[oɹʇɐnɔ]

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Narra Elena:

El viaje de vuelta casa de Ainhoa se pasó bastante rápido a pesar de que se encontraba bastante lejos. No sabía muy bien como, pero conseguí que Ainhoa se callara con respecto a Harry y lo que pasaría aquella noche. Me ponía nerviosa que no dejara de nombrar su nombre a cada segundo.

Cuando llegamos, lo primero que hicimos al salir del coche fue coger los vestidos y estirarlos levemente para eliminar cualquier arruga que pudiera haberse formado por el camino.

-Elena, haz el favor de abrir tú la puerta, ten las llaves. Yo llevaré los vestidos para que no se arruguen- pidió Ainhoa, y yo obedecí.

Cogí las llaves que me tendía y me adelanté para ir abriendo la puerta mientras ella iba cogiendo los vestidos. Me costó un poco encontrar en aquel llavero cual era la que le correspondía a la puerta, pero después de probar con la gran mayoría de ellas, encontré la que era y pude abrirla.

-Poco más y llego yo antes que tú- apareció por detrás.

-Es que hay muchas llaves, no sabía cual era- me defendí mientras entrábamos a su casa.

-Yo aún sigo dudando cual llave va con cada puerta- rió ella dejando los vestidos en el amplio sofá de su salón-. Sería más cómodo una llave multipuerta.

-Paténtalo- le sugerí riendo-. Igual te haces rica.

-Quizás lo haga- se encongió de hombros-. Bueno, vamos a empezar ya, que luego se nos hace tarde- dijo, frotándose las manos.

-Aun quedan dos horas, Ainhoa, ¿cuánto tardas en arreglarte?- pregunté curiosa.

-Lo justo y necesario- respondió evadiendo la pregunta-. Además, prefiero empezar ya y no ir con prisa, así que espérame aquí, que voy a coger el maquillaje que tenga y lo hacemos aquí, que corre más el aire y es más grande- dijo refiriéndose al salón.

Mientras ella iba a por el maquillaje, yo me senté en el hueco libre que había en el sofá. Siempre me había encantado el piso de Ainhoa, era precioso. No era muy grande, pero los muebles aprovechaban muy bien el espacio y eran muy modernos. Ainhoa era de esas personas que tenían buen gustos en casi todo.

-¡Ya estoy aquí!- exclamó cargada de cosas- Ya podemos empezar.

-¿Qué me vas a hacer?

-Voy a ser buena persona y te voy a dejar elegir entre algo más sencillo y algo más cargado- dijo enseñándome dos fotos diferentes.

-Creo que mejor esta- señalé la foto que me gustaba.

-Lo sabía, siempre a lo sencillo- rió-. Que sepas que te he dado a elegir porque me gustaban los dos, sino te hago el que yo quería.

-Vaya, que considerada- dije irónica recibiendo un codazo en mi costado izquierdo.

-Lo sé- dijo con una sonrisa-. Ahora calla que voy a empezar.

* * * *

-Terminé, ya puedes mirarte- dijo Ainhoa, tendiéndome un espejo.

Lo cogí y me miré para observar el resultado final. No tenía miedo en lo que me pudiera hacer, sabía que en esto era una experta, y tenía plena confianza en que quedaría bien todo lo que hiciera. El único miedo que tenía era que me maquillara demasiado. Pero verdaderamente, el resultado me sorprendió hasta a mí. Era muy parecido a la fotografía que me enseñó, pero cambiando levemente los tonos de los colores a unos que combinaban mejor con mi piel. Los ojos eran de tonos marrones, tipo smokey eye. Me había marcado levemente las cejas, y los labios eran de un color rosa muy clarito y natural.

El amigo de mi mejor amigo- Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora