Capítulo 5.

114 6 0
                                    

Habían pasado ya dos meses desde aquella fiesta en la playa. Habíamos quedado en numerosas ocasiones después de haber conseguido sacarme el carnet, pero siempre con la compañía de algunos de nuestros amigos. Me atraía bastante, aún no había pasado nada, no habíamos tenido ni una sola oportunidad, aunque estaba bien así, no tenía prisa con él, sentía que teníamos todo el tiempo del mundo. Cuando estábamos juntos, tenía la necesidad de no apartarme de su lado, me era totalmente imposible evitarlo.

Esa misma tarde, quedaría con él a solas por fin. Se me hacía bastante raro no tener a nuestros amigos cerca, vigilando cada movimiento y lo cierto es que estaba bastante nerviosa, no podía evitarlo. Habíamos quedado en el parque, así que cogí mi Fiat 500 azul y me dirigí a su encuentro, no quería llegar tarde.

Aparqué el coche y cuando bajé, pude verlo apoyado junto a un árbol a un par de pasos de mi, aunque él aún no me había visto. No sé como, pero siempre se veía bien. Reprimí mi impulso de abalanzarme sobre él y le di un simple abrazo. Odiaba que se acabaran tan pronto.

Paseamos mientras hablábamos sin parar. Cada vez me sentía más cómoda cuando estábamos juntos. Finalmente, decidimos sentarnos un rato a descansar. Me dispuse a colocarme a su lado, pero Daniel me tiró ligeramente de la mano para que me sentase sobre su regazo. Comencé a ponerme nerviosa, ¿pesaría demasiado?, ¿podría aguantar?, ¿estaría incómodo? Me miró fijamente y como si me leyera la mente dijo:

- Carol, relájate, simplemente me apetecía tenerte cerca, pero si te sientes incómoda...

Decidí olvidarme y disfrutar de ese momento junto a él. Sin saber por qué, mi corazón latía con fuerza cada vez que se acercaba a mi, cada vez que me acariciaba la espalda, cada vez que me miraba. Estaba yendo realmente mejor de lo que esperaba.

- Tengo ganas de hacer algo contigo desde hace mucho tiempo, pero no sé si tú querrás lo mismo...

¡No me lo podía creer! ¿Se estaba refiriendo a un beso? Mis pulsaciones aumentaron, estaba casi segura de que Daniel podría oír el latido de mi corazón. Cada vez estaba más cerca. Posó su mano sobre mi cintura y me aproximó a él. Cerré los ojos deseando que ese momento se hiciera eterno, por fin, un beso. Pero antes de rozar sus carnosos labios, oímos una voz que me llamaba a gritos, Valeria. No podía ser menos oportuna. Estaba a punto de besarme, tan solo nos separaban unos escasos centímetros, pero el momento había acabado.

- Carol, que sorpresa verte aquí con Dani. - dijo Valeria tras darme un fuerte abrazo.

- Te lo conté ayer cuando hablamos con Eli. - dije totalmente frustrada.

- Ah, cierto, se me había olvidado. Bueno, ya que estoy aquí, los invito a comer en un bar que acaban de inaugurar y dicen que está genial, ¿vamos?

- Es que nosotros... - comencé.

- Me parece bien, me está entrando hambre. - dijo Daniel interrumpiéndome.

Pensaba que quería estar conmigo a solas, pero ahí estaba él, aceptando la invitación de Valeria como si no hubiese pasado nada tan solo unos segundos antes. 

Tras la comida, llegué a casa bastante enfadada por lo que había pasado. Durante la cena había estado algo borde con ellos, ni siquiera me atrevía a hablar por miedo a soltar algo que no debería. Dejé la chaqueta y el bolso colgados detrás de la puerta de mi habitación y fui al baño. Llené la bañera con agua caliente, sales y muchas burbujas. Nada mejor que eso para olvidarme de la cita que me habían fastidiado.

- Cielo, no te había oído llegar. ¿No habías salido con un amigo?

- Sí, pero no quiero hablar de ello, no estoy de humor - dije resoplando.

- De acuerdo...

Mi padre salió del cuarto de baño. Lo cierto era que mi respuesta no había estado bien, él no tenía la culpa, luego le pediría perdón. Por el momento, me dedicaría a escuchar música y dejarme llevar con Una y otra vez de Antonio Orozco.

Que mis ojos no se olviden de los tuyos. #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora