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Narra Shawn:

El resto del verano pasó como una estrella fugaz en un cielo azul oscuro.

El primer mes lo pasamos juntos, haciendo planes como ir a la playa, al cine, a cenar y todos eso típicos planes que hacen las parejas. Pero el mejor momento del día para mi era cuando nos íbamos a dormir, cerrar los ojos y saber que cuando los volviese a abrir ella seguiría allí a mi lado, con su dulce cara dormida y su mano sobre mi pecho.

El segundo mes volví a Canadá pero esta vez a mi casa, echaba de menos a Lea pero el haber estado con ella todo el mes hacía que la situación me fuese más fácil de gestionar. Así que me valía con hablar con ella todos los días.

Aproveche el tiempo para ir con Charlie y los demás a hacer surf y sobre todo a jugar al Hockey.

Los profesores de la universidad empezaron a mandarnos proyectos a mitad agosto, por lo que tuve que dejar de salir por las tardes y salir más por la noche.

Íbamos al garaje del padre de Andrew a tomar refrescos mientras veíamos todos los partidos de Hockey de la temporada pasada que aunque ya nos supiésemos de memoria los resultados t las jugadas, discutíamos sobre el resultado y poníamos énfasis en todos los pases como si no los hubiésemos visto nunca.

Jugábamos al ping pong y a veces hacíamos experimentos con cualquier cosa que hubiese por su garaje  intentando no liarla demasiado y que la madre de Andrew no acabase echándonos de su garaje.


Celebré mi cumpleaños con mi familia y el último fin de semana antes de volver a la Universidad lo celebré con Leah, me hizo una cena super especial y me regalo un reloj y, lo cual me pareció un bonito detalle.


Aquella noche no pude dejar de abrazarla.


Con el fin del verano acabe estresado ya que estaba a un día límite para entregar mi proyecto inicial para la universidad.

Por lo menos pude estar con Leah el fin de semana antes de coger mis maletas y marcharme de nuevo hacía la estúpida universidad. Todavía no había empezado el verdadero curso y ya estaba realmente asqueado con todo lo que tuviese que ver con la universidad. Eso del curso de iniciación había sido una verdadera putada para todos nosotros sobre todo por el hecho de que no habíamos tenido unas verdaderas vacaciones, ya que aún sin estar en la universidad no parábamos de recibir proyectos y actividades de las que hacernos cargo y completar para ser calificados.

Ahora empezaba el periodo duro, tres meses antes de volver a casa, antes de volver a estar con mi familia, ver a Leah y de poder estar con ella, junto a ella.

Esto iba a ser muy difícil y ni siquiera quería pensar en ello.

Todo se iba a volver más difícil.

Los deberes.

Los exámenes.

Los trabajos.

Las presentaciones.

Y no quería pensar que mi relación con Leah también se iba a volver más difícil.

Narra Leah:

Vuelta a la universidad.

Esto estaba poniéndose muy difícil.

Ya hemos completado la primera semana de clases, nos plantamos frente a montones de deberes y cosas por estudiar así que mi tiempo libro es escaso por no decir nulo.

Aun hablo con Shawn todo los días, estamos sacando tiempo para vernos hasta de debajo de las piedras, pero se nota que el agobio de ambos es notable, estamos bastante abatidos con todo lo que tiene que ver respecto a la universidad.

Me cuenta que sus profesores son muy exigentes y que con el mínimo fallo te hacen repetir el trabajo entero aunque simplemente tengas una mínima falta ortográfica.  Me dice que dedicó todo el mes de agosto a redactar un proyecto que les mandaron a pesar de que supuestamente estaban de vacaciones de verano y que simplemente por que su profesor interpretó una cita que el puso en el documento le hizo repetir el proyecto de cero, esta muy molesto y puedo verlo en sus ojos.

También puedo notar su estrés por la manera en que se muerde su labio inferior.

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Pasa el tiempo y con el las clases y estaciones.

Tras tres semanas de clases la tensión se podría cortar con un cuchillo, tanto Shawn como yo tenemos el estrés que se nos sale por las orejas. Y el estrés conlleva al cansancio todo por los estúpidos trabajos, prácticas y proyectos.

Los exámenes empiezan a asomarse con el paso del tiempo y el tener que estudiar se vuelve de una opción a una obligación o una condena más bien.

No era realmente consciente de que todo esto se nos estaba viniendo encima hasta que un día a Shawn se le olvido hacer Skype conmigo.

Estuve esperando más de media hora a que me mandase petición de vídeo llamada pero nunca lo hizo.

Le mande un mensaje para avisarle pero no recibí respuesta hasta una hora después, me mandó un mensaje disculpándose porque había estado estudiando toda la tarde y se le había pasado la hora.

Conversación por mensaje:

"Shawn: ¿quieres que lo hagamos ahora?

Leah: Ahora no puedo, me tengo que ir a dormir.

Shawn: ¿Mañana por la mañana?

Leah: Tengo clase a las ocho, ¿Por la tarde?

Shawn: Tengo que estudiar, ¿Qué tal si lo hacemos el sábado?

Leah: Vale."

Y así fue como pasamos de hablar todos y cada uno de los días de la semana a hablar a penas una hora y media los sábados.

Can't let you go - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora