Secretos oscuros

Capítulo 7

Lilia, mi madre y yo estábamos en la sala y en silencio cuando los demás llegaron.
Sus risas alegres resonaron en la habitación, pero pronto fueron calladas cuando notaron nuestra seriedad.

– ¿Qué es lo que pasa? ¿Todo está bien?

William fue quien habló esperando una respuesta. Al parecer eso fue lo que sacó de su trance a mi madre, porque pronto su cuerpo comenzó a temblar y pequeños sollozos salían de sus labios, me acerqué a ella y la rode con mis brazos dejando que ella llorara en el hueco entre mi cuello y hombro.

– ¿Qué fue lo que pasó?

Está vez el de cabello castaño se escuchó preocupado.

– ¿Lilia?

Matt se dirigió a ella esperando que dijera algo, pero ella mantenía la cabeza gacha.
Le di un beso en la coronilla a mi madre y comencé a hablar.

– Estábamos cenando cuando percibí un olor extraño, lo dejé pasar, pero después escuché un ruido en el patio trasero. Me asusté y las llevé al sótano conmigo, nos quedamos ahí un rato. Luego dos chicas entraron a la casa y dijeron que... que al parecer habían encontrado a mi hermana.

El silencio reino por unos segundos antes de que William volviera a hablar.

– ¿Vieron sus rostros? ¿Algo que les indicara quiénes eran?

– Eran oscuras, una de ellas se llama Katt, al parecer era su primera vez en salir del suelo... Ah, también mencionaron algo sobre reportar el sitio, porque su rey nos está buscando.

Los chicos voltearon a ver a William esperando una respuesta.

– Todos saben lo que significa ¿no?

Todos asintieron, mi madre, Lilia, Matt y yo los mirábamos con confusión.

– Algunos de nosotros no lo sabemos.

– Significa que tenemos que irnos. No podemos continuar aquí, si vuelven y te encuentran estamos jodidos. Además hay que averiguar lo de tu hermana. Alice, ya sabes que hacer.

Ella simplemente asintió y subió las escaleras.

– Mañana a medio día nos iremos, así que vayan a arreglar sus cosas.

Todos asintieron y comenzaron a subir las escaleras también. William se acercó a donde me encontraba con mi madre y le dio una leve caricia a su cabello.

– Tranquila, Celesta. Ella debe de estar bien. Vamos a buscarla.

– Es que... yo solo la dejé. Se supone que estaba con Edward, se supone que estaría cuidandola.

Sus ojos estaban rojos después de tantas lágrimas, todo en ella demostraba la preocupada que estaba.

– Sabes que después de lo que paso, las cosas se pusieron difíciles.

Ellos parecían ignorar mi presencia, y el tema en el que la conversación comenzaba a girar me parecía interesante, así que no dije nada esperando que ellos continuaran.

– Ya lo sé, William. Pero cuando lo vi la última vez, le dije que la cuidara, que no podía dejar que los oscuros se la llevaran.

– Será mejor que vayas arreglar tus cosas, Rachel. Mañana tendremos un día agitado.

Ellos me estaban excluyendo de esta conversación, era bastante claro que no querían que los escuchara.

– Esta bien. Hasta mañana.

No puse resistencia y me levante para subir las escaleras, pero en realidad me quedé a la mitad, justo donde ellos no podían verme y por si las dudas utilice mi habilidad para camuflajearme. Sus voces se escuchaban algo lejanas, aún más porque estaban hablando en susurros.