Capítulo 7 :

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-¡Hemos salido!- exclamó Clara entusiasmada, daba saltitos de alegría, se tiró hacía mi y me abrazó fuertemente, me estaba axfisiando. Que cierta tenía para ser tan delgadita.
Cuando me soltó, me miró y agachó la cabeza avergonzada, fue la alegría del momento. Reí, por lo que se ve era bastante tímida.
Me preguntó donde estarán ahora los chicos, probablemente estén dando vueltas todavía.
El profesor nos miró sorprendido, se acercó a nosotras y dijo:

-¿Y los demás compañeros?- preguntó preocupado a ver que solo estábamos nosotras.

-Probablemente dando vueltas por el laberinto.- dije, una risa se le escapó a Clara, contagiándome su risa.

-Debíais ir juntos, no cada uno por su lado.-Nos regañó el profesor, pero no pudo contener una sonrisa, se notaba que quería reírse pero se intentaba contener para parecer más serio.
No aguantó mucho, empezó a reírse agarrándose la barriga.

-Quien lo diría... La más nueva, la primera.-dijo cuando paró de reírse. Me miraba con intriga.- Id a los vestuarios y arreglaos un poco.- nos ordenó.

Clara y yo fuimos a unos vestuarios, eran bastante grandes la verdad, tenía por lo menos 15 duchas, un gran espejo y bastantes lavamanos, también había aseos. Incluso creó que una sala de spa, al mirarme en el espejo ví que estaba más sucia de lo que creía, tenía hojas por la trenza, alguna ramita también, y el gorro de lana estaba igual que la trenza, me veía como si me hubiera revolcado por la tierra. Clara estaba igual que yo, simplemente que ella llevaba el pelo enmarañado. Me quité el gorro, me lavé la cara, me hize otra vez la trenza, quitando las ojas y ramitas. Y estaba como nueva.

Sonó el timbre que indicaba el comienzo de la próxima clase, miré a Clara, ella me miraba tranquila, como si no tuviera prisa.

-¿Y que clase te toca a ti Clara?-le pregunté extrañada. Soltó una risita, ¿había dicho algo gracioso?

-Ahora no hay clases Maia, hay un descanso de tres cuartos de hora.-me explicó.

-Ahh.- dije.

-Ve yendo tu a la cafetería yo iré en unos minutos.-me dijo.

Salí de los vestuarios, iba en la misma dirección que todos los demás, los cuales algunos me miraban curiosos. Llegué a una zona donde había muchas mesas, y una gran cola esperando delante de un mostrador. Me coloqué en la cola, cuando era mi turno una mujer muy basta esperaba mi pedido, si no tuviera redecilla hubiera dicho que era un hombre, sus ojos me miraban con cansancio e irritación. No tenía mucha hambre a si que pedí sólo una hamburguesa. Cogí mi hamburguesa y me quité de la cola, miré a mi alrededor dubitativa, no sabía donde sentarme.

-¡Maia!- me sonaba la voz, miré buscando quien me llamaba. -¡Aquí!- la que me llamaba Sara, estaba sentada en una mesa donde habían chicos y chicas, todos me miraban a mi. Sara movía su brazo en modo de saludo, señalando una silla que estaba a su lado, quería que me sentara con ellos.

-¡Maia! - dijo otra voz, me giré hacía el otro lado donde me esperaba Clara con otros chicos y chicas de tez palida en una mesa, también quería que me sentara con ella. Sara se dió cuenta que me llamaba otra persona y al mirar a Clara, abrió la boca con indignación, Clara miraba a Sara con odio, al parecer no se llevaban muy bien.

Luego me miraron a mi esperando que me decidiera donde sentarme.
¿ dónde me siento?

Tenía un gran dilema, así que finalmente decidí no sentarme con ninguna de las dos. Salí del comedor con prisa, miré por encima del hombro que me miraban ambas extrañadas. Seguía caminando por el pasillo, ahora que me fijaba, había grupos en la cafetería, todavía no había visto en un grupo personas morenas y pálidas juntas. Cuando de dí cuenta, vi que estaba en un sitio, parecía como un patío trasero, tenía un enorme árbol en medio, estaba todo nevado, parecía que alguien lo hubiera pintado todo de blanco.
Me senté cerca del árbol, y me apollé en él. Empecé a comer mi hamburguesa. Se escuchaban el ruido de los coches por la carretera. Me relajé y esperé a por sonara el timbre. Cuando este sonó, me levanté y me sacudí quitándome la nieve. Saque el horario y lo miré, me tocaba Matemáticas... Salí y aquel sitio, la verdad es que era bastante tranquilo.

Llegué a mi taquilla, ya me empezaba a conocer los caminos, saqué el libro de matemáticas y un cuaderno con el estuchito. Miré de nuevo el horario y era en el aula 24 ¿Cuantas aulas tenía este sitio? Subí a la primera planta, había de la aula 1 hasta la 14. Seguí subiendo a la segunda planta, tendría que estar aquí, caminé viendo en número de las clases. 14, 15... Cuando llegaba al final del pasillo la encontré. Me metí en ella, todavía no había llegado el profesor, por suerte, aunque habían pocos asientos libres, en el fondo, vi una cabellera morena que me resultó familiar. Caminé hasta ella, era Sara. La miré con una sonrisa y ella me miró alegre pero confundida. Empezaba a acostumbrarme a que me mirara y cuchicheaban. Me senté a su lado y ella me preguntó:

-¿Por qué no te has sentado conmigo en el descanso? ¿De qué conoces a esa rubia que te llamaba?- me acosó.

-No soy muy buena con las decisiones, y esa "rubia" como tu le dices, tiene nombre. Se llama Clara y la conocí en la prueba de educación física.-le expliqué.

-Y por cierto, ¿Que prueba te pusieron? Esperó que no muy dificil- me preguntó preocupada.

-Me metieron en un laberinto con unas personas y sólo una botellita de agua.-le respondí. Su boca se abrió exageradamente y sus ojos parecían que se le iban a salir de sus órbitas.

-¿Y cómo te fué?-me preguntó preocupada.

-A mi y a Clara bien, verás es que hubo una discusión entre yo y otro chico. El quería tomar por un lado y yo por el otro. Así que me fuí por el lado que yo había dicho y Clara me siguió. Y el chico y los demás se fueron por el otro. Nosotras salimos antes y ellos... No tengo ni idea de donde están ahora mismo. - le respondí orgullosa de mi decisión. Sara se río.

-A¿ si que probablemente ellos todavía estén dando vueltas por el laberinto?-me preguntó riéndose.

-Eh... - hice como que me lo pensaba.- Si.

Después de eso las dos estallamos a carcajadas. La gente nos miraba como si nos hubiera crecido otra cabeza. La profesora entró en la clase. Tenía el pelo negro y unos ojos vpardos preciosos, aunque tenía algunas arrugas. Era bastante guapa.
Sara se pasó la hora pintando en su cuaderno, de vez en cuando miraba lo que pintaba, se le dsaba bastante bien, estaba pintando a un lobo.

I'm not afraid of you.(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora