Prólogo

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—¿Están seguros de querer adoptar a ella? Hemos tenido algunos problemas, es algo inquieta por las noches, y...

— No nos importa, sabremos sobrellevarlo. Además solo tengo que mirarla para saber que ya la adoro, y con esos ojitos, es hermosa.

— Bien, señor y señora Lewis, solo tienen que firmar y el trámite estará terminado. De todas formas la trabajadora social estará haciendo visitas durante seis meses para ver el desarrollo de la pequeña.

— Está perfecto por nosotros. La cuidaremos bien, Rachel está en buenas manos.

La pareja tomó a la pequeña niña de apenas mes y medio, firmaron los papeles y se la llevaron a casa.

Seis meses después

— Muy bien, parece que todo va viento en popa, la pequeña Rachael puede quedarse con ustedes. Serán unos estupendos padres.

La pequeña bebé mantenía su pulgar en la boca mientras observaba atentamente a la trabajadora social.

— Estoy segura de que tú también serás una excelente hija.

Cumpleaños número 1 de Rachel.

— ¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños, querida Rachel! ¡Feliz cumpleaños a ti!

Los aplausos resonaron por todo el salón. La bebé se mantenía en pie con un poco de ayuda, pero pronto comenzaría a caminar. Ella tenía una bonita sonrisa y sus dulces ojitos violetas estaban llenos de brillo.

Todo continuaba bien y ella parecía ser una bebé totalmente normal. Su próximo hermano estaba a un par de meses por nacer.

Después de que todos habían vuelto a sus hogares, la familia iba a meterse a la cama, pero antes tomarían un baño, así que la pequeña se encontraba en la bañera junto con su madre. Ella jugueteaba con su patito de goma en el agua, cuando su mamá se percato de que había olvidado las toallas para secarse. 

— ¡Maldición!

Dijo la mujer en un susurro. Miró a su bebe por unos segundos y tomó una decisión.

— Escúchame bien. Volveré en un par de segundos. Solo mantente quieta, no te muevas de la silla ¿Está bien?

La bebe aún no comprendía del todo, pero ella asintió levemente.

— Bien, ya vuelvo.

Pam se puso de pie y envolvió su cuerpo en la pequeña bata, salio lo más rápido que pudo directo a la habitación, y el embarazo no era de mucha ayuda en ese momento.

Rachel continuaba jugando con su patito de goma, pero sin querer, lo dejó ir demasiado lejos, por lo que se sostuvo de la orilla de la bañera y se levantó del banquito, pero el jabón y el agua hacían las cosas muy difíciles. Sus pequeños piecitos resbalaron, se hundió en la tina en un santiamén, ella no sabía que estaba pasando, pero por instinto se llevó las manitas detrás de sus orejas. 

Ahí fue donde sucedió su primera transformación, el instinto de supervivencia como híbrido, la hizo transformarse, sus garritas abrieron su piel detrás de las orejas, las branquias aparecieron y junto con ellas el pequeño tatuaje de un pez. 

Cuando su mamá volvió, asustada de no ver a la pequeña, la sacó de la bañera llena de pánico, la sostuvo fuerte entre sus brazos, al escuchar la risita de la bebe, su cuerpo se lleno de alivio. En ese momento su cuerpo volvió a la normalidad, así que Pam no se dio cuenta de sus ojos más brillantes y las branquias, el tatuaje pasó desapercibido hasta que llegó el momento de cepillar el cabello, pero era tan pequeño que ella creyó que se trataba de un lunar muy peculiar. 

Poco a poco Rachel obtuvo algunas de sus habilidades, pero todas ellas por supervivencia.  

  

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Segunda parte de Híbridos, espero que les guste. Gracias por leer.

Secretos oscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora