Capítulo 4.

209 9 1
                                    

-Ya me oíste.-

-Pero...¿cómo te va a dar igual si, yo pasaré y Luke no? Tiene tres oportunidades más o...-

-!Ya sé lo que le pasará¡ No es necesario que me lo repitas.-

Mi madre había empezado a llorar, se me cayó el alma a los pies verla así, no sabía qué decirle así que la abracé.

-Teresa, sé que Thomas cambió las tarjetas.-

-¿Cómo sabes eso?-

-Él me lo dijo, para asegurarse de que te vigilara y no fueras a cambiarlas de nuevo.-

-¿Y? ¿¡A caso no te importa Thomas!? ¡Era su tarjeta, no la mía!-

-Ya te dije, esos papeles no tienen ningún significado, los dan sólo para alterar la seguridad de los ciudadanos que realizarán las pruebas, sólo mírate, hace una semana estabas decidida de que ibas a pasar, ahora, piensas que no hay esperanza.-

-Pero dime...¿Cómo la iba a haber?-

-Sólo...No le hagas caso a esas tarjetas. ¿Ves lo que dicen en el reverso?-

Volteé la tarjeta, no sé porqué no se me había ocurrido antes, me había quedado pasmada mirando el "Pasarás", cuando la volteo me encuentro, escrito con letras diminutas, casi ilegibles, "Propiedad de C.R.U.E.L."

-Entonces, ¿insinúas que ésto no significa nada?-

-Exacto.-

La cámara que colocaron en mi cuarto emitió una luz blanca y brillante hacia mi madre, era hora de que se fuera.

-Teresa, pase lo que pase mañana, nunca olvides que te amo.- Se agachó y me dio un beso en la frente.

-Yo también te amo.- Pero ya era tarde, ya había cerrado mi puerta.

Decidí no pensar más en nada. O bueno...quizás un poco en ese crank. No sé porqué me causaba tanta curiosidad. Recordé los rasgos que tenía pero cada vez el recuerdo se hacía más borroso. Logré identificar algo que no había tenido en cuenta. Un tatuaje. Ese sujeto tenía un colibrí tatuado en el cuello, tal como el que tenía...

Salí corriendo hacia mi madre sin importar que las cámaras me vieran, las luces apuntaron hacia mí así que me quedé quieta, al instante se apagaron. Tuve que repetir el proceso varias veces hasta dar con su cuarto, correr, parar, correr, parar,correr, estrellarme el dedo meñique con el mueble, sollozar, parar.

-¡Mamá!-

-¡Qué pasa Teresa, ¿estás bien?-

-De regreso del colegio me encontré un crank, ya sé, no te llamé, lo siento, pero tenía mucha curiosidad, por eso me demoré.-

-Oye, ¡Por qué no me habías cont...-

-¡Mamá eso no importa ahora! ¡Ese crank era mi papá!-

-Teresa, ¿qué tonterías dices? Sabes que él...-

-Ya sé.-

-...

-Tenía su mismo tatuaje, el colibrí, y no me vayas a decir que es casualidad.-

-No, claro que no, puede tener lógica.-

-Oye te estoy diciendo que mi papá puede seguir vivo allá afuera, ¿y lo único que me dices es que puede tener lógica?-

-Teresa, él siempre ha estado allí.-

-Tú...-

-Sí, yo lo sabía.- 

En ese momento me inundó la ira, ¿cómo puede ser posible que nunca me lo hubiera contado?

-Teresa, lo siento... Traté de decírtelo antes...-

-Claro, trataste de decírmelo antes, tal como cuando me dijiste que murió por un accidente, ¿alguna otra mentira que me ocultes?-

-Fingimos su funeral.-

-Oh, eso está más que claro.-

-Y, lo apuñalaron en el ojo, de ahí a que tenga el parche, él hizo de cuenta que había muerto y lo llevaron al desierto, ahí otros cranks le hicieron la herida en el torso, afortunadamente recordaba el camino de vuelta a La Ciudad y logró escapar, sólo tú y yo estamos enteradas de que él está acá.-

-Mamá... Pudiste habérmelo dicho antes, mi padre está vivo y me tuve que dar cuenta yo misma.-

-Teresa, él está alcanzando el nivel máximo de la enfermedad, intentó atacarme y supe que era hora de dejar de verlo. Siempre has sido muy curiosa y sabía que apenas te dijera irías a buscarlo.-

-Pues felicidades, tienes toda la razón.-

Cerré su puerta de un golpe y me dirigí a la entrada, esta vez, las luces no me alumbraron.

-Sabes que después de las 10pm cierran todo y no te permiten salir.- Gritó desde su habitación.

-Lo sé, afortunadamente eso ya me lo habías contado, no como otras cosas.-

Tal como dijo mi madre, todo estaba sellado, todas las puertas de salida, las ventanas, el ingreso al sótano y al tejado, no había forma de salir, tendría que conformarme con lo que había visto hoy. 

Decidí dormirme, estaba muy cansada como para seguir pensando en lo que había pasado.

La llamaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora