Capítulo 5

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Capítulo 5

   Fui en verdad un verdadero estúpido. ¿Ahora que pretendo encontrar? ¿Acaso su perdón?... Es obvio que es algo que no me merezco. Aun cuando deseé decirle tantas cosas. Y deseé saber qué puedo hacer para recuperarla. Y que ella misma me dijera como podría ser algo mejor que esto, que en lo que me convertí después de perderla, ante sus ojos. Ella es la única que puede calmar las tormentas que hay en mi alma en este momento y darme descanso. La que me puede sostener y no dejarme caer. Porque ella es todo lo que quiero y todo lo que necesito.



   Y en mi presente sigo aquí esperando, mientras me estoy viniendo abajo, con un corazón roto que sigue latiendo. Juro que si supiera en donde se encuentra ella, preferiría perseguir su sombra toda mi vida. Que estar aislado y ausente de mí mismo. Solo. Como si hubiese perdido una parte de mí, cuando la dejé marcharse. Sin permitirme abrir los ojos de mi error y así detenerla. No obstante, el mundo sigue girando alrededor.



   Cierro todavía los ojos y sigo torturándome a causa de ese ayer inconcluso que quedó en medio de nuestras vidas. Y lo sé... He sido el único culpable en todo esto.



— Caroline, llegó esto de una de las universidades en donde enviaste tus solicitudes. —expresó su madre al verla llegar.

— ¿Cuándo llegó?— preguntó sorprendida al ver aquel sobre en sus manos. Era de la Universidad de Wisconsin, Madison (UW-Madison).

— Después de que te fuiste de compra con Rachel...

— Llegó más rápido de lo que esperaba...— abrió aquel sobre emocionada. Al menos era lo más emocionante que le pasaba en esa semana.

— ¿Qué dice?

— ¡Ahhhh!...¡Me aceptaron!... Empezare este otoño. No puedo creerlo... ¡Al fin cumpliré mi sueño de estudiar diseño de moda!



   Aquella vez fue la última vez que ella pensaría en mí. Desde aquel día su vida giraría en su carrera y en cumplir sus sueños. Se marcharía lejos, sin deseos de reencontrarse conmigo. ¿Y quién podía atreverse a criticarla por eso? Yo mismo había labrado aquel futuro.



— Entonces, debemos celebrar.— le había dicho Rachel al saber sobre que su amiga se iría a estudiar a la Universidad de Wisconsin, Madison (UW-Madison).

— ¿Celebrar?— dijo Caroline al mirarla—. No será necesario...

— ¿Cómo que no?

— No quiero que se molesten por mí...Si hay que celebrar algo, será lo buenos amigos que han sido conmigo... Y sobre que nuestra amistad seguirá creciendo.— abrazó a su amiga—. No imaginas cuanto los voy a extrañar, aunque sé que esta vez no estaremos tan lejos... Y que podremos vernos en vacaciones...

— Entonces, debes aceptar lo que Alan y yo hemos preparado para ti. Él se ha ilusionado tanto en prepararte esta sorpresa...— la miró con cara de sorprendida, se había percatado de que había hablado de más.

— ¿Con qué preparó una sorpresa para mí?

— ¿Cuál sorpresa?

— La que mencionaste...

— ¿Yo?

— Sí, tú...

— Está bien...Sólo no le digas nada a Alan que hablé de más. Mañana en la noche debes vestirte muy elegante...Iremos a cenar a un lugar lujoso... Alan reservó ya una mesa para nosotros. Desea que sea una hermosa sorpresa para ti.

— Haré como si no sé nada... Me arreglaré lo mejor posible.



    Y así había hecho aquella noche...



    Yo había asistido a aquel mismo lugar. La vida se empeñaba a acercarla a mí, mientras yo la alejaba cada vez con mi fría actitud.



    La vi entrar junto a Alan y a Rachel. Aquella noche usaba un hermoso vestido color negro. Y llevaba su cabello recogido con una cola de caballo. En realidad se veía hermosa. Alguien digna para admirar. Pero yo me encontraba tan ciego. No me permitía ver a la Caroline externa ni interna.



— En verdad que es hermosa...— dijo mi amigo al verla de reojo, mientras ella se sentaba junto a sus amigos. Nuestra mesa estaba algo cerca a la de ellos.

— ¿De quién hablas?— pregunté sin aún darme cuenta de que ella se encontraba allí.

— De la amiga de Alan... De la chica que siempre está con él.



   Giré un poco y al fin la vi. No mostré ningún asombro por el que ella estuviese allí. Aun cuando he de admitir que esta vez si me detuve, aun cuando fue unos pocos segundos, a admirarla. Se veía en realidad hermosa. Después continúe sin prestarle atención a su persona. Como si ella no estuviese allí.



   ¿Qué equivocado me encontraba con la vida? Demasiado... Demasiado...



— ¿Viste quién está allí?— le dijo Alan, mientras ella ignoraba mi presencia.

— No, ¿Quién?

—Tu mejor amigo...—dijo en un tono gracioso.



   Ella giró y me miró. Su mirada no era la misma de antes, cuando me miraba. Ya ese brillo y esa ilusión habían sido apagadas en su mirada. Yo había sido el causante.

Recuérdame (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora