Capítulo 15

64 0 2
                                    

Literalmente no iba disfrazada de algún personaje famoso, sólo llevaba un vestido muy bonito y que a mi parecer me hacía contraste. Tenía un tirante un poco ancho en el hombro izquierdo, desde los pechos hasta unos centímetros arriba de la cintura era totalmente ajustado y pegado al cuerpo, mientras que desde ahí su diseño era suelto y su caída recta para al final tornarse en capas, tenía un pequeño adorno en la parte del tirante y más abajó, al empezar la parte que cubría el estómago hasta los tobillos se difuminaba su color y se dividía en varios colores, morado rosado claro y blanco para ser exacta.

Me sentía un poco incómoda con el escote, pero aun así era el único vestido que me gustó realmente, me maquillé un poco, como siempre que estaba animada solía hacerlo, corrector y base, deliniador negro en la parte inferior del ojo, rimel y un poco de brillo en los labios, no es que me gustara ser muy ostentosa y no me agradaban mucho las chicas que se creían las reinas del mundo y trataban como inferiores a los demás sólo porque llevaban un kilo de maquillaje encima.

Me dí una última ojeada al espejo y tomé aire como obligandome para lucir segura de mi misma y a la vez delicada, casi toda mi vida he vivido rodeada de hombres y he tenido bastante inluencia masculina, así que a veces creo que actuo como uno de ellos. Tomó otra bocada de aire y me observo realmente, es un momento para mí, me veo hermosa y lo más importante es que me sientó hermosa. Por el espejo vislumbro a Pandora que luce un vestido que va desde los pechos hasta unos 40 entímetros arriba de la rodilla, era flojo en general a excepción de la cintura que tenía una tira con un pequeño adorno plateado en la mitad que hacía resaltar el cuerpo de Pandora, combinaba con la piel blanca, pero bronceada de ella, como contraste tenía unos zapatos de taco altos y negros sin adorno alguno, diferentes a los mios bajos y plateados brillante.

Al verme Pandora se exaltó notoriamente, con pasó rápido que para mí sería imposible con los zapatos que llevaba se acercó a mí y me dijo con voz de sorpresa.

-Mar, ¡TE VES HERMOSA! No te ofendas, pero pensé que aquel vestido se te vería bien, pero se te ve como una supermodelo, eres muy bella, no tienes idea de cuánto...

-En serio gracias-dije divertida y sonrojada a la vez-, tu estás despampanante.

-Gracias, pero la que atraerá todas las miradas de la fiesta serás tú.

-Mejor peleamos luego, tenemos una fiesta.

Cuando salimos ya vestidas pude ver en las expesiones de los chicos que definitivamente los habíamos desprevenido y que estaban encantados de vernos, de hecho casi se les cae la mandíbula al piso cuando nos miraron la primera vez. Ellos también se veían muy atractivos y guapos. Ambos tenían un terno negro con camisa blanca, tal y como un caballero o un chambelán de fiesta de quince años, iban muy bien peinados y perfumados, por lo que más qudé estupefacta fue porque Rodrigo sin rodeos y rápidamente como si alguien más lo fuera hacer me pidió educadamente que sea su "pareja", yo nerviosa y con cosquillas en el estómago (O dinosaurios) tomé la mano que me tendió y nos dirigímos directamente a la famosa fiesta, cada uno con su pareja respectiva, pero no sin antes ponernos las máscaras en representación de un disfraz.

No estabamos lejos, pues compramos los vestidos y salimos hacía el lugar de la fiesta, era en medio del bosque, llegamos a la casa a las seis de la tarde siendo que la fiesta empezaba a las siete, dimos la excusa de que tuvimos que ir a esa hora porque teníamos otras cosas que hacer y acabamos antes, ir a nustras casas nos tomaría timpo y no llegaríamos a la fiesta, nos recibieron atentamente y sin culparnos o decirnos nada sobre el incidente. La casa tenía tres pisos y era muy elegante, pintada de blanco se veía imponente y con retratos pegados en las paredes era acogedora, a pesar de faltar una hora para la fiesta todo ya estaba arreglado, y el dj sólo preparaba la música. Antes de poder pasarnos a cambiar nos sirvieron cosas de tomar y tuvimos una agradable charla que nos quitó quince minutos, a las mujeres nos llevaron directamente a la habitación de huespedes mientras que a los hombres a otra habitación que se conoctaba por medio de una puerta, quedamos en encontrarnos exactamente a las siete en nuestra habitación y empezamos a arreglarnos.

Los Guardianes de las GemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora