Suena el despertador. Son las 7:30 a.m de la mañana. Enciendo la lámpara pequeña que tengo en la mesita de noche e inmediatamente voy dando tumbos hasta llegar al interruptor de la luz principal. La luz cegadora me obliga a cerrar los ojos por un instante.
Acto seguido voy al baño. Me quito el moño, y me peino mi pelo castaño claro. Lavo mi cara y me echó crema. Después miro el pequeño cajón. "¿Lentillas o gafas? Paso de meterme hoy algo en el ojo, que pereza". Me pongo mis gafas negras para que mis ojos miel por dentro, y ligeramente verdes por fuera vean.
Voy a la cocina y me empiezo a preparar un café mientras se hacen las tostadas. Cuando meto el café en el microondas, saltan las tostadas. Las unto con mantequilla y mermelada de fresa y antes de darles un mordisco doy un sorbo a mi café. Termino el desayuno y me visto.
Es primavera. "Ponte esos leggings negros con las Converse azul marino y una sudadera fina, esa, la que pone Be Happy del Stradivarius." Resulta irónico trabajar en el Pull & Bear como dependienta y casi no comprar ropa allí. Desenchufo el móvil del cargador y cojo las llaves. Antes de salir me miro nuevamente el pelo. "¿Coleta o pelo suelto? Hoy no hace tanto calor, luce tu melena larga, Anais."
Bajo la cabina del autobús aparte de mi hay un hombre que me recuerda a Mr.Bean. Tiene una cara muy graciosa. Al fin llega el autobús que me dirige al Nassica. Tras unos minutos, pulso el Stop y me bajo. Veo a Carolina y a Alexia entrar solo unos instantes antes que yo.
- Hey, que estoy aquí.-digo.
- No te había visto corazón.- salta Alexia dándome dos besos.
- Si te hubiese visto ya te habría espachurrado.- dice Caro dándome un cálido abrazo.Entramos dentro de la tienda y vemos a Sara, la jefa.
- Qué puntuales habéis sido todas hoy, ¿no?- dice arqueando una ceja.
- Aún falta Natalia.- responde Carolina.
- Ay, es verdad, que mujer. Siempre llega tarde.- exclama la jefa haciendo un circulo con los ojos.A los pocos minutos de cada una situándose en el puesto que le tocaba hoy, aparece Natalia corriendo con ese pelo moreno como el carbón.
- ¡Ya estoy, perdón! Me he dormido...- dice poniendo esa cara de cachorrito.
- Siempre te duermes...- dice Sara.- Anda, vete a la trastienda, hoy te toca colocar la nueva colección junto con Caro.Ya cada una esta preparada, pero no llega nadie, así que Alexia y yo nos ponemos ha hablar.
- Cariño, te veo muy tristona... Deja de pensar en Diego, enserio, no puedo verte así.
- Soy incapaz. No consigo levantar cabeza...
- Tienes que conocer a mas chicos. No puedes seguir así.- me intenta reconfortar mi compañera.
- Ya, pero tengo miedo de volverme a equivocar.
- Sé que no crees en estas cosas, pero, yo voy a ir mañana al salón de Tarot de una antigua vecina mía a que me eche las cartas. ¿Te apuntas?
- Sigo viéndolo una tontería, pero por probar no pierdo nada. Ocho euros mas o menos, da lo mismo.¿Donde quedamos?
- Voy a recogerte mañana por la tarde a eso de las siete.
- Perfecto.Tras una mañana agotadora de trabajo llego a mi casa y me preparo unos espagueti con tomate. Que pocas ganas tengo hoy de hacer algo. Me tiro en el sofá, veo La que se avecina, leo un rato, y así paso el resto de la tarde, ceno mientras veo Big bang, y media hora después, me voy a la cama.
Mañana sera otro día."Ahora duérmete, princesa guerrera."
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Las Cartas
RomanceAnais, una joven de 23 años, ya es independiente. Vive sola en un pequeño apartamento, tiene un trabajo en una tienda de ropa, acaba de sacarse el titulo de psicología y tiene muy buenos amigos. Pero desde su ultima relación, tiene miedo a volver a...