Una fuerte carcajada salió de mi boca, estaba riendo de una manera histérica. Lana se separó de mí y me miró unos segundos.
– ¿Qué es tan gracioso?
Traté de parar mi risa durante unos segundos para poder hablar.
– Ustedes, su historia.
Todos se quedaron en silencio, me miraban sorprendidos. Puede sentir a Mark acercarse a mí.
– Lo que ellos dicen es verdad. Parece una locura, pero lo es.
Comencé a calmarme un poco, todo esto era una total locura, eso no podía ser verdad, era como escuchar un cuento.
– Toda la historia que te contamos sucedió, y aún hay mucho más que contar.
Alice había hablado mientras me miraba con cariño, como si entendiera que era lo que pasaba por mi cabeza.
– Entendemos que te sientas confundida, es algo difícil de...
– ¡No estoy confundida! ¡Ustedes están diciendo locuras!
Todos me miraban de nuevo después de haber gritado aquello.
– Rachel...
– ¡Rachel, nada! ¡Todo esto es una estupidez, Olympia! ¡ Me trajeron hasta aquí para contarme una maldita historia que parece haber sido inventando por alguien muy fumado! ¡Quiero irme de...!
Me encontraba de pie mientras gritaba, pero antes de que pudiera continuar Mark me tomó de los hombros y estampó sus labios contra los míos. Esa extraña cosa sucedió de nuevo.
Sus labios se sentían suaves y dulces, como algodón de azúcar. Me sostenía pegada a él.
– Tienes que recordarlo.
Aquellas palabras fueron a penas un susurro en medio de aquel beso, pero fue suficiente.
Mi mente parecía estar entrando al recuerdo de un recuerdo, y así sucesivamente hasta llegar a un momento en específico.
– Entonces, mi pareja destinada ¿eh?
– Lo soy sí, así como tu eres la mía.
– Es una locura...
– Lo parece, pero es verdad.
– ¿Cómo sabes que estamos destinados?
– Mi mamá dijo que lo sentiría, es algo así como una conexión. Dijo que se sentiría como si estuviéramos atados y que una vez que te encontrara no querría dejarte ir.
– Querer pasar todo el tiempo contigo...
– Sí, de esa forma.
Estábamos sentados en un tronco, bajo un árbol de magnolias rosas, podía escuchar a los pajaritos cantar y el correr del agua un poco más alejado.
– He hablado con mi madre sobre eso. Dice que quiere conocerte primero y que me abuela Olivia te conozca también.
– Me parece buena idea.
– ¿Hoy a la noche? ¿No estás ocupado?
– Iré. Hoy a la noche, lo prometo.
El recuerdo se difuminó un poco, pero pronto se volvió claro de nuevo.
Al abrir la puerta me encontré con Mark, se veía tranquilo y traía dos hermosas flores en las manos.
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Secretos oscuros
Sci-fiCuando sabes que no eres exactamente una persona normal, no puedes evitar no aceptar la propuesta de recibir respuestas, así sea dejando todo atrás. A veces es necesario hacer sacrificios, pero puede resultar en secretos que preferiría no saber, pue...