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Narra Elena:

"Hola preciosa. Por fin a solas..."

Aquellas palabras hicieron que todo mi cuerpo se tensara incluso más de lo que ya lo estaba.

Su tono de voz, tan ronco y pausado, habría causado estragos en el sistema nervioso de la mayoría de personas, sin embargo, a mí su voz no me producía ese efecto. Siempre actuaba así. Se acercaba por detrás cuando menos te lo esperabas, y posteriormente, hacía pequeñas caricias por tu espalda mientras te susurraba al oído.

Yo podría ser de esas personas mencionadas anteriormente sino fuera por el hecho de que ya habían sido numerosas las veces en las que había aparecido de aquella manera. En aquel momento lo único que me producía era un nerviosismo e incomodidad bastante molestos, y realmente, si no supiera que era él, una gran oleada de miedo me invadiría por completo.

- Aléjate de mí- dije firmemente y sin vacilar.

- Vaya, vaya, vaya, parece que alguien está de mal humor- volvió a murmurar Harry en mi oído, acompañado de una pequeña risa.

- Tú me pones de mal humor- solté sin más-. Vete.

- Sabes que no quieres que me vaya, admítelo- dijo Harry dignándose al fin a dejar mi cuello libre-. Sin mí no te lo pasarías igual de bien.

Aparté mi mirada de mi bebida y la dirigí hacia mi derecha, encontrándome a Harry apoyado en la barra, a escasos centímetros de mi rostro. Podía ver mi propio reflejo en sus ojos esmeralda levemente entornados, y podía apostar que él podía ver su reflejo en los míos. Sus labios rosados formaban una media sonrisa que le hacían verse como un modelo de revista. Su cabello rizado castaño caía a ambos lados de su rostro, enmarcándolo perfectamente.

Estuvimos en aquella posición unos instantes. Los ojos de Harry vagaban entre mis ojos y mis labios, y cuando su mirada estaba en estos últimos, él mordía levemente su labio inferior, provocando que mis ojos se desviaran inconscientemente hacía allí.

Harry, al ver que no apartaba mi mirada ni de él ni de sus labios, rió ligeramente, volviendo a dibujar una media sonrisa de satisfacción.

Fue entonces cuando realmente me puse nerviosa. Si bien podía resistir su voz, mi debilidad siempre habían sido los ojos verdes y las sonrisas capaces de iluminar por completo una habitación, y aquel chico sin duda tenía ambas cualidades.

Se podía notar la tensión en el ambiente.

- ¿Ves?- murmuró Harry acercándose a mí lentamente- No quieres que me vaya.

Cuando me di cuenta de lo que intentaba hacer, giré mi cabeza bruscamente hacia delante de nuevo, dejando a Harry a medio camino con las ganas de conseguir su meta. Él suspiró y bajó levemente su cabeza resignado, para después encontrar la escena graciosa y reír entre dientes.

- ¿Te hace gracia que no quiera besarte?- dije con tono de superioridad.

- Me hace gracia tu orgullo- dijo tranquilamente mientras me miraba a los ojos y acercaba un taburete para sentarse a mi lado-. Es gracioso que sigas rechazándome a pesar de que tus ganas de besarme son incluso más grandes que las mías.

- Tonterías- solté después de dar un trago a mi bebida.

-Ya, lo que tú digas- dijo irónico mientras pedía una bebida al barman-. Ese tal Drew era un poco pesado, no se iba nunca. Parecía una garrapata- rió Harry ante su comparación.

- Primero, no hables de garrapatas porque tú no te quedas lejos- respondí señalándole, haciendo que rodara sus ojos-. Segundo, ¿llevas todo el rato vigilándome o qué?

El amigo de mi mejor amigo- Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora