Capítulo 18. Tarde de confesiones.

76 6 4
                                    

Salí de casa con destino a la plaza, como acordamos con Lindsey, después de varias semanas al fin la vería.

Aparqué el carro afuera de la plaza y enseguida Lindsey corrió hacia la puerta del conductor. Apenas bajé del auto y ya la tenía colgada de mi cuello abrazándome.

-Te estaba esperando amor, te extrañé- dijo hundiendo su cabeza en mi pecho.

-Yo también te...- me interrumpió con un dulce beso.

-Cariño ¿quieres ir por un café?-preguntó en cuanto nos separamos.

-Claro.

Entonces entramos a la plaza y nos dirigimos a Starbucks. A decir verdad, mi lugar favorito.

Después de ordenar nos dieron nuestro pedido; un latte y un frappé.

Decidimos salir y sentarnos en una de las bancas de la plaza.

-¿Sabes?- comenzó a hablar -creo que es la primera vez que escriben mi nombre bien en mi vaso- dijo entre risas mostrándome el autógrafo del cajero en su vaso.

Por alguna extraña razón me dio curiosidad a mi también, así que miré mi nombre en mi vaso; estaba bien escrito.

-¿Cómo lo escriben?

-Siempre escriben "Lindzey, Linsey o Linzey", recuerdo que una vez tuve que deletrearlo a una cajera, dijo que no quería escribirlo mal.

Ambos reímos.

-Nunca me a pasado eso...

-Tienes suerte- dijo y tomó un poco de su frappé

-Tal vez, y... ¿cómo te fue en New York?

-Ah...- suspiró y permaneció callada unos segundos -en realidad hubiera preferido quedarme en casa- bajó su mirada.

-¿A qué te refieres?

-Mi padre nunca tuvo tiempo para nosotras, fingía ir al trabajo para no estar en casa ¡nosotras creíamos que en realidad tenía que trabajar!- lágrimas cayeron a su mejilla.

Mala pregunta, mala pregunta, muy mala pregunta.

-No... no llores- dije limpiando sus lágrimas -pero ¿cómo se dieron cuenta de eso?

-Un día fuimos con Jamia a la cafetería, y ahí lo vimos a él, con esa tipa con la que engañó a mi mamá... besándose. Al día siguiente decidimos seguirlo, tal vez en realidad trabajaba, pero no; fue a la misma cafetería con la misma tipa. No le dijimos nada sobre eso, queríamos aprovechar el poco tiempo por las noches y los fines de semana que estaba con nosotras, no queríamos pelear con él.

-Linds yo...- en realidad no sabía qué decirle.

-¿Si?

-Yo te amo- dije tratando de cambiar de tema, no me gustaba verla triste, mucho menos verla llorar.

-Y yo a ti Gerard, pero dime ¿hice bien en no decirle a mi padre?

-Yo creo que sí, quisiste aprovechar el poco tiempo que lo viste y no quisiste pelear con él, creo que fue lo mejor que podías hacer.

-Tal vez, por cierto; cuando me llamaste estaba con mi madre, por eso no te conté nada sobre esto y sólo te dije que él ya había vuelto al trabajo, pero en realidad volvimos dos días después de que nos enteramos que no estaba trabajando, nos sentíamos muy incómodas ahí, tal vez vivía con ella y tuvo que echarla unos días porque nosotras íbamos de visita. Usamos de pretexto que extrañabamos demasiado a mi mamá.

-Entonces ¿tu mamá no sabe nada sobre esto?

-Aún no, ella sigue muy triste por haber dejado a mi padre, está casi segura de que sigue viéndose con la tipa, sus sospechas son ciertas. Pero nunca le diría que usaba su trabajo para evitarnos, no quiero hacerla sufrir aún más. Y sí, está bien, yo entiendo que ya se divorció y que puede rehacer su vida, que puede tener una nueva pareja e incluso una nueva familia- sus ojos volvieron a cristalizarse -pero jamás podrá borrar ni olvidar a su otra familia; la primera que tuvo, y el lo que está haciendo es evitándonos- se lanzó a mis brazos.

Demolitiva Obsesión. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora