Capitulo 10

205 16 8
                                    


Aidan

Sudaba como un maldito puerco, pero eso no era lo peor de todo, el sudor me valía verga después de un tiempo, lo que no me valía era el maldito dolor de cuerpo, Botch no tiene piedad, eso lo dejo muy claro, como demonios pensó que hacernos ejercitar después de un partido fue una buena idea.

—Entonces, ¿estamos bien?—. Max se cernía sobre mí, mientras levantaba pesas para afirmar mis pectorales. —Mientras no digas mierdas estúpidas, sí hermano—. Medio gruñí medio resople mientras colocaba la enorme barra torturadora de metal con peso en ambos lados, mejor conocida como pesa, en el soporte.

—Sí, lo siento sobre eso hombro, solo quería cabrearte un poco y tal vez estaba un poco ebrio pero supongo que no es excusa—.

—Supones bien Dilon—.

Suspiro derrotado. —Sí que lo hago Hayes—.

Una idea se coló en mi mente, confirme que nadie estaba cerca, antes de hablar. — ¿Cómo lo está tomando Jack?—. Has escuchado la expresión, él es como un sol, bueno ese era Jackie, nos daba ánimos cada que podía, sabía que decir para aligerar las situaciones y era el del aura vivaz y alegre, entre todos nosotros, el chico es literalmente un puto sol, pero después de lo de su novia empezamos a notar que su energía alegre estaba cada vez más escasa.

Max apretó la mandíbula. —Ah estado cada vez más distraído, el cree que no me di cuenta que anoche se llevó una botella de ron a la cama y esta mañana desapareció todo el puto día, solo logre localizarlo para que trajera su culo al gimnasio—.

Alcé una ceja, incrédulo, de los cinco él que poseía una resistencia al alcohol impresionante es Luke, generalmente él es al que tenemos durmiendo con botellas de licor. — ¿Crees que empeore?—.

Se encogió de hombros. —Tal vez solo necesita sacarla de su sistema, si el alcohol lo ayuda, ¿quién soy yo para detenerlo?, estoy dándole espacio—.

—No le des mucho Max—.

Él me frunció el ceño. —Es mi hermano menor, Dan, aprecio que te preocupes pero lo tengo bajo control—. Se giró para ir a las bicicletas. —Por cierto, el ratoncito no deja de mirarte, hazle el favor—. Se burló.

Lo mire extrañado para luego mirar hacia las chicas, D hablaba con Taylor pero Mia era otra cosa, su mirada me recorría con lentitud, no pude evitar la sonrisa de satisfacción que se formó en mi cara, entonces ella se topó con mis ojos, dio un pequeño salto, quitando la mirada avergonzada, su rostro se tornó de un hermoso rosa pálido, que se esparcía por su lindo cuello. Me alegraba saber que no le era indiferente a mi físico, esta mañana cuando la atrape haciéndome cosquillas me sentí un poco sorprendido, era muy tímida rayando la línea de antisocial, me había dado cuenta de eso con rapidez, cayada al punto de ser molesto, por lo menos para mí, después de todo me gustaba su voz suave, aunque me cabreaba que hablara tan bajo como si temiera ser reprendida.

Luego pensé en Mindy, el idiota de Felix y yo tendríamos una charla, no era la primera vez que olvidaba algo relacionado con su relación, demonios inclusive olvido su cumpleaños el año pasado, "el muy bastardo".

¿Mia?

Decir que me sentía completamente avergonzada, es decir muy poco, no sé en qué estaba pensado cuando me quede viendo como tonta el cuerpo de Aidan, se había sacado la camiseta por lo que podía apreciar su definido abdomen, tenía un paquete de seis, su cuerpo es ejercitado, no había otra forma de llamarlo, pero yo no debería de estar viendo el cuerpo de ningún hombre.

Me estremecía de solo recordar el cuerpo del hombre que me secuestro. — ¿En qué piensas?—. Diana me empujo un poco para llamar mi atención, suspire. —En nada importante—. Sabía que ella no me creía, la mirada que Diana me daba de vez en cuando, es la de alguien que sabe que algo no está bien conmigo, pero si ni siquiera eh llegado a hablar de mis años con él con la Doctora Roth, menos podría hablarlo con ella.

Where I belongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora