50.Clases de aparición.

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¿Stone o Malfoy?.

Los dos...

La mañana era cálida y la nieve se derretida, Draco se había puesto la túnica de Slytherin. Estaba listo para la clase de aparición, Eso era algo que el necesitaba, podía aparecer y desaparecer siendo mortifago, pero no lo había aprendido tan bien, siguió su camino al gran salón, en donde ya aguardaban los jefes de las casas y el instructor.

Busco a Blaise por arriba de todos lo alumnos, no lo encontró, su vista se posó en la chica de ojos castaños; Quien nerviosa se mecia sobre sus pies mientras depositada juguetonamente sus dos manos en el regazo. A su lado estaba Hermione.

Draco sonrió, porque aunque el no era feliz, el solo verla y sentir que al menos tenía ese privilegio lo hacía sentir una pizca de felicidad.

Volvió la vista a su lado, el instructor se estaba presentando, pero a Draco no le interesaba, el ya sabía lo que tenía que hacer, sólo necesitaba practicar más.

-Draco...¿ya lo has hecho?- le susurró Crabbe.

Draco lo miro descifrando aquella mirada tan maligna, Crabbe parecía disfrutar el hecho de que alguien moriría.

-Si, necesitaré su ayuda esta noche...

-¡Malfoy Callate!- lo reprendió la profesora Mcgonagall.

Draco al sentir que todos incluso ella lo miraban se había puesto furioso y completamente rojo. Sólo le lanzó una mirada desagradable, para después cruzarse de brazos y seguir prestando atención.

Los habían mandado a formar en filas para poder hacer la aparición, aprovechó que todos estaban en revuelo para poder hablar con Crabbe.

-¿Y el armario?- le pregunto de imprevisto.

-Eso esta bien..No sé cuánto durará, ¿está bien?,-le dijo rápido-. Está tomando
más tiempo del que esperaba.-
Crabbe abrió su boca, pero Malfoy pareció adivinar lo que diría.

-No te concierne nada de lo que hago, Crabbe. Tú y Goyle solo hagan lo que les dije y protéjanme bien.

-Yo les digo a mis amigos en lo que me estoy metiendo si quiero que me protejan,-Detrás de ellos una voz molesta para el y muy conocida les hablo.

Malfoy giró sobre en su puesto, su mano rápidamente hacia la varita, preparado para atacar, sentía enojo, tenía ganas de desquitarse, pero en ese preciso momento, los Jefes de las
Casas gritaron: '¡Silencio!' y los alumnos se callaron de inmediato. Malfoy se giró hacia el frente nuevamente.

-Muchas gracias,- dijo Twycross, el instructor-y ahora ...
Movió su varita. Aparecieron de inmediato en el suelo unos aros antiguos frente a cada alumno.
-¡Lo que hay que tener en cuenta para la Aparición, son las tres D's!,Destino, Determinación,
Decisión. Primer paso: fijar vuestra mente sobre su destino deseado,en este caso, en el interior de vuestro
aro. Ahora, suavemente, concéntrense en su destino.

Draco miro a su alrededor. Todos se miraban extraños, después comenzaban con el ejercicio, tomó aire y miro el aro, lo hacía muy bien mientras cerraba su mente, como cuando su tía le había enseñado Oclumacia.

-Segundo Paso,-dijo Twycross, -¡Concéntrense en su 'Determinación' de ocupar el espacio visualizado! Dejen que
su deseo se extienda desde su mente a cada partícula de su ser.

Draco miraba nada mas que su aro, estaba concentrado y no le costaba mucho hacerlo aunque en su cabeza vagaba una preocupación de si Potter había escuchado algo. Sacudió la cabeza intentando alejar cualquier pensamiento, tenía que concentrarse, de nuevo poso la mirada a su aro, perdiéndose el.

-¡Tercer paso!-dijo Twycross -solo cuando dé la orden ... Vuelvan a sus puestos, sintiéndose que se dirigen a la nada, ¡moviéndose con 'Deliberación'! A la cuenta de tres: uno ...

Sonrio de lado mientras aún miraba su aro, el ya estaba más que listo y no necesitaba explicaciones.

-... dos ...

Recordó lo que necesitaba, "las tres D's, su tía se lo había explicado de una manera no tan estúpida y más servicial, seguía sintiéndose confiado, sabía bien lo que tenía que hacer.

-... ¡TRES! ...

"¿y si potter escucho?"

"Hechara a perder todo el plan".

Parecía que Draco había perdido la concentración, en cuanto anunciaron que era hora de desaparecer, lo hizo, pero no del todo bien, intento desaparecer consiguiendo una mala pasada, callo hacia atrás sobre sus manos como si algo lo hubiera lanzado, no lo había logrado esta vez, porque aunque siempre lo había hecho más o menos bien, ahora no estaba concentrado.

Se levantó sacudiendo la túnica para acomodarse, miro a su alrededor, casi nadie parecía lograrlo. Neville estaba tirado de espalda; Ernie Macmillan, por otro lado, había hecho
algo como una pirueta gimnástica hacia el aro y lucía momentáneamente conmocionado hasta que se dio cuenta que Dean Thomas estaba riéndose a carcajadas de él.

-No se preocupen, no se preocupen-dijo secamente Twycross, quien no parecía esperar algo mejor.-Ajusten sus
aros como antes, y de vuelta a sus posiciones iniciales.

Elsegundo intento ni fue mejor que el tercero. El tercero fue igual de malo. A Draco ya le dolía la cabeza y no podía dejar de pensar en si aquel chico le había descubierto.

"Deja de pensar en eso idiota"

"¡Concentrate!"

Pero no podía, no con aquellas voces molestando siempre, No sino hasta que pasó algo interesante.

Hubo un horrible grito de dolor y todos miraron alrededor, para ver a Susan Bones, de Hufflepuff, tambaleándose en el aro con la pierna izquierda parada cinco metros detrás, en donde había comenzado.

Draco no se rió como lo habría hecho tiempo atrás. Profirió una mueca y se compadecio del llanto de la chica, los jefes se acercaron a ella para socorrerla y de un momento a otro el cuerpo ya estaba unido.

-La 'escisión' o la separación casual de alguna parte del cuerpo,- dijo Wilkie Twycross de forma aburrida-sucede
cuando la mente no está suficientemente 'deteminada'. Se deben concentrar siempre en su 'destino', y moverse sin
apresurarse, pero con 'decisión' ... así.

Twycross dio un paso adelante, se giró graciosamente en su puesto con los brazos estirados y desapreció.

[...]

Para cuando terminó la clase Draco ya estaba más que abrumado, caminaba rápido y sin fijarse por donde iba empujando a quien se le ponía enfrente.

-¡Hey idiota!. Fíjate por donde...vas.

Draco dejó de caminar parando en seco, de nuevo la tenía cerca, casi un metro pero para el era todo lo que necesitaba, desde ahí podía oler aquel aroma a vainilla que sus fosas nasales habían deseado volver a oler, y sus ojos, esos ojos marrones que le llamaban tanto la atención.

-______- dijo más para sí mismo que para ella...

Y allí estaba ella, parada, muda y consternada. Ella corrió a sus brazos tomando sin avisar la cara del chico y plantando un beso que jamás en sus cinco sentidos le habría dado, dejando a Draco mudo.

Obligada. (Draco Malfoy) [Libro#1] °En Edición°.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora