Día 2.2

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El la cargo en sus brazos y ella se escondió en el hueco que hay entre su quijada y su cuello para tratar de dormir un poco, pegada a el.

Estaba muy delgada, había perdido mucho peso desde que empezaron a huir, pero eso fue por falta de alimento, desde que su hermana murió casi no comía nada, aunque tuvieran comida.

El ponía sentir el hueso de su cintura encargarse en sus brazos y notaba como sus lindas y largas piernas iban pegándose al hueso con forme los días transcurrían. Su abdomen, estaba plano, eso no había cambiado, pero sus costillas se notaban mucho mas que antes. Pero su linda carita de muñeca siempre se quedaría así, aunque estuviera enferma, incluso... Muerta, mantendría esa cara de porcelana con esas pestañas diminutas pero completamente rizadas que parecían mas largas cada vez que cerraba los ojos, sus lindos y suaves labios que solían besarlo cada vez que podía. Ahora, ya ni se voltean a ver.

El sentía cariño por ella, era como un perrito abandonado que había recogido ya hace un tiempo. Al principio es difícil acostumbrarse a su presencia, a sus destrozos, a su forma de no obedecerte y de mandarte a la mierda, pero al final, no sabrías que hacer sin el.

El trato de recostarla en las cobijas que usaban como cama improvisada, pero ella se aferró a su cuello y negó lentamente aun con su rostro contra la piel de su cuello, creando que su cabello le diera cosquillas a el en la quijada.

-Tienes que dormir- murmuro el chico tomando su cintura y tratando de separarla, ella volvió a negar y giro todo su rostro hacia su cuello empezando a besarlo lentamente.

-No quiero dormir- susurro ella- soy una niña salvaje, no quiero ir a la cama- mordió la piel de el haciendo que el flanqueara las rodillas y tomará su cintura aun mas fuerte.

Allí se juro una cosa a ella misma: no dejaría que el se fuera de su lado

Nothing was the same 2.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora