— ¡¿Cuál es tu nombre?!—Grito azotándome con su cinturón, lo había hecho enojar al gritarle que no me llamara así.
— ¡Mia!—.Me dolían los brazos, llevaba mucho tiempo colgada del techo, me tenía amarada con una cadena de metal, tenía frio y estaba completamente mojada, siguió golpeándome. — ¡Por favor, no más, por favor!—. Rogué.
— ¡Discúlpate pequeña puta!—.
— ¡Lo siento!, ¡perdóneme!—.Lloriquee, él no me respondió, vertió otro recipiente de agua con hielo sobre mí, grite revolviéndome, estaba desnuda por completo, estábamos en el sótano donde no había calefacción.
—Ruégame que te perdone sucia zorra—. Me susurro al oído, su barba raspaba mi barbilla.
—Por, por fa-favor, perdóneme—. Me estaba quedando sin voz por el tiempo que llevaba gritando.
Sostuvo mi barbilla dolorosamente fuerte. —Has sido una putita muy mala, ¿no es cierto?—.
Las lágrimas se derramaban de mis mejillas. —Si—.Dije casi sin aliento.
Sin soltarme se colocó delante de mí—Vas a ser una buena niña—.Sus fríos ojos azules me recorrían de pies a cabezas.
—Si—.
Sonrió. —Dilo—.
Sollocé lo más bajo posible, a él no le gustaba que sollozara. —Voy a ser una buena niña—.
Jalo las cadenas hasta que caí al suelo de rodillas, parándose enfrente de mi tomo mi cabello, jalándolo tan fuerte que podría arrancarme el cuero cabelludo. —Vas a recompensarme por ser tan bueno contigo—. Me soltó solo el tiempo suficiente para bajar la cremallera de sus pantalones, tomo su grueso pene y lo restregó en mi rostro, provocando nauseas, tomo mi cabello para guiarme hacia él. —Vas a tragártelo todo, lo harás hasta que me corra dentro de tu boca y luego limpiaras los rastros que queden con es sucia lengua que tienes—.
Asentí, jalo mi cabello hacia abajo para que lo viera desde el suelo, mi cuerpo experimentó una serie de temblores al ver su sonrisa siniestra. —Recuerda pequeña, no uses los dientes o te los arrancaré, uno por uno—.
Caí de rodillas en el baño del aeropuerto, me sostuve de la taza del inodoro mientras vomitaba una y otra vez, vomite ruidosamente hasta que no pude más. Llore mientras apoyaba mi espalda contra la pared, mi mente así eso, recordaba, por más que yo quisiera olvidar, volvía a ese lugar una y otra vez. A veces solo se necesitaba una palabra, un roce oh los recuerdos venían solos, para mi desgracia no sucedía solo cuando dormía, yo a veces me pierdo en ellos.
Me tomo casi media hora tranquilizarme, mordisqueé mis uñas todo el camino hasta la universidad, le entregue el dinero al taxista procurando no tocarlo en ningún momento, estaba en el jardín de la universidad.
Guiándome por el mapa que Cindy imprimió de internet para mí logre llegar hasta los dormitorios, un edificio enorme con muchas ventanas y una puerta de cristal me recibió, baje la caja que llevaba para poder buscar dentro de mi bolso la identificación que me enviaron por correo para poder ingresar en el edificio, pase la tarjeta y luego coloque el número de seguridad para poder entrar. Es una de las mejores cosas de los dormitorios, la seguridad, oh por lo menos es lo que Cindy dice, para mí no hay lugar seguro, no con él afuera.
Muchas personas entraban y salían, varios como yo subían los escalones, otros usaban el ascensor, me mantuve pegada a la pared mientras subía, a diferencia de mi, muchos traía más de una caja, yo apenas traía una maleta con ruedas, una caja, un bolso de mano y un bolso de dos correas que llevaba en la espalda.
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Where I belong
Roman pour AdolescentsElla está perdida, ella no sabe quién es, ella perdió su seguridad, ella no sabe dónde pertenece hasta que un choque y reacción lo cambian todo. "Casa" es algo que ella no recuerda, le arrebato su inocencia, su nombre, su vida, su voluntad, ningún...