -pregunto cansada.
-Pues te lo iban a dar hace unas horas pero como te has vuelto a desmayar pues no sé cuándo será -contesta. A los pocos minutos aparece mi médico.
-¿Cómo estás Susan? -me pregunta acercándose.
-Mareada, desorientada y dolorida -digo sin muchas ganas.
-Vale, vamos a hacer una cosa, te quedarás aquí hasta mañana y de pende de como estés te daremos el alta o no -propone el doctor.
-No, me quiero ir ya, necesito irme... Por favor -suplico.
-¿Nunca cambiarás no? -afirma sonriendo, él es mi médico de toda la vida, siempre lo ha sido y encontrármelo aquí me alegra, ya que sabe toda mi historia, incluido que tengo dos hijos -Bueno... Te voy a dar el alta ahora mismo pero con una condición, no puedes estar con tus hijos -dice y le lanzo una mirada asesina.
-¿Cómo que no puedo estar con mis hijos? -pregunto cabreada.
-Susan te mareas cada dos por tres y como Connor y Lucie estén por ahí te vas a estresar mucho, te vas a desmayar y como vuelvas aquí te prometo que no sales en una semana. Elige - contesta serio.
-Vale, vale... Le diré a mis abuelos que se queden con ellos por hoy, pero mañana ya puedo estar con ellos ¿no? -
-Sí, sí, mañana ya si... Pero no te puedes quedar sola, alguien se tiene que ocupar de ti -dice el doctor.
-No hay ningún problema, yo me la llevo a mi casa y la cuido -dice Harry sonriendo.
-Entonces sí que te doy el alta -dice y empieza a mirar en sus papeles -Firma aquí -dice indicándome el lado izquierdo de la hoja. Firmo y George, que es como se llama el doctor, sonríe -Espero no tener que volver a verte -bromea.
-No, tranquilo -prometo. George se va y me quedo mirando a Harry.
-No hace falta que... -empiezo pero él entiende perfectamente lo que voy a decir y me interrumpe.
-Ni se te ocurra decirlo, he dicho que te vienes a mi casa y eso es lo que vas a hacer -dice algo autoritario.
-Sí, papá -digo con una voz de niña pequeña y él sonríe. Me incorporo lentamente y me voy a levantar pero Harry me para.
-No -dice y me coge de los brazos cuidadosamente y me deja en la silla de ruedas que hay al lado de la camilla.
-Gracias -digo mirándole y sonriendo. Me conduce por los pasillos y me lleva hasta la puerta del hospital. Me levanto lentamente y apoyo mi brazo en su hombro, para caminar sin miedo a desmayarme. Subimos a un taxi que nos lleva delante de su casa.
-¿Estás bien? -pregunta Harry.
-Todo lo bien que se puede estar teniendo en cuenta que las manos me queman. Salimos del coche y caminamos hasta su portal. Nos paramos y Harry me mira.
-¿Qué pasa? -pregunto.
-Nada... Por muy mal que te encuentres sigues igual de guapa -dice con una hermosa sonrisa.
-Anda pica al timbre y calla -digo dándole un pequeño golpe en el hombro. Pica al timbre varias veces y después de esperar unos cuantos minutos Harry decide abrir la puerta, cansado de tanto esperar… Preferiría que no lo hubiera hecho porque la escena que se está produciendo delante de mis ojos… Estoy segura de que no la olvidaré en mucho tiempo.