Capítulo Nueve

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Te quedaste mirando al techo y suspiraste. Le habías dicho a tu madre que te dolía la cabeza, pero más bien era que te flotaba. Desde que te habías despertado, tenías la sensación de moverte en un ambiente electrificado. Podían ser los efectos de la crema o que la conexión con Park Jung Min se estaba volviendo más fuerte.

Decidiste que tenías que controlar aquella situación antes de que se te fuera de las manos. Lo malo era que tus estudios no te habían preparado para enfrentarte a Park Jung Min. Era territorio sin explorar. Tenías que convencer a tu jefe de que estaban enamorados, pero sin dejar que se convirtiera en realidad.

Además, tenías que hacerte cargo de N/M, que estaba como un cohete a punto de estallar. Primero la caravana y ahora el ordenador portátil. Oíste el ruido de una caja registradora y rezaste para que a tu madre no le diera por los barcos.

Al pensar en barcos, no pudiste evitar pensar en Jung Min. No querías. Sacudiste la cabeza intentando poner orden en el caos que te rodeaba.

En la habitación, había un escritorio con material suficiente para preparar una reunión. Te sentaste y escribiste.

1. Convencer al señor Kang Dae de que Jung Min es mi novio. Lo tachaste.

2. Parecer eficiente, educada, encantadora y natural. El señor Kang Dae tiene que ver que sé manejarme en las reuniones sociales.

3. Convencer a Park Jung Min de que no le van a dar un Oscar por su papel.

4. Limitar las caricias.

5. Nada de besos.

6. No beber cócteles con sombrillitas.

7. Olvidarse de Richard Gere -y no ponerse maquillaje. Solo te faltaban los labios de Sandra Bullock.

Lo tachaste todo.

8. No dormirse.

Arrancaste la hoja, hiciste una bola y la tiraste a la papelera. Media hora después y medio cuaderno después, te levantaste. El silencio era total. No parecía que Jung Min estuviera en la habitación de al lado. Tal vez, no estuviera. Aquello te desconcertó. No se habría ido a ver al señor Kang Dae, ¿no? No, no sería capaz.

Te sentaste dispuesta a escribir la lista definitiva, la sincera, y la titulaste "Lo que quiero de verdad".

1. Quiero que Park Jung Min sea mi amante.

2. Quiero olvidarme de N/M y del dinero.

3. Quiero

Rompiste la hoja en mil pedazos y decidiste que hacías demasiadas listas. Rápidamente, para no cambiar de opinión, fuiste a la puerta de Jung Min y llamaste. Al instante, te encontraste con sus ojos.

- Tenemos que hablar, Jung Min.

- Pasa.

Te fijaste en la enorme cama.

- ¿Te importaría que habláramos fuera?

Jung Min abrió los ventanales que daban al jardín. Seguía llevando los mismos vaqueros, pero se había quitado la camisa y los zapatos.

Miraste el césped perfectamente cuidado y viste a lo lejos al personal de servicio colocando las mesas para la fiesta. A la luz del atardecer, todo estaba precioso.

- T/N, te quiero pedir perdón por lo que ha ocurrido esta tarde. Si hubiera sabido que la crema iba a tener esos efectos secundarios en ti, te lo habría dicho.

- Lo sé. He intentado convencerme de que fue un sueño, pero no lo fue. Si hubieras querido, podrías haberte acostado conmigo. De hecho, creo recordar que incluso te lo pedí.

Un Novio Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora