Abro cuidadosamente los ojos. "Oh, dios, cómo pica..." Corro hacia el baño, intentando no despertar a David. Me miro la cara. Tengo los ojos completamente rojos y algo hinchados. Del bolso que deje en el salón, saco un pequeño frasquito con agua para lentillas y el recipiente para meterlos. Me las quito y las dejo un rato reposar en el recipiente. No veo bien, pero bueno. Le empiezo a preparar el desayuno a David. Hoy es domingo. Los domingos desayuno tostadas, así que opto por hacerle unas 4 tostadas, un vaso de zumo y un colacao. Miro hacia abajo. "Ay madre, que estoy desnuda. ¡Y las ventanas abiertas!" Corro hacia el dormitorio a ponerme algo. En primer lugar, me pongo las bragas y la camisa que llevaba él anoche. Son las 10 y media, me da tiempo a desayunar yo también. Preparo otro desayuno idéntico para mí, y voy a la cama y le empiezo a dar besos a David por la tripa.
- Hey... Buenos días a ti también.- dice mientras se frota los ojos.
- Hooolaaaa...- digo con voz sexy.
- ¿No me vas a dar un besito?- pregunta.
- Depende. ¿No estamos saliendo, no?
- No, no. Me encantó lo de anoche. Pero quiero quedar más. No es el momento.
- Me parece perfecto.
- Entonces, ¿me das un beso?
- Ahora, sí.- me acerco y le doy un beso en los labios. "Joder, que bien saben".
- Oye, ¿sólo un pico?- inquiere con cara de pena.
- Pero bueno, ¿quiere el señorito algo más?
- Sí. Me apetece arrancarte mi ropa.
- ¿No te bastó lo de anoche?
- Sí. Pero el sexo mañanero me encanta.
- Entonces... ¿Sexo y desayuno? ¿O desayuno y sexo?
- Mejor te como a tí primero, y luego me como el desayuno.
- Me parece perfecto.- casi sin dejarme pronunciar la 'o', me come los labios y me mete la lengua, animándome a ponerme encima de él.* * *
- ¿Estaba rico?- pregunto.
- El desayuno, mucho. Tú, una delicia.
- Tengo que irme. Tengo una cita.
- ¿Vas a quedar con otro, teniéndome a mí?- dice, mirándome a los ojos.
- No somos pareja. No tenemos ningún compromiso.
- Es verdad. Te llamaré. Pronto.
- Eso espero. Hasta luego.- un beso en la mejilla.Voy andando hasta mi casa con la misma ropa de ayer, el pelo suelto y las lentillas ya puestas. Recibo un WhatsApp.
?: Anais, ¿quieres...quedar?
A: Supongo que eres Santi, así que en ese caso, sí.
S: Sí, soy yo...
A: Cielo, hoy no puedo. Por que por la noche me tengo que acostar pronto, tengo que trabajar.
S: Y... ¿quieres que vaya a recogerte del trabajo y comemos? Te invito a un restaurante.
A: Bueno, si no te importa...
S: Para nada...
A: Pues el martes si quieres te recojo.
S: Perfecto. Salgo a las 2 y media.
Me envía un emoticono con el dedo pulgar levantado y me desconecto. "¡Qué rico es!"
Al fin llego a casa y me pongo a pensar en que me pongo. Ya está decidido, un vestido verde lima con medias marrones y unos tacones blancos. Decido dejarme el pelo suelto. Raya común por arriba, raya de abajo, rímel, corrector, colorete melocotón y pintalabios rosa chicle."¿Quien eres en realidad, Hugo?"
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Las Cartas
RomansaAnais, una joven de 23 años, ya es independiente. Vive sola en un pequeño apartamento, tiene un trabajo en una tienda de ropa, acaba de sacarse el titulo de psicología y tiene muy buenos amigos. Pero desde su ultima relación, tiene miedo a volver a...