Narra Elena:
En cuanto lo hizo, recibió un puñetazo en su rostro, para luego ser tirado al suelo con una llave de karate que había ejercido sobre él, haciéndome quedar completamente libre y que un gran alivio recorriera todo mi cuerpo al sentirme libre de aquel repulsivo hombre.
No sabía mucho sobre aquellas cosas, pero creía que era algún tipo de defensa personal. Lo recordaba porque de pequeña recibí unas cuantas clases de aquello, pero apenas recordaba nada.
- ¡Agh por Dios! ¡Suéltame hijo de puta!- chilló él.
- Esas no son maneras de pedirlo, ¿no crees?- preguntó apretando más su agarre, provocando que una mueca de dolor apareciera en su rostro.
- ¡Cabronazo, para!- exclamó él, haciendo que su agarre fuera incluso más fuerte.
Yo veía la escena desde la misma posición, inmóvil, procesando toda información que había recibido mi cerebro en tan poco tiempo.
- Si yo fuera tú dejaría de decir esas putas tonterías- amenazó él, acercándose a su oído-. Queda muy poco para que tu brazo se fracture, y como sigas diciendo esas cosas no dudaré en seguir así. Si crees que esto duele, espera a sentir como el brazo cruje, partiéndose el hueso tan solo en dos si tienes suerte- dijo lenta y pausadamente, haciendo énfasis en cada una de las palabras.
El solo pensamiento de los huesos rompiéndose y el dolor que ello debía conllevar, hizo que un escalofrío me recorriera de arriba a abajo.
- ¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Lo siento, lo siento mucho joder!- se disculpó aquel hombre con lágrimas en sus ojos.
- ¿El qué sientes?
- ¡Siento haberme acercado a ella!
- A mí no me lo tienes que decir, pídeselo a ella- respondió en tono duro.
- ¡Lo siento tía! ¡Siento haberte tocado!
-¿Aceptas sus disculpas, Elena?- me preguntó con un tono mucho más amable que con el que había usado con aquel tipo.
- Sí, claro- respondí titubeando ligeramente.
- Has tenido suerte, gilipollas- dijo él, soltando su brazo pero sin levantarse de encima suyo-. Los hombres como tú dan asco. No te parto el brazo por respeto, aunque tú ni siquiera sepas que significa esa palabra- dijo con voz fría y con desprecio en sus palabras, quitándose de encima suya luego.
Después, aquel desgraciado huyó de allí tan rápido como pudo, y se fue de nuestra vista en cuanto entró de nuevo al interior de la casa, perdiéndose con el resto de los allí presentes.
- ¿Estás bien, Elena?- preguntó preocupado, girándose a hacia mí- ¿Te ha hecho algo?
- Sí Harry, estoy bien- respondí agradecida-. Pero si no hubieras llegado a tiempo, no sé qué habría pasado.
- Ese tipo de personas no se merecen ni siquiera tener un hueco en este planeta- dijo con dureza y seriedad-. No te preocupes Elena, se habrá escapado esta vez, pero te puedo asegurar que la denuncia que le voy a poner no se la va a quitar nadie.
- Harry, no tienes porqué.
- Sí, sí tengo- respondió el chico, mirándome fijamente con sus ojos color esmeralda-, y no intentes hacerme cambiar de opinión porque no lo conseguirás. A saber lo que te podría haber hecho ese hombre Elena, eso es motivo suficiente para denunciarle.
-Está bien- respondí soltando un pequeño suspiro-, gracias por todo esto. Es un detalle que te preocupes por mí.
-No hay de qué. ¿Me merezco un abrazo? Como muestra de agradecimiento- preguntó él con una pequeña sonrisa, haciendo un gesto bastante adorable-. No quiero otro manotazo.
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El amigo de mi mejor amigo- Harry Styles
FanficCarácter y personalidades fuertes y únicas. Dos cosas que tenían en común que hacía que se atrajeran. Cabezonería y orgullo. Otras dos cosas que tenían en común, pero que hacía que se complicara todo. Iguales pero diferentes en todos los sentidos. "...