¿Mia?
Abrí lentamente los ojos, después de lo que pareció una eternidad, Aidan caminaba de un lado a otro con su mano sosteniendo su cabello, se veía frustrado pero también enojado. —Maldita sea—.Soltó un puñetazo a la nada para luego gruñir, salte un poco por la sorpresa.
El me miro, el rastro de sangre está resbalando hasta su cuello, siguió mi mirada, con rapidez lo limpio con la mano, no me quitaba la vista. —Lo siento—. Fruncí el ceño, no sabía por qué se estaba disculpando, como si hubiera escuchado mi pensamiento continuo. —No debí presionarte, joder he estado sobre ti todo este tiempo, yo—. Se detuvo, paso una mano por su rostro. —Joder soy un imbécil, te he acorralado más de una vez, tocado descuidadamente—. Me sonrió tristemente. —Ahora sé porque me tienes miedo—.
Su afirmación me dejo sorprendida, pero me hizo darme cuenta de algo. —Yo no te temo—.
Se rio sin gracia. —Si claro, prácticamente te la pasas escondiéndote de mí, pero oye, está bien—.Se encogió de hombros. —Yo, ¿quieres caminar?—.Su voz salía forzada, como si estuviera reprimiendo un grito, sus facciones estaban endurecidas, se veía desesperado, a punto de explotar.
— ¿Por qué no te doy asco?—. El me miro sin comprender. —E-estoy sucia, soy sucia—. Su rostro cambio de frustrado a enojado en un abrir y cerrar de ojo, se acercó peligrosamente hacia mí, luche contra el impulso de dar un paso hacia atrás pero no fui lo suficientemente fuerte, retrocedí.
Se detuvo al ver mi reacción. —Nunca, jamás, vuelvas a decir algo como eso—.
Estaba a punto de responder que era la verdad cuando su celular sonó. —Es D, debe estar preocupada—. Contesto pero no dejo de verme a los ojos, baje la mirada. —Tranquila D está conmigo, si, si, la voy a llevar a los dormitorios, no, no, D me voy a quedar con ella—.Suspiro. —Confía en mi quieres—. Con eso último término la llamada.
Yo no dejaba de temblar. —Vamos te llevare a los dormitorio—. Caminamos en silencio el resto del camino, Aidan se veía rígido y yo estaba a punto de desmoronarme, solo preferiría que no me viera, necesitaba una ducha, me sentía sucia a niveles incomprensibles.
Abrí la puerta con cuidado, el me siguió dentro de la habitación se sentó en la cama de Diana, entre a baño ya sin importarme nada, necesitaba desahogarme, el agua salió lo suficientemente caliente para ser doloroso, pero lo necesitaba, sabía que estaba a punto de romperme, empezó con temblores ligeros, sollozos suaves, hasta que temblaba incontrolablemente, sin poder sostenerme me puse de rodillas y grite.
Grite con todas las fuerzas que tenía, restregué mi cuerpo dolorosamente fuerte, tanto que mi piel empezó a ponerse roja, no me detuve, seguí gritando y restregando sin parar.
Sus manos sobre mí, su boca susurrando en mi oído, vomite con fuerza, esperaba que Aidan se hubiera ido para cuando salí, que se hubiera espantado pero él seguía en la misma posición en la que lo deje, con el ligero cambio de su rostro enterrado en sus manos, por suerte había llevado ropa conmigo.
Suspiro. —Necesito algo de ti Mia—. Trague pesadamente, él iba a lastimarme, debió captar mi mirada llena de pánico porque se levantó de golpe con sus manos alzadas. —Lo siento, no debí decirlo de esa forma, lo que quería decir es que necesitaba que limpiaras la herida que tengo en la ceja, el botiquín está en el baño—. Deje salir el aire que estaba reteniendo.
Mis manos eran torpes mientras trataba de limpiar su herida, no era profunda, solo superficial, me temblaban las manos pero sorpresivamente no era de temor, sino de nervios. —Lo siento—. Me disculpe cuando un poco de alcohol entro en el ojo de Aidan, el rio. —Está bien, no es como si D no haya hecho algo así cuando éramos más jóvenes—. Eso llamo mi atención.
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Where I belong
Fiksi RemajaElla está perdida, ella no sabe quién es, ella perdió su seguridad, ella no sabe dónde pertenece hasta que un choque y reacción lo cambian todo. "Casa" es algo que ella no recuerda, le arrebato su inocencia, su nombre, su vida, su voluntad, ningún...