Capítulo 12 :

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-Creó que deberíamos ir a la enfermería, te sangra mucho la nariz...-le dije señalando su nariz.

-Es-esta bien...-dijo empezando a caminar en una dirección. Lo seguí confusa, era lo menos que podía hacer, al pobre le habían dado una paliza.
Al ver que lo seguía me miró confuso, yo le sonreí amablemente. Al sonreirle sus mejillas se tornaron levemente a un color escarlata y agachó la cabeza.
Nos páramos frente a una puerta en la que ponía en grande ~Enfermeria~.
Cuando levanté la mano para llamar a la puerta.

-¡Espera! ¿Que le diremos a la enfermera?.-me dijo Max, tenía la mano suspendida en el aire preparada.

-¿Que te han pegado un puñetazo?-le dije obvia.

-N-no quiero meterme en más problemas...-me dijo Max apenado.

-Esta bien... Le diremos que te has caído y te has golpeado contra el suelo.-dije, antes de que Max objetara algo más ya había aporreado la puerta. Nos abrió una mujer de unos 35 años. Llevaba una bata blanca y una sonrisa que nada más verla te transmite confianza. Tenía unos ojos marrones muy bonitos y unas pestañas grandes y rizadas. Además de un cabello sedoso marrón. Nos dejó pasar. Max se sentó en una camilla mientras esperaba a la enfermera. Yo me senté en una silla, la enfermera llegó y se puso inspeccionar a Max.

-¿Que te ha sucedido en la nariz?-le preguntó la enfermera a Max, al ver que no hablaba decidí decirlo yo.

-Se ha tropezado y se ha golpeado contra el suelo.- le dije, la enfermera me miró como si acabara de descubrir que estaba aquí.

-¿Con que el suelo no?-dijo la enfermera con una sonrisa burlona.-parece que se te ha desviado un poco, por suerte no esta rota.-dijo palpándole la nariz a Max.- Te pondré un artefacto para de recolocarla. Y te recetaré un antinflamatorio.-la enfermera salió de la habitación y cuando regresó le colocó una cosa en la nariz a Max y le dió un bote de pastillas.-Estas pastillas te las debes tomar tres veces al día, después de cada comida. Y para ese moratón en el pómulo toma esta crema.-le dió un botecito.

-Mu-muchas gracias.-dijo Max examinando las pastillas y el bote. La nariz le había parado de sangrar hace poco.

Se levantó de la camilla y antes de salir la enfermera nos paró.

-Tomad esta nota para confirmar que habéis estado aquí y no os pongan retraso en clase.-me dió un papelito amarillo. Y me sonrió.

-Gracias por todo...-le dije.

Salimos, yo seguía a Max, no tenía ni idea de donde estabamos...

-Max...¿Qué clase te toca ahora?-le pregunté tímida.

-Filosofía... En el aula 13.-me susurró.

-A mi igual... -le sonreí.- y, por cierto, ¿porqué te pegabas esos matones? Claro si había alguna razón...-el bajó la cabeza mientras caminabamos a la clase.

-Pues verás... Ellos querían que les diera un trabajo, pero como estaba cansado de que no paren de quitarme las cosas... Pues les dije que no, ellos se enfadaron y....-me explicó apenado.

-No te preocupes, no creo que vuelvan a molestarte.-lo consolé.

Nos páramos frente a una puerta en la que un letrero decía *Aula 13*, acomodé mis libros en mi pecho. Se escuchó un tranquilo <<adelante>>, giré el pomo con cuidado, asomé mi cabeza por la puerta para después entrar completamente, nada más entrar la clase empezó a hacer comentarios en susurros. Delante de una pizarra se encontraba una señora vestida con unos andrajosos trapos, era bastante delgada, tenía el pelo enmarañado y revuelto, el cual estaba aplastado por una cinta que había alrededor de su cabeza. Llevaba varios collares colgados del cuello, uno de ellos era el símbolo de la paz. Su cara estaba ligeramente arrugada, tenía ojeras como de no haber dormido durante varios días. Sus ojos grises nos miraban confundidos...

-¿Por que habéis llegado tan tarde?-nos preguntó con su voz tranquila.

-Esto... Hemos tenido un accidente y hemos tenido que ir a la enfermería...-dije avergonzada, un calor empezó a instalarse en mis mejillas, debía estar sonrojada. Intenté ocultarme  tras mi pelo. La profesora me examinó extrañada, confirmando que no tenía ningún golpe o rotura, pero cuando miró detrás de mí donde se encontraba Max, al ver su nariz y su pómulo ligeramente morado, pareció comprender.
Le entregué el papelillo que me había dado la enfermera para aclarar toda sospecha que pudiera tener. La profesora lo cogió con sus dedos huesudos los cuales temblaban. Una vez le echó un vistazo al papel me lo devolvió.

-Esta bien, tomen asiento.-nos dijo la profesora, después se giro y siguió garabateando en la pizarra mientras explicaba algo sobre un hombre con un nombre bastante raro y largo.

Max cabizbajo se sentó en un asiento al final de la clase, apartado de todos...
Tenía un asiento a su lado libre, así que me senté a su lado. El me miró sorprendido por mi acto. Yo le sonreí y le dirigí una mirada fulminante a todos los que le miraban y se reían. Los cuales me miraban de vuelta extrañados o asustados y volvían la vista al frente.

-N-no tienes porque hacer todo esto...-me dijo Max extrañado.

-Pero yo quiero hacerlo, no pueden tratarse así sin motivo aparente, tienes que hacerte respetar.-le expliqué.

-Gracias, nadie había hecho algo así por mi. Te estoy muy agradecido.- me sonrió, su mirada me demostraba lo agradecido que estaba.

-No tienes porque dar las gracias, solamente no me gusta que te discriminen.-le sonreí de vuelta.

-Y sobre eso... Me tratan así porque soy un distinto a todos los demás.-me dijo apenado mientras abría su cuaderno y empezaba a coger apuntes.

-¿Distinto? ¿Y que hay de malo en ser distinto? Esa no es razón para tratarte así.- le puse mi mano encima de la suya para consolarlo. Su mano era suave y cálida.
El miró nuestras manos sonrojado, nunca había visto a ningún hombre sonrojarse. Se veía tierno... Le sonreí amistosamente. El me dio una sonrisa pequeña y tímida.

El quitó su mano de la mía y paró de coger apuntes. Inspiró profundamente, mirando al suelo. Volvió a inspirar repetidas veces, como oliendo el aire... Levantó la cabeza de repente con el ceño fruncido y me miró extrañado.

-¿Tu eres la nueva no?

Este capítulo va dedicado a holiwis100.

I'm not afraid of you.(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora