Capítulo Doce

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No contestaste el teléfono móvil. Cuando volviste a casa del trabajo, tenías seis mensajes en el contestador. Dos eran de Eun Hye admitiendo que N/M y ella se habían puesto de acuerdo para emparejarte con Jung Min.

También había tres de N/M. En los dos primeros se mostraba optimista, pero en el último te pedía perdón porque Kang Dae le acababa de contar que habías intentado dimitir.

El último mensaje fue el que te hizo salir de casa rápidamente. Era de Jung Min.

- T/N, he decidido darnos unos días para que los dos pensemos en nuestro... bueno, en lo que ha pasado el fin de semana. Tenemos que hablar».

Veinte minutos después, estabas en la autopista. Condujiste con música a a todo volumen, sin pensar en nada ni en nadie.

Hizo noche. Buscaste un hotel y te metiste en la cama y no paraste de dar vueltas. No podías dejar de pensar en Jung Min. Creías verlo allí mismo, en tu habitación.

Aquello no podía ser. Tenías que olvidarte de aquel hombre. Además, seguro que estaba enfadado contigo por haberte llevado algo tan íntimo como sus fotos.

Al final, te levantaste y saliste del hotel para comer algo. Sacaste papel y lápiz y confeccionaste una de tus famosas listas.

PLANES DE FUTURO:

- Actualizar el curriculum. Omitir cualquier referencia al estado civil o a cargas familiares.

- Buscar trabajo en Alaska o en cualquier otro lugar donde la temperatura no sobrepase los 10ºC.

PLANES INMEDIATOS:

- Comprar una gorra, camisetas de manga larga y crema protectora.

- Tirar el ginseng y otras sustancias potenciadoras de la memoria.

- Vender la caravana de N/M y, con lo que me den, mandarla a ella y a Eun Hye al Congo.

Tachaste el punto tres. No podías culpar de nada a N/M o a Eun Hye. Habías sido tu la que había convertido un acuerdo de trabajo en una fantasía.

Te quitaste el anillo de pedida falso y te lo guardaste en el bolsillo con la intención de tirarlo al mar. Pagaste la cena y te fuiste a la cama.

Nada más amanecer, Te montaste en el coche y seguiste tu viaje. Fuiste parando en pequeños pueblos que nunca habías tenido tiempo de visitar. Por todas partes, había parejas y familias con hijos.

Todo te recordaba a Jung Min. Paraste el coche frente al mar y apoyaste la cabeza en el volante. ¡Maldición! No podías huir de él. Estabas completamente enamorada. En ese momento, oíste unos golpecitos en la ventana, miraste y viste a un policía. Tras pedirte la documentación del coche y el carné de conducir, te preguntó si te encontrabas bien. Intentaste convencerlo de que estabas perfectamente. Finalmente, el agente te dejó marchar no del todo convencido.

La tarde siguiente, Jung Min colgó el teléfono y anunció a los demás que la habían encontrado.

- Gracias a los contactos de Kang Dae.

- Qué raro. Mi hija nunca hace cosas así.

- Si no ha sido por el trabajo, me parece que ha llegado el momento de que nos cuentes qué ha pasado entre ustedes, Jung Min -lo instó Eun Hye.

- Nos hicimos pasar por una pareja de enamorados, como habían planeado. Nos metimos tanto en nuestros papeles que algo surgió entre nosotros y no lo pudimos controlar.

El señor Kang Dae se levantó y se acercó al ventanal.

- ¿Y qué vais a hacer ahora?

- No lo sé -admitió Jung Min-. Casarme y formar una familia es algo en lo que nunca había pensado. En realidad, quería una vida completamente diferente.

- Como T/N -intervino N/M.

- Me parece que tienes que ir a buscarla, Jung Min -sugirió Kang Dae-. He estado pensando en la idea que me dio sobre la fundación de niños necesitados y me parece bien. Con su idea y tus fotografías podemos hacer algo.

- ¿Mis fotografías?

- Sí, me las ha dado para que las vea. La idea es hacer un libro y venderlo para financiar la fundación. ¿No te lo había dicho?

Jung Min no podía hablar.

- ¿Utilizar mis fotos para conseguir la felicidad de algunos niños? ¡Es maravilloso! ¿Cómo no se me había ocurrido? Oh, T/N, soy la clave de tu futuro, pero de una forma diferente a la que pensabas. Me parece perfecto.

Estaba claro que T/N no había pensado en su ascenso sino en los niños. Como siempre, dándose a los demás.

«Me has dado lo mejor del mundo», pensó Jung Min.

Lo mejor era que tenían un proyecto que los incluía a los dos.

- Es perfecto, Jung Min -apuntó Kang Dae-. T/N asciende y tú te encargas de las fotos. Aunque no se casen, ha nacido algo bueno de sus relación.

Jung Min sintió una punzada de dolor.

- Bueno, lo de que no nos vayamos a casar todavía no está decidido. Lo que sí está claro es que T/N se merece ese ascenso y ser vicepresidente, Kang Dae, aunque ella no quiera.

- ¿Qué quieres decir con eso de que aunque no quiera?

- Me parece que está más dedicada a su familia que a su profesión. Está decidida a cuidar de N/M. Su madre es lo que la motiva a ascender a toda costa.

N/M no podía salir de su asombro.

- Tienes razón -dijo-. Nunca tuve dinero y, de repente, me vi con algo en el banco.

Sin embargo, no creo que se haya ido por mí, Jung Min. Vete a buscarla.

- Pero, ¿y cómo la vas a encontrar?

- Tengo el presentimiento de que ha ido a ver los gatos de Hemingway. 

Aquella misma noche, Jung Min bajó del avión en el aeropuerto y alquiló un coche. Tenía muy claro que estaba huyendo por él, porque estaba enamorada de él.

Aunque no se lo hubiera dicho, lo que había hecho con sus fotografías lo dejaba bien claro.

No se había parado a pensar en lo que quería. Apenas se conocían. No sabía qué comida le gusta a T/N, qué películas o qué libros. ¿Qué haría los domingos por la mañana? Para Jung Min, ese dato era muy importante.

Sabía que trabajaba mucho, como él, que no gastaba, como él, a pesar de que Jung Min contaba con una buena cuenta bancaria. T/N quería mucho a su madre, como él a su hermanos.

Dijera lo que ella dijera, T/N no era todo trabajo. Jung Min sonrió. Su casa reflejaba que a T/N le gustaban la amabilidad y la dulzura. Por otra parte, su forma de conducir decía claramente que le gustaba saltarse las normas.

Al haberse acostado con él, la vida de T/N había cambiado drásticamente. Y la suya, también. No sabía hacia dónde iba su vida, pero sí sabía hacia dónde iba en aquellos momentos. Pisó el acelerador con el corazón a mil por hora.

T/N lo quería.

Un Novio Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora