*SUSAN (PV)*
-Harry hay una cosa que me da mucha rabia -digo enfurruñada.
-¿Siiii? -
-He venido aquí muy cabreada, con ganas de meter una hostia a algo pero es que después dices alguna cosa y ya me tranquilizas... No sé cómo lo haces, Harry eres mi punto débil y eso no me gusta ni un pelo -confieso y él sonríe pícaramente acercándose a mí.
-¿Soy tu debilidad? -pregunta acercándose y yo pongo la mano sin tocarle porque eso me dolería demasiado.
-No des ni un paso más Styles -le advierto seria.
-¿O qué? -pregunta y se acerca más a mí juntando nuestros cuerpos y por último nuestros labios en un dulce beso. *Mierda, ya lo he vuelto a hacer, no puedo evitarlo, es superior a mí y es que encima no puedo separarlo de mí porque me dolería demasiado además, sinceramente, tampoco quiero hacerlo. Nos separamos lentamente y Harry me mira sonriendo.
-Esto no significa nada -digo pero él sigue sonriendo sin hacerme caso -Ábreme la puerta ya -exijo y él sin dejar de sonreír me abre la puerta.
-Adiós preciosa -se despide dándome un beso en la mejilla.
-Adiós Harry, adiós -me despido yendo hacia casa. Me preocupa lo que pasa con Harry porque es superior a mí, no puedo negarle un beso o un abrazo, siento algo muy fuerte por él, tan fuerte que, por mucho que intente negarlo o evitarlo no puedo, le quiero, le amo con todo mi corazón. La locura, también conocida como amor, se ha apoderado totalmente de mí sin poder hacer nada para evitarlo. Camino rápidamente hasta mi casa y pico al timbre ya que no me queda más remedio, en serio, soy una patosa...
-Hola cariño -saluda mi abuelo abrazándome.
-Hola abu ¿Dónde está la abuela? -pregunto mirando a mi alrededor.
-Se ha ido a preparar nuestra cena, Connor y Lucie ya han comido y se han ido a dormir, parece que no se han tomado tan mal lo de Harry, de hecho creo que se están acostumbrando. Es extraño pero Harry tiene algo muy especial que atrae a todo el mundo... -
-No es extraño, yo también creo lo mismo -asiento pensativa -Bueno abu muchas gracias por cuidar de Lucie y Connor, yo me voy a dormir que estoy agotada -digo pasando una mano por mi pelo.
-No hay de qué cariño, ya sabes que haría lo que fuera por mi pequeña. Nos vemos pronto, cuida mucho esas manitas, no quiero que te hagas más daño del que te has hecho ya -
-Tranquilo abu, nos vemos -me despido abrazándole y acompañándole hasta la puerta. La cierro con un leve golpe de cintura y voy hacia mi habitación. Me doy una ducha rápida, cubriendo las vendas de las manos con unas bolsas y cuando acabo voy hacia la habitación de Lucie. Le doy un dulce beso en la frente y le doy las buenas noches. Voy hacia la habitación de Connor y hago lo mismo. Cuando termino vuelvo a mi habitación, me pongo el pijama y me tumbo en la cama, quedándome embobada mirando un punto perdido en el techo hasta que me quedo completa y profundamente dormida.
***
Unos golpes en la puerta me despiertan y antes de que pueda hacer nada la puerta se abre y aparece Harry.
-Buenos días princesa -saluda entrando y dándome un beso, sin darme tiempo a reaccionar.
-Em... ¿Qué haces aquí? -pregunto muy desorientada.
-Vamos arriba marmota, el desayuno te espera abajo -dice ignorando mi pregunta y dedicándome una sonrisa antes de salir. ¿Desayuno? ¿Se puede saber que está pasando aquí? Me levanto rápidamente y me coloco una fina chaqueta de lana, para tapar un poco el pijama ya que es bastante fresco y me ha venido frío. Bajo las escaleras mientras paso una mano por mis ojos para intentar despertarme y me dirijo hacia la cocina donde me encuentro con una cosa que me hace quedarme estupefacta. Harry lleva un delantal rosa, que seguramente lo habrá cogido de uno de mis armarios, está preparando el desayuno y sirviéndolo en la mesa, donde Lucie y Connor esperan impacientes con una gran sonrisa en la cara.
-Hola amor ¿Has dormido bien? -dice Harry acercándose a mí y besándome dulcemente.
-Hola -contesto sonriendo ampliamente al ver la hermosa escena que se está produciendo delante de mí -¿Qué está pasando aquí? -pregunto alegre.
-Estoy preparando el desayuno -contesta Harry como si nada.
-Sí, eso ya lo veo pero ¿Qué haces en mi casa? ¿En mi cocina? ¿Y preparando el desayuno? -
-He venido a verte pero resulta que estabas dormida y me ha abierto Connor -
-Vale, eso lo entiendo pero ¿Por qué preparas el desayuno? -
-Porque como he dicho antes tú estabas dormida como si nada y ellos tenían hambre así que les estoy preparando el desayuno ¿Contenta? ¿Tiene la señorita alguna duda más? -pregunta divertido.
-No, ya está. Gracias -contesto sonriendo.
-No hay de qué, ahora siéntate y desayuna -dice cogiendo mi brazo, acompañándome hasta la mesa y apartándome la silla para indicarme que me siente. Lo hago sin rechistar y espero a que acabe de poner los platos.
-Buenos días peques -saludo a Connor y Lucie dándoles un beso en la frente.
-Buenos días mami -contestan sonriendo. Harry coloca los platos en la mesa y toma asiento entre Connor y Lucie, murándolos con un fuerte brillo en los ojos.
-Mmm... Qué buena pinta -exclamo cogiendo el tenedor, pero en cuanto lo hago me arrepiento, mis manos... Me hacen daño, mucho daño.
-¿Estás bien? -pregunta Harry preocupado.
-Sí, es solo que con las vendas no puedo coger el tenedor y aunque pudiera me duele mucho -me quejo.
-Hombre no me extraña, teniendo en cuenta que se te rompió un jarrón de cristal en la mano podría haber sido mucho peor -dice sonriendo.
-Ya lo sé -asiento -Bueno buen provecho -digo dando por finalizada la conversación.
-Igualmente -contestan todos antes de empezar a comer. En unos minutos Connor y Lucie terminan el desayuno que Harry a preparado, que consiste en huevos revueltos, tortitas y unas lonchas de bacon.
-Mami ¿Podemos ir a jugar? -me pregunta Connor poniendo cara de pena, una cara irresistiblemente irresistible, que al igual que Lucie, ha heredado de su padre.
-Claro que sí, pero vigilad que no os hagáis daño -contesto sonriendo y antes de que pueda decir algo más salen corriendo hacia el jardín. Cuando se han ido Harry se levanta y se acerca a mí divertido.
-¿Necesitas ayuda? -pregunta mirando mi plato que está totalmente intacto, ya que no puedo cojer ni el cuchillo ni el tenedor ni nada porque me duele demasiado.
-No, estoy bien -miento, demasiado orgullosa como para pedirle ayuda.
-Como la señorita desee -ríe divertido.
-Este... Harry... Yo quería darte las gracias por prepararles el desayuno -
-No tienes porque dármelos, son mis hijos ¿No? Pues como buen padre tengo que cuidarlos -al oír eso de sus labios es como si sintiera que se me derritiera el corazón, eso es tan dulce... -¿Qué? -pregunta al verme algo ausente.
-Es la primera vez que he oído eso de tus labios... Padre... Me gusta, me gusta demasiado. Siento como si algo dentro de mí durante todo este tiempo hubiera anhelado esa palabra, deseándolo y buscándolo de forma desesperada hasta que por fin lo ha encontrado... -
-Susan tenemos que hablar de muchas cosas, hay demasiadas cosas que tenemos que decirnos -
-Sí, lo sé -admito -Pero ahora no, hay algo más importante de lo que tenemos que preocuparnos -digo refiriéndome a Connor y Lucie, que siguen jugando en el jardín.
-Tienes razón, pero antes hay otra cosa que tengo que hacer -contesta sonriendo. Coge un tenedor y pincha un trozo de tortitas -Abre la boca -
-¿En serio? -pregunto sin evitar reír.
-Abre la boca -repite poniéndose serio y asiento, abriendo lentamente la boca y dejando que me introduzca la tortita. Harry me sigue dando la comida hasta que lo acabo todo y me pasa una servilleta por los labios -Preciosa -aprueba apartando la servilleta. Nos quedamos mirando fijamente y Harry se arrodilla, colocándose a mi altura y nos acercamos lentamente, juntando nuestros cuerpos y por último nuestros labios en un dulce y cálido beso.