- MARYN 1 -

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Maryn el Viejo caminaba impaciente por los desiertos pasillos del castillo de Camino de Plata. Sus pasos resonaban por cada habitación, por cada pasillo, por cada torreón. En sus manos portaba un libro fino pero muy grande. Sobre su lomo rojo se podían leer unas letras doradas: Libro del Vidente. Maryn andó hasta una gran puerta de madera y la abrió de golpe. Ante él se extendía un pasadizo estrecho decorado con unas escaleras de piedra que bajaban hacia la oscuridad. Maryn cogió su candelabro y empezó a bajar con rapidez por el frío pasillo de piedra.

    Estuvo caminando por ese estrecho pasillo durante unos minutos hasta llegar a otra puerta, esta mucho mas vieja y pequeña. Maryn se metió la mano en un bolso de su manchada camisa y sacó una llave grande y oxidada. Introdujo la llave en la cerradura y la giró. La vieja puerta se corrió hacia un lado chirriando y Maryn pudo entrar en la habitación más profunda del castillo: la Habitación de las Visiones.

    La última vez que se había utilizado esa habitación había sido hacía milenios. Ni si quiera cuando los kruhns controlaban Kailom hacía décadas había sido de utilidad. Lo que se avecinaba ahora era peor. Los Brujos del Azul eran seres violentos y silenciosos, y utilizaban una magia muy antigua para matar a sus adversarios.

    Maryn podía ver el futuro, pero no sus consecuencias. Por eso estaba en la Habitación de las Visiones: vería Kailom en un par de semanas. Negro y humeante, asediado por kruhns y Magos del Azul, o claro y brillante, habitado por humanos y otras criaturas mágicas.

    Maryn estaba nervioso. Una gota de sudor empezó a caer por su cara cuando estaba recogiendo todo lo necesario para preparar el ritual: un tubo de ensayo, un cristalizador, un matraz de destilación y de fondo plano, un embudo de separación... Después se dirigió a una vitrina de cristal cercana y la abrió de par en par. Ante él se encontraban miles de botes de cristal llenos de pociones de todos los colores. Maryn miró todos y cada uno de los recipientes: rojos, negros, verdes, amarillos, naranjas...

    De pronto se detuvo. Vio un recipiente de cristal alargado y lleno hasta la mitad de un líquido transparente y brillante como el diamante. En él había un papel pegado, algo ennegrecido por el tiempo, en el que se podía leer "MEMORIES GELU".

    -Es este... -dijo Maryn mientras cogía el frasco con sus manos temblorosas.

   El vidente fue a la mesa de mezclas y vertió el liquido brillante en el matraz de fondo plano y lo puso sobre una sujeción de metal. Bajo él colocó una pequeña llama para calentarlo y la poción "MEMORIES GELU" empezó a hervir. Maryn echó polvos rojos y negros, escamas de reptiles, alas de murciélago...

Después de un largo proceso, Maryn cogió el matraz y se puso en medio de la Habitación de las Visiones. Cerró los ojos, lleno de angustia y nervios, y estiró el brazo con el que sujetaba la mezcla. Miró el negro y brillante líquido, las burbujas que aparecían en el fondo del matraz, las pequeñas hileras de humo que salían de este cuando el liquido se movía... Maryn agarró con fuerza el instrumento de cristal, lo giró levemente y dejó caer al suelo la mezcla que había creado.

Las luces de las velas que brillaban en la habitación se apagaron. Cuando el líquido tocó el suelo, se transformó en una gran nube negra. Maryn abrió los ojos como platos.

El interior de la nube negra empezó a clarearse y a moverse hacia los lados, dando vueltas como un remolino. De pronto, como por arte de magia, la nube se transformó en un espejo de agua, y Maryn el Vidente pudo ver imágenes en él.

Abrió los ojos como platos.

Su respiración se cortó.

Una lágrima cayó por su mejilla.

Su corazón se le heló.

RECUERDOS DE ESCARCHA - PRIMERA PARTE DE LA HISTORIA DE KAILOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora