Capítulo 12 (Thomas)

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Caminamos durante horas los tres chicos y yo, con Álex al frente. Nuestras camisas estaban sudadas, el calor era insoportable y no había señal de ningún árbol o nube que nos cubriese del sol. Hace ya cuarenta minutos que habíamos emprendido nuestra travesía al desierto. Era aterrador, éramos muy pocos. Demasiado pocos. ¿Por qué no dejaron a Luke, por ejemplo? ¿y las mujeres? ¡Teresa! Ni siquiera había tenido tiempo de pensar en ella... Pensé "¿Por qué no hablarle"? Hablamos telepáticamente y no soy capaz de saludarla, qué tonto. Bueno, ella tampoco se ha interesado por mí. Bueno, ya.
¿Teresa? Soy Thomas...
Sentí un dolor agudo en la cabeza, fruto del esfuerzo de la comunicación.
Oye, lo siento por no hablar antes... Las cosas han estado un poco, agitadas por acá. ¿Estás bien?
Alex me volteó a mirar. ¿Estaría gesticulando lo que decía con los labios?
¡Teresa! Espero que no respondas porque estés enojada y no porque te haya pasado algo.
-Ya Romeo, cállate y camina.- Espetó Álex. ¿Podía escucharme? O leía la mente...
-No leo la mente ni te escucho Murphy. Sólo que al tratar de comunicarse con ella, la señal llega a mí, supongo que la chica se encuentra lejos de usted. Déjela en paz, y de camino a mí también.- Los demás me miraron extraño, supongo que ellos no tenían la habilidad, debilidad, característica, o lo que sea que fuese eso.
Seguimos caminando durante horas, el sol acabando con nuestras células sanas que nos quedaban. Cada momento era peor.

La llamaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora