Capítulo 13. Reencuentro con Bert.

119 8 3
                                    

Tomamos camino al centro de New York.

Llegamos minutos antes de las cinco. Mi tía, mi madre y yo estabamos parados a un lado de nuestra camioneta.

No tuvimos que esperar mucho tiempo. Enseguida llegó una camioneta negra con vidrios polarizados, al verla de inmediato supimos que eran ellos.

-¡Bastardo!- gritó alguien que estaba dentro de la camioneta.

Un chico alto y cabello largo abrió la puerta del conductor y bajó de la camioneta.

-¡Te lo advertimos idiota!- dijo otro chico.

Enseguida el chico que bajó de la camioneta le disparó a mi madre en el brazo, ella cayó al suelo debido al impacto.

De inmediato corrí y me arrodillé al lado de madre, con lágrimas rodando por mi mejilla, ella seguía consciente.

-Creo que te lo dejamos muy claro ¿no?- dijo el chico que disparó.

-¡¿Qué carajos te pasa idiota?!- le grité.

-¿Qué parte de sólo no entiendes?

-¡Ellas me trajeron carajo! ¡Sólo vinieron a dejarme aquí y se iban a ir enseguida!- le dije levantándome.

-No me importa- hizo una pausa -ahora ellas dos tienen que largarse de aquí.

-¡¿No pudiste esperar a que se fueran antes de disparar?!

-No.

-Tiene que llevar a mi madre a un hospital enseguida- le dije a mi tía.

-Podría lastimarla aún más si la llevo, así que llamaré a una ambulancia, no te preocupes. Tú ve a arreglar esto de una buena vez.

-De acuerdo, cuida de ella.

-Por supuesto.

-Gerard, cuida de ti- dijo con algo de dificultad mi madre.

Acentí.

En ese momento volví a quebrar en llanto, y volví a desear que esa bala hubiera impactado en mi.

-¡Bastardo!- dijo el chico que disparó -¿vas a venir o no?

-Ah, si... creo.

Me limpie las lágrimas y me levanté.

-Como sea, sube al asiento trasero de la camioneta.

-De acuerdo.

Me dirigí a la camioneta, abrí la puerta, subí y la cerré.

-Hola querido- dijo un tipo que iba en el asiento del copiloto, su voz me era familiar.

-¿Bert?- le respondí.

-Exacto querido, me conoces bien- dijo volteandome a ver con una sonrisa en el rostro.

Pero su sonrisa se borró al ver mi cara.

Suspiré para poder guardar la calma y le pregunté: -¿Qué carajos te pasa por la cabeza?

-Tú.- me respondió y comenzó a acariciar mi mejilla.

Rodé los ojos y quité su mano de mi cara.

-Bien chicos, no creo que puedan seguir sseduciéndose durante el camino, así que tendrán que esperar a que lleguemos- dijo el idiota mayor, el alto que le disparó a mi madre.

-¿Llegar a dónde?- le pregunté.

-A nuestro destino.

-Sí, pero...

Demolitiva Obsesión. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora