Capítulo 6.

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-Teresa, ¿estás bien?- Me dijo Thomas, con cara de angustia.

-Sí, oye, creo que debemos seguirlos.-

Me había  quedado parada pensando un buen rato, y Tom me había acompañado, seguimos a los demás hacia el lugar de las pruebas, nos organizaron en una hilera demasiado desordenada como para llamarse hilera, y nos dijeron que pusiéramos mucha atención.

-Bienvenidos a las pruebas, soy Alex, el encargado de dirigirlos el día de hoy. Como ya saben, aquí elegiremos quiénes pueden ir al Área y quiénes no, los que pueden ir son aquellos que tienen la llamarada en el nivel más bajo que hay y, por lo tanto, su capacidad intelectual es mayor a la de las demás. Poseemos muy pocos suministros de suero, y tememos que a las personas que no pasen la prueba hoy, no les podremos dar las tres oportunidades que les presentábamos antes, ahora irán a sus casas con un suministro de suero y un debido entrenamiento mental, prepárense muy bien, porque ahora sólo tienen una oportunidad.- Dijo el hombre encargado. Era alto, su piel era muy clara, sus ojos permitían ver un difícil pasado, y su expresión era agotada. Tenía las siglas de C.R.U.E.L. en su uniforme blanco y reluciente, no se veía nada amable.

La sala, completamente en silencio, estalló en una cantidad de murmullos que se convirtieron en zumbidos. Si las tarjetas acertaban, que lo más probable era que no, tendría una oportunidad, sólo una oportunidad más para salvarme, pero en ese momento... Pensé en mi madre y en mi hermano, si pasaba la prueba, ¿qué sería de ellos? Me sentí muy egoísta todo este tiempo por pensar sólo en mí misma. 

-Por favor, hagan silencio, necesito llegar a la parte principal.-

Todas las personas permanecieron en silencio, a excepción de un chico, aproximadamente de mi edad, se veía muy nervioso, y estaba llorando, era un sonido incómodo, traté de hablarle para calmarlo pero antes de que me pudiera acercar, un hombre lo jaló del brazo hacia la salida. No volví a ver al muchacho en el transcurso de las pruebas.

-Bien, este mes, o mejor dicho, de este mes en adelante, sólo podrán pasar hombres al Área.-

¿¡QUÉ!? Todas las mujeres empezamos a quejarnos, le ganábamos en mayoría a los hombres, por lo tanto los quejidos eran mucho más fuertes.

-Pero, ¿cómo se les ocurre hacer eso?- Preguntó una joven de cabello rubio, de no muy buen aspecto.-

-Escucha, yo no estoy enterado de nada. Sólo me dieron instrucciones sobre qué decirles, ahora, las mujeres, ubíquense en la habitación del lado, serán trasladadas a sus casas, para ustedes no habrán más pruebas, sólo esperar qué ocurre con todo esto de la llamarada.-

Todas discutían, Thomas me miró con una cara inexpresiva, me cogió de la mano y le dijo a Alex que le permitiera un momento para despedirse. Él asintió.

-Teresa, ¿qué vas a hacer? Sé que planeas algo.-

Debido a que ya sabía la ubicación de todo, por haber trabajado con mi padre, tenía clara la idea de dónde se encontraba el lugar en el que transportaban a las personas, era horripilante, pero tenía claro lo que debía hacer.

-Tú no te preocupes por mí, sólo, sálvate, y encuentra una cura para todo esto.- Sabía que nos veríamos dentro de muy poco, así que no pretendía una despedida muy emotiva.

-Sólo...Prométeme que nos encontraremos pronto.- Tenía la cara llena de angustia, me entristeció verlo así.

-Haré lo posible...-

-Está bien...-

-¿Tom?-

-¿Sí?-

-Te quiero.-

Y me besó, fue algo completamente inesperado, nunca creí que fuera a pasar. Después me abrazó mientras decía que todo iba a cambiar, y que, por favor, escribiera donde pudiera todo lo extraño que encontrara en la sala de transportación, y me dio un bolígrafo.

-¿Cómo sabes que voy a...-

-Te conozco más que a mí mismo, ahora vete, nos vemos del otro lado.- Me dio un beso en la frente y se fue. Al llegar a la puerta, miró atrás, claro, alzó su brazo y levantó los tres dedos del medio, había olvidado que ama The Hunger Games...

El plan ahora es ir a la sala de transportación y esconderme debajo de la mesa de trabajo, en esa mesa se planea todo, literalmente todo, a los costados tiene una clase de cajones, los cuales se abren sólo con llaves; afortunadamente mi padre me dijo un día dónde se encontraban las de repuesto, espero que sigan allí.

La forma de transportación es escalofriante, es como un acuario pero en vez de tener peces, posee personas. Aquellos que pasan por ese proceso, tiene cara de miedo, otros de confusión, como si les hubiesen borrado la memoria, en el colegio he escuchado eso, que a todos los que son sometidos en ese proceso es obligatorio borrarles la memoria, que es parte de las pruebas, pero yo no creo en eso, sé que es sólo un viejo cuento que nos dicen para atemorizarnos; a estos adolescentes les conectan cables por todo su cuerpo, y empiezan a tener reacciones nerviosas que producen náuseas. Me preocupa saber que Tom y yo debemos pasar por este proceso.

Joder, Tom.

Ya deben venir en camino, y no he tomado la llave. Me dirigí hacia la maquinaria a la que estaban conectados los cables, me agaché, di dos vueltas a la derecha, tres a la izquierda y una a la derecha de nuevo, a una pequeña caja fuerte y, como era de esperarse, abrió.

Salí corriendo hacia la mesa, abrí uno de los cajones y me metí sin esfuerzo alguno dentro de él. Minutos después se escucharon los pasos de los muchachos y Alex, que venían en camino. El instructor dio las instrucciones a seguir, y quedé pasmada ante sus palabras.

-Bien, ustedes son diez, pues a diez grupos diferentes de prueba irán. Todos son los mismos, sólo que con diferentes reglas y Habitantes. Ah, y olviden eso de que los penitentes los protegerán, eso es falso, ustedes deben protegerse de los penitentes. Bueno, es una estupidez decirles esto ya que les borraremos la memoria.-

La sala entró en una inmensidad de ruidos inhumanos, gritos, sollozos, todos debido a ese último comentario. Pero, nos borrarán la memoria, me olvidaré de todo, y no... Maldita sea, no escribí lo que Tom me indicó. En este espacio no hay luz, sólo se logra diferenciar una delgada línea en donde se abre el cajón.

-Bien.- Anunció Alex -Colóquense esta ropa, los iré llamando y, en orden, entrarán a esta habitación de vidrio y se conectarán los cables donde les ordene.-

-Ya... entonces, ¿usted pretende que entremos ahí para que nos borren la memoria y enviar directamente a la mierda nuestras vidas?- Dijo una voz gruesa y ronca.

-Es cierto, esto no es justo para ninguno de nosotros, ¿todos han pasado por esto?- ¡Ese era Thomas! Definitivamente lo era.

-Bueno... sí. Todos y cada uno de los Habitantes han pasado por esto, y necesito que lo comprendan. Esto es por nuestro bien, por una cura, ¿a caso no quieren sacar a su familia de esto?-

Todos guardaron silencio.

-Iniciemos. El primero en la lista es Murphy, Thomas.-

Me abalancé sobre el cajón para abrirlo pero una mano me tapó la boca y me detuvo.








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