El amor duele

76 7 2
                                    

Roy había bajado por la enredadera con rapidez, esperando no ser visto mientras bajaba.

Pero alguien si lo había notado su presencia allí, este no era visible para Roy, por lo que Roy piensa haber salido de allí sin dejar rastro.

La lluvia continuaba y Roy caminaba con calma hacia su casa.

La lluvia lo cubría de cabeza a pies, pero esto no era de importancia, esos detalles eran insignificante, Roy había logrado obtener un beso, de la chica que nunca pensó que conocería. La felicidad de Roy era inexplicable.

Pero algo comenzó a perturbar la mente de Roy.

Su madre le privo de saber lo que le había pasado después de su accidente.

Se llenó de ira. Pues esto hubiera podido acabar su relación con Amy.

Al llegar a su casa, toca con fuerza la puerta.

Su madre abre.

-¿Por qué no me contaste todo?- dijo Roy lleno de ira, con su cerebro bloqueado por sus sentimientos.

La Sra. James se sorprende, al notar que Roy había recordado todo. Se queda sin palabras.

-Dime, ¿por qué no has querido que recuerde a Amy?- dijo Roy en tono alto.

-Solo intentaba protegerte- dijo La Sra. James, con lastima.

Esta era muy sensible con su hijo, por lo que no acostumbraba a discutir con él.

-Ella no me hace daño, tú me estás haciendo más daño, al quitarme el derecho de recordar todo.- dijo Roy faltándole al respeto a su madre. El nivel de estrés aumentaba considerablemente.

-Pensé que estarías mejor sin ella, pues ella te ha traído toda esta desgracia.- dijo La Sra. James, justificando sus actos.

-No tuvo la culpa, y ya que está el problema, se ha convertido en mi medicina, a su lado puedo recordar. Y no pretendo entrar a este hogar, hasta que aceptes la idea, de que estaré con ella y si es necesario me enamorare de ella cada día.- dijo Roy con seriedad.

Los relámpagos destellaban el cielo, el pelo mojado de Roy le cubría sus ojos, parado allí en la fría lluvia.

Su madre se acerca y le abraza, ambos quedan bajo la lluvia.

-Solo quiero lo mejor para ti, pero si es tu decisión, te apoyo.- le susurro La Sra. James al oído. Estas palabras cesaron lo que se hubiera convertido en un gran problema.

"El amor de madre es complicado, solemos discutir con ella por cosas en las cuales pensamos tener la razón, pero muchas veces ellas ven lo que no podemos ver nosotros y nos quieren proteger de ello. Pero no existe un ser más comprensivos que ellas, ya que te escuchan y si posees la razón te apoyan, de lo contrario te ayudan a que entiendas, a que veas, lo que ella está percibiendo."

Ambos entran, suben al baño y secan su pelo.

La Sra. James baja, pues se hacía tarde para preparar la cena.

Roy enciende su computador, entra a Facebook y ve a su amiga conectada.

-Hola Katy, ¿Cómo estás?, escribió Roy.

Al parecer Katy había dejado su PC encendida, pues no respondió el mensaje de Roy.

Roy nota una solicitud en su barra de notificaciones, pero este usuario solo decía "Anónimo", Roy inundado de curiosidad, acepta la solicitud.

Roy baja en busca de algo de tomar.

Casi se resbala al bajar las escaleras, puesto a que se encontraba totalmente húmedo, baja con cuidado.

Abre el refrigerador y toma Ice Tea de Limón, su madre lo ve y le sonríe.

Roy sube, se mira en el espejo.

-Oh Roy has besado a Amy, quien iba a pensar que eso pasaría.- se dijo para sí mismo.

Su computador suena, acaba de recibir un mensaje.

Roy se acerca y abre la bandeja de notificaciones.

-Mensaje de Anónimo.- leyó en el computador.

-He visto como bajabas de su casa.- escribió Anónimo.

-¿Quién eres?- pregunto Roy.

-Eso te saldrá caro.- escribió Anónimo.

Se desconectó al dejar el mensaje.

Roy no tenía ni la menor idea de quien había sido. Pensó que era una broma de mal gusto, pero lo que había dicho tenía sentido.

Esto había sido una clara amenaza.

-Roy ven a cenar.-grito la Sra. James.

Roy estaba preocupado, pero no dejaría que eso dañara lo que había sido un día perfecto. Este mensaje altero su nivel promedio de estrés, por lo que andaría en un 65%, hasta saber quién había sido.

Roy baja toma su cena y luego se acuesta sin pensar en nada más que en ese Anónimo.

Al despertar, se arregla para el Instituto, toma su desayuno y se marcha, no andaba apresurado, pues no quería alterarse y que esto provocara la pérdida de memoria nueva vez, por lo que había decidido tomar las cosas más suave.

Pudo llegar a tiempo. Se encuentra con Alex y Bryant, a los cuales de castigo se les había puesto, el aseo del frente del Instituto, por una semana.

-Ey chicos, creo que les falto ese lado.- dijo Roy con carisma, mientras le pasaba por el lado.

Bryant toma la manguera e intenta mojar a Roy, este lo esquiva pero choca con alguien.

Al voltear nota que era Amy.

Se queda sin palabras.

Estaba totalmente hermosa, su pelo estaba ondulado, por haberse mojado el día anterior, la parte derecha estaba recogido detrás de su oreja, dejando ver sus hermosos ojos oscuros. Llevaba un pintalabios rojo, muy coqueto.

-Hola Roy.- dijo Amy Steel, mientras sonreía.

Sus palabras seguían siendo igual de impactantes, por lo que todavía le costaba mantener una conversación con ella.

-Hola Amy, ¿Cómo estás?- dijo Roy, un poco sonrojado.

-Bien.- dijo Amy.

Roy se le acerca y le abraza, rodeando su cintura con sus manos. Este queda cautivado con el olor de Amy, un dulce aroma a pétalos de rosa.

Amy coloca sus manos en la espalda de Roy. Esto provoca escalofrió en Roy. Pues había sido la primera vez que recibía un abrazo de Amy.

Abrazados aun, se miran al rostro con ganas de besarse, pero solo se limitan a sonreír, puesto a que esto era prohibido en el Instituto.

Roy siente unos leves toques en la espalda. Suelta a Amy y voltea.

Nota un puño que se dirige a su rostro, parpadea y en milésimas de segundo ya se encontraba impactando contra su cara.



Me atrevo a ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora