Un pequeño rayo de luz me despierta por la mañana. Ginebra está dormida. "Qué guapa está". Voy al baño y me pongo la ropa de recambio que traje. Oigo mi móvil sonar desde el salón y voy corriendo en sujetador a cogerlo.
- ¿Diga?
- Hola... ¿eres Anais..., no?
Sólo por la manera de hablar supe quién era.
- Hola, Santi.
- Ay, sabes quién soy... que guay, pensé que te habrías olvidado de mí. O sea, no quiero decir que tengas mala memoria, si no que como soy un petardo pensé que pasarías de recordarme... O sea no quiero decir que seas tonta por haber aceptado a...
- Santi, calla. Déjalo. Tranquilízate.
- Vale... perdona. Quería preguntarte si querrías esta tarde ir a tomar algo...
- Claro. Cuando quieras.
- ¿Cafetería Valor a las 6?
- Allí estaré. Un beso.
- ¿Un beso...? Ay, me siento especial.
Cuelgo y me río. Santiago es muy rico. Me encanta su timidez. Veo la cabeza de Ginebra moverse y se despereza.
- ¿Qué sonaba?- pregunta.
- Fue mi teléfono. Ha llamado Santi.
- ¿El rubio?- se levanta y rápidamente viene corriendo.- ¿A que hora habéis quedado?
- En Valor a las 6.
- Ay, que nervios. A ver si te llama... ¿David era?
- Sí, David.
- Quiero que me lo cuentes todo.
- Hombre, como lo sabes. Te veo mañana si eso.
- ¿No desayunas?
- Son casi las 12. Tengo que prepararme para quedar con Hugo.
- Jope... pues come bien, ¿vale?
- Sabes que como mucho. No lo dudes.- La doy un abrazo y me voy.Al llegar a casa me pongo a pensar con que me visto. Miro mi armario y me decanto por un jersey muy fino de manga francesa blanco que pone Chocolate en letras negras y una falda vaquera de color azul celeste recta, un poco mas arriba de las rodillas con medias marrones. Me pongo las lentillas y me hago una coleta, con las capas mas cortas fuera de la coleta, que son justo las que están cerca de la cara. De maquillaje me puse un pintalabios rosita, un poco de colorete melocotón, corrector, rímel y raya negra solo en el párpado de abajo.
Timbran.
- ¿Anais? Soy Hugo.
- Sí, ya bajo.
Me calzo unos tacones de color beige y bajo con mi bolso donde llevo todo.
- Hola, guapa. ¿Te gusta como voy?- dice.
- Broma, ya lo se. Sí, sí.
- Je, je. Tu también vas muy guapa.
No me gustó nada eso.
- ¿Nos vamos?
Asiento con la cabeza. Mientras andamos lo poco que hablamos son cosas normales, sobre el trabajo, más que nada. Hugo es muy guapo, hay que reconocerlo. Llegamos al restaurante. Me aparta la silla y me ofrece sentarme.
"Veamos qué tal."
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Las Cartas
RomanceAnais, una joven de 23 años, ya es independiente. Vive sola en un pequeño apartamento, tiene un trabajo en una tienda de ropa, acaba de sacarse el titulo de psicología y tiene muy buenos amigos. Pero desde su ultima relación, tiene miedo a volver a...