Día de la prueba; Capítulo 5.

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Me levantó mi hermano, entró corriendo a mi habitación y empezó a gritarme ¡Hoy es la prueba! ¡Hoy es la prueba!

-¿Estás listo?-

-¿Y tú?-

-No lo sé, oye, todo va a salir bien, ¿okay?

-No estoy muy seguro de eso, ya sabes...-

-Mamá dijo que las tarjetas no tenían significado alguno, ¿a caso no le crees?-

-¿Tú le crees?-

En ese momento ella entró a mi cuarto y dijo que debíamos irnos. Yo ni me había levantado, así que me apresuré, no me pude bañar, me odio por eso. Me coloqué la ropa gris de siempre, todo debía ser gris pero papá, antes de irse a trabajar el día de su muerte, me dio una manilla verde, dijo que fuera fuerte y valiente, que íbamos a superar todo esto. Desde ahí nunca me quito esa pulsera, es como si él hubiese sabido que iba a morir ese día, y me dejó ese recuerdo.

Nos subimos al bus, Luke y yo, ya habían varias personas, algunos de la edad de Luke, otros de la mía, Thomas estaba en el último asiento, así que me senté junto a él.

-Hola.-

-Hola...-

-¿Estás bien?-

-¿Crees que estoy bien?-

-Tu cara dice que sí, pero, sé que algo pasa.-

-Teresa, ¿crees que no estoy preocupado por ti? Ya sabes que lo de las tarjetas fue una pérdida de tiempo.-

El lugar al que íbamos, se llamaba La Torre, era un edificio muy alto con una habitación enorme en el último piso, en donde se realizaban las pruebas, quedaba cerca a mi casa, a unos 10 minutos, así que no tenía mucho tiempo para hablar con Thomas. Antes de que se fuera, quería decirle lo que sentía por él.

-Sí, lo sé, pero oye, al menos lo intentaste, eso significa mucho para mí.-

-Supongo que podemos continuar la charla ahora...-

-Supones bien.-

-Entonces...-

-...

Ninguno dijo nada y el edificio se hacía cada vez más grande, el conductor ya había anunciado que estábamos a punto de llegar, que dejáramos todo en orden. No entiendo a qué se refiere, ¿qué podríamos desordenar en esta lata llena de sillas?

-Bien, Tom yo...-

-Teresa, no es necesario que digas nada, ya me di cuenta que nada tendría sentido. Yo pasaré y tú no, es así de simple. No quiero que nos ilusionemos con algo que no podrá suceder. Cuando era pequeño, siempre soñé en que tú y yo nos iríamos a vivir al Área, que seríamos felices, que estaríamos juntos, pero ahora, por culpa de C.R.U.E.L. ya nada de eso se puede lograr. Pero, te prometo que te sacaré a ti y a tu familia de este lugar.-

Ya el bus se había detenido y se habían bajado todos, excepto Thomas y yo, él estaba llorando por lo que me había dicho, así que no pude resistir el llanto. Se veía muy mal, jamás lo había visto así, tenía la apariencia de no haber comido en días, se veía pálido, pero era igual de apuesto que siempre.

-Oye, creo que debemos irnos, ahora.-

De camino a la torre, tomé su mano, estaba fría, pero a la vez era cálida. No dijimos una palabra en todo el camino, estábamos guardando todas nuestras energías para subir las escaleras. Eran 65 pisos, eso ya era parte de la prueba. Poco después nos soltamos la mano, necesitábamos concentrarnos en subir, muchos dijeron que no podían más y tuvieron que abandonar la prueba, cada vez que uno se iba, sonaba en el altavoz el nombre y la edad de la persona y la cantidad de oportunidades que le quedaban para presentar la prueba, a ellos, los llevaban de regreso a casa. En el piso 58 una chica alta y morena, de unos 16 años, vomitó frente a nosotros, no paraba de decir que lo sentía, pero todo mundo, incluyéndome, la mirábamos con desagrado, uno de los que nos estaba escoltando la cogió y esperó un momento a que sonaran los altavoces:" Annie, 16 años, lo sentimos, ésta fue tu última oportunidad. Suerte para sobrevivir en El Desierto."

Me quedé aterrada por esas palabras, tiene tan sólo 16 años y debe ser enviada al desierto, al igual que... Mi padre. Regresaron a mi cabeza los recuerdos de él cuando era pequeña, eran demasiado borrosos pero aún los tenía, después, surgieron las imágenes de un crank lleno de sangre, con un cuchillo en su mano, un parche en su ojo y, lo más sobresaliente, un colibrí tatuado en el costado de su cuello. Papá me había explicado el significado de ese colibrí en su cuello, lo recuerdo perfectamente.

-Papá, ¿porqué te dibujaste un pájaro en tu cuello?-

*Risas*

-Hija, es un tatuaje, y esta clase de ave se llama colibrí.-

-Pero, ¿para qué te lo pusiste?-

-Cariño, ¿tú piensas en tu pasado? Digo, las cosas buenas o malas que has hecho anteriormente.-

-No, la profesora dice que debemos pensar en nuestro futuro y olvidarnos del pasado.-

-Exacto, esa es la razón por la que me tatué el colibrí, éste animal puede volar hacia delante y hacia atrás, las demás aves sólo van hacia adelante. La clave de nuestro futuro, es nuestro pasado, y debemos, al igual que el colibrí, ir hacia atrás en algunos momentos de nuestra vida.

Sólo recordarlo me hizo llenar de ira con todas estas personas, ellos habían sido la causa de su supuesta muerte. Y... Mi papá tenía razón, para tener un buen futuro, debes fijarte en tu pasado, en tus errores y el cómo corregirlos, en las decisiones que tomaste, hayan sido buenas o malas, todas son parte de ti y de tu futuro. Su estado en este momento, por ejemplo, me hace ser una mejor persona cada día, tratando de mejorar todo este lío.

Un empujón me despertó de todos mis pensamientos. Ya habíamos llegado al lugar de las pruebas.


La llamaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora