Ya es martes, y mi despertador suena. Estoy nerviosa, voy a ver a Santi, y de verdad que me hace muchísima ilusión. Opto por ponerme unos leggings vaqueros, con mis Nike Air Force y una camiseta de manga larga negra con mi chaleco vaquero claro. "Hace buen tiempo últimamente, no se está nada mal". Hoy me pongo las lentillas ("a ver cuando consigo todo el dinero para la operación de la vista"), mi maquillaje diario (corrector, colorete) y hoy decido ponerme una raya fina de gato y rímel, y me hago dos trenzas de raíz. Me pongo un vaso de zumo y me hago un café, y me pongo unas tostadas con aceite y sal, mientras escucho Europa FM. Después desconecto mi móvil del cargador, me cojo las llaves y me voy. Hoy decido no llevar bolso.
"Debería sacarme el carné de conducir", pienso en la parada del autobús. "Quiero hacer tantas cosas..."
Alexia atiende hoy conmigo la caja. Creo que ya no está cabreada por mi comportamiento de la última vez. Y creo que visto que su vidente acertó de momento, decido contarle mis recientes experiencias.
- A ver, a ver... Me estás diciendo que, ¿te has acostado con David en la primera cita, has besado a Hugo en la primera, propiamente dicha, y que en la primera con Santi no pasó nada? Me estás diciendo que, ¿hay tres chicos detrás tuya?- pregunta Alex con asombro.
- Eso parece.
- Me cago en la puta... Y yo sola, qué triste.
- Yo también estoy sola.
- Pero tú tienes a tres tíos detrás tuya...
- Oye, será que tú no ha tenido a un montón detrás.
- Tú eres mucho más guapa que yo. - dice, cobrando a una chica su vestido.- Son 17.35, guapa.- La chica paga con un billete de veinte y Alexia le da el cambio.- ¡Que tengas un buen día!- La chica sonríe tímidamente y se va.
- Uy, sí, venga, vamos a dejar el tema.
- Oye, ¿me acompañas en un descansito a comprar un pintauñas al Kiko? Vi una promoción de unos pintauñas que duran dos semanas.- me pregunta.
- Ay, son muy buenos. Yo tengo de esos, cogí uno rojo, uno negro, y uno azul.
- Pues si encima tú lo dices, me fío aún más.
Más tarde, la acompaño a comprar el esmalte y ya se van acercando las dos y media. Tengo nervios. Por fin, nuestra jefa, nos da las buenas tardes y nos "invita" a sushi (es decir, nos invita a que vayamos con ella a comer sushi pero cada uno pagando su parte), pero yo me niego y cuando salgo de la tienda hay un chico rubio sosteniendo un cartel que pone "Anais" y debajo en pequeño pone "(no me sé tu apellido si no lo pondría)". "¡Qué gracioso!" Camino hacia él sonriendo.
- Puedes probar con "Srta. de la Jara".- le digo a Santi.
- Ok. Espera.- Se va al escaparate de la tienda de chocolates Lindt y escribe con rotulador mi apellido atrás de la cartulina grande.- Haz que sales de la tienda ahora.
"Vaya, qué cambio, con lo tímido que es, muestre este toque tan bromista". Retrocedo sonriendo y camino otra vez hacia él.
- Srta. de la Jara, ¿sería usted tan amable de acompañarme al coche?
- Por supuesto, rubiales.- asiento.
- Vaya, qué lenguaje más poco inapropiado tiene usted, comparado con el mío, señorita.
- Y qué actitud más extrovertida tienes ahora tú, ¿no?
- He estado practicando cómo perder la vergüenza.
- Ha dado resultado, por lo que parece.
- No creas, me sale sólo a veces, seguramente en algún momento empiece a balbucear y a decir tonterías.
- No me importa. Y no son tonterías.
Sonríe mordiéndose el labio, mientras abro la puerta del coche gris que hay aparcado en la calle.
- Y, ¿a dónde vamos?- pregunto.
- Vamos a un Hotel-Restaurante que hay por aquí cerca, se come realmente bien, de verás.
- Confiaré en ti.- guiño un ojo.
- Bueno... en realidad te llevo allí por una razón en particular.
- ¿Y cuál es?- pregunto, con inquietud, mientras me hace un gesto con la mano izquierda, diciéndome que luego me lo cuenta.
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Las Cartas
RomanceAnais, una joven de 23 años, ya es independiente. Vive sola en un pequeño apartamento, tiene un trabajo en una tienda de ropa, acaba de sacarse el titulo de psicología y tiene muy buenos amigos. Pero desde su ultima relación, tiene miedo a volver a...