Capítulo 3.

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Mi móvil no había parado de sonar en toda la mañana y me había despertado un par de veces, pero milagrosamente había conseguido seguir durmiendo. Ayer Elisabeth se había quedado hasta bastante tarde, no sé quién estaba más emocionada viendo las películas, si ella o Paula, aunque tenía que reconocer que a mi también me encantaban. Justo en ese momento volvía a sonar, así que decidí que era el momento de ponerme en pie y contestar.

- ¿Qué es lo que quieres ahora, pesada? - dije aún adormitada sin mirar quién me llamaba.

- Si yo sé, no te llamo. ¿Tengo buenas noticias para ti y así me lo pagas? - dijo Valeria al otro lado de la línea.

- Ups, disculpa, pensaba que eras Elisabeth, ya sabes... Soy todo oídos, sorpréndeme.

- ¿Te fijaste en el moreno alto que estuvo en mi fiesta? - dijo soltando un pequeño chillido de adolescente.

- Vete a saber, habían muchísimos chicos allí - respondí. Inmediatamente, sin saber por qué, me vino a la cabeza aquel chico que tanto me había llamado la atención al entrar a la fiesta.

- Es imposible que no lo hayas visto, está tremendo. Mira el Whatsapp, te acabo de enviar una foto para que te hagas una idea.

Despegué el móvil de mi oreja y puse el manos libres para contemplar cuál era la emoción de Val. ¡Oh Dios mío! No me lo podía creer, era el chico que había visto entrar mientras hablaba con Andrés, justo el que me había imaginado.

- Bueno, como te iba diciendo ESE chico, se fijó en ti y vaya que si se fijó. No ha parado de preguntarme por ti, incluso me ha pedido tu número, pero le dije que necesitaba tu consentimiento.

- Mmm... claro, ¿por qué no? - pregunté mientras unas mariposas comenzaban a revolotear en mi estómago.

- Perfecto, pues voy a mandárselo ya.

- Pero oye... ¿Estás segura de que se refería a mi? ¿No estará preguntando por otra? Quizá esa chica rubia tan mona que estaba contigo en clases particulares.

- Nena, por la descripción que me dio, solo puedes ser tú: pelo rubio rizado, vestido azul y totalmente impresionante - dijo riendo.

- Vale, pelota - dije riendo yo también. Seguro que él no me había descrito como "impresionante".

- Que suerte tienes... Nunca le hace caso a ninguna, mira que he intentado tener algo con él y nunca se ha dejado. Acabo de dejarle tu número, disfruta y no te olvides de contármelo todo, besos - dijo antes de colgar sin darme tiempo a despedirme.

Madre mía, esta chica no tenía remedio, siempre igual. Cerré los ojos y disfruté de la noticia, ¿de verdad se habría fijado en mi? De pronto, como si me leyera la mente, vibró mi teléfono avisándome de que acababa de llegar un nuevo mensaje y por supuesto, era él. Mi corazón comenzó a latir con fuerza al ver su foto. En ella, aparecía sonriendo ampliamente, me gustaba su sonrisa. Le respondí inmediatamente, tenía la ligera sensación de que iba a empezar algo realmente importante.

Que mis ojos no se olviden de los tuyos. #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora