¿Qué habrá pensado sobre mí?

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No era más que su querida amiga Mary, quien había vuelto del extranjero.

Mary fue una estudiante del instituto, al cual tuvo que abandonar, ya que sus padres hicieron planes para el exterior y esta debía ir con ellos.

Pero estaba devuelta para las vacaciones de verano.

Había cambiado un poco, su pelo casi rubio perfecto, tenía un nuevo estilo, más coqueto y simpático, sus ojos estaban un poco más claros, su sonrisa seguía perfecta y reluciente, y su alto nivel de carisma permanecía intacto, solo que su estatura seguía igualita.

Mary al ver que Roy se había sorprendió con su presencia, le saltó encima, haciendo que Roy perdiera el equilibrio y esta quedara encima de él, sobre el pavimento caliente que poseía el patio; algo que por momento fue motivo de risa para Roy y Mary.

Pero al voltear la mirada, se cruza con los ojos de aquella chica que lo dejaba sin aliento, a la cual siempre había deseado conocer, y que ahora se encontraba mirándolo de forma tan extraña, por la posición en la cual este se encontraba, pero no se dio cuenta de esto, ya que se perdió entre sus ojos.

Hipnotizado por semejantes ojos no se inmuta de que el timbre había sonado y que ya era hora del almuerzo.

Mary lo mira.

-Esa es la que te gusta- dijo Mary con sonriendo.

Roy despierta de tal mirada que le había robado su ser.

-Ni pensarlo, solo es bonita- dijo con vergüenza.

Mary se queda mirándolo y se ríe, Roy se levanta junto a ella y la abraza.

Se dirigen hacia el comedor en lo que de pronto se aparece Katy, quien se asombra de ver a Mary; comienzan a chismear, Roy se sienta y comienza recordar dicha mirada que fue solo para él y de la cual aprovechó cada microsegundo.

-Mira Katy, una chica ha dejado a Roy bobito- dijo Mary en burla.

Roy se para y le hala del pelo.

-Ustedes son mis únicas chicas-dijo Roy con cariño.

El día llega a su fin y era hora de salida.

Roy recoge todo, se detiene a mirar por la venta y alcanza a ver un pajarito que se sentaba en una rama del árbol que florecía en verano, el acariciar del viento en las hojas, se veía tan suave que Roy toma un tiempo para descansar de tan agotado día.

Se sentía agolpeado por aquella caída que tuvo sus grandes beneficios.

Cierra su mochila y sale del aula.

Se dirige a la salida, se encuentra con sus amigos Axel y Bryant; con los cuales se había criado desde su niñez y con quienes compartía su tiempo libre.

Ellos pertenecían a la selección de baloncesto del instituto y eran muy buenos en el juego, habían alcanzado dos campeonatos estatales en los dos últimos años del instituto, y este año iban por el último; pero Roy no era muy hábil con los deportes.

-¿Qué tal estuvo el primer día, Roy?- dijo Axel con curiosidad.

-Muy bien, me he cruzado en dos ocasiones con aquella chica que practicaba ballet en la escuela básica- dijo Roy.

"Roy no sabía, que ella había continuado su carrera artística, y que había sido participe de grandes eventos a nivel nacional."

-Tremenda chica con la cual has comenzado hacerte ilusiones, no creo que tengas chance con ella- dijo Bryant con una sonrisa en el rostro.

Caminaron hasta sus hogares, la tarde un poco cálida, el cansancio acumulado del día comenzaba a notarse en Roy.

Este llega a su casa, sube las escaleras y se desploma sobre su cama, que ere tan suave y acogedora; mira el techo y se comienza a cuestionar

-¿Que habrá pasado por su mente al momento de verme tirado en el piso?- pensó Roy con curiosidad.

Toma su guitarra; obsequiada a los 12 años.

Toca unas notas y un "Tun-Tun-Tun" al cabo de una hora es oído en la puerta, al parecer tenía visita.





Me atrevo a ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora