Capitulo 1

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Suena el despertador. Son las 7:30 a.m de la mañana. Enciendo la lámpara pequeña que tengo en la mesita de noche e inmediatamente voy dando tumbos hasta llegar al interruptor de la luz principal. La luz cegadora me obliga a cerrar los ojos por un instante.

Acto seguido voy al baño. Me quito el moño, y me peino mi pelo castaño claro. Lavo mi cara y me echó crema. Después miro el pequeño cajón. "¿Lentillas o gafas? Paso de meterme hoy algo en el ojo, que pereza". Me pongo mis gafas negras para que mis ojos miel por dentro, y ligeramente verdes por fuera vean.

Voy a la cocina y me empiezo a preparar un café mientras se hacen las tostadas. Cuando meto el café en el microondas, saltan las tostadas. Las unto con mantequilla y mermelada de fresa y antes de darles un mordisco doy un sorbo a mi café. Termino el desayuno y me visto.

Es primavera. "Ponte esos leggings negros con las Converse azul marino y una sudadera fina, esa, la que pone Be Happy del Stradivarius." Resulta irónico trabajar en el Pull & Bear como dependienta y casi no comprar ropa allí. Desenchufo el móvil del cargador y cojo las llaves. Antes de salir me miro nuevamente el pelo. "¿Coleta o pelo suelto? Hoy no hace tanto calor, luce tu melena larga, Anais."

Bajo la cabina del autobús aparte de mi hay un hombre que me recuerda a Mr.Bean. Tiene una cara muy graciosa. Al fin llega el autobús que me dirige al Nassica. Tras unos minutos, pulso el Stop y me bajo. Veo a Carolina y a Alexia entrar solo unos instantes antes que yo.
- Hey, que estoy aquí.-digo.
- No te había visto corazón.- salta Alexia dándome dos besos.
- Si te hubiese visto ya te habría espachurrado.- dice Caro dándome un cálido abrazo.

Entramos dentro de la tienda y vemos a Sara, la jefa.
- Qué puntuales habéis sido todas hoy, ¿no?- dice arqueando una ceja.
- Aún falta Natalia.- responde Carolina.
- Ay, es verdad, que mujer. Siempre llega tarde.- exclama la jefa haciendo un circulo con los ojos.

A los pocos minutos de cada una situándose en el puesto que le tocaba hoy, aparece Natalia corriendo con ese pelo moreno como el carbón.
- ¡Ya estoy, perdón! Me he dormido...- dice poniendo esa cara de cachorrito.
- Siempre te duermes...- dice Sara.- Anda, vete a la trastienda, hoy te toca colocar la nueva colección junto con Caro.

Ya cada una esta preparada, pero no llega nadie, así que Alexia y yo nos ponemos ha hablar.

- Cariño, te veo muy tristona... Deja de pensar en Diego, enserio, no puedo verte así.
- Soy incapaz. No consigo levantar cabeza...
- Tienes que conocer a mas chicos. No puedes seguir así.- me intenta reconfortar mi compañera.
- Ya, pero tengo miedo de volverme a equivocar.
- Sé que no crees en estas cosas, pero, yo voy a ir mañana al salón de Tarot de una antigua vecina mía a que me eche las cartas. ¿Te apuntas?
- Sigo viéndolo una tontería, pero por probar no pierdo nada. Ocho euros mas o menos, da lo mismo.¿Donde quedamos?
- Voy a recogerte mañana por la tarde a eso de las siete.
- Perfecto.

Tras una mañana agotadora de trabajo llego a mi casa y me preparo unos espagueti con tomate. Que pocas ganas tengo hoy de hacer algo. Me tiro en el sofá, veo La que se avecina, leo un rato, y así paso el resto de la tarde, ceno mientras veo Big bang, y media hora después, me voy a la cama.

Mañana sera otro día."Ahora duérmete, princesa guerrera."

Las CartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora