Sin alas © || [TERMINADA]

30. La cacería de brujas

El capítulo inicia "recordando" muchas partes, espero no se revuelvan mucho.

30. La cacería de brujas

Edeline Radetti.

Demasiadas voces juntas, recuerdos, pensamientos, todo mezclado en una masa horrible de dolor y soledad eso es lo que me abraza mientras intento despertar, abrir los ojos y pedir una explicación de todo...

―¿Quién eres tú? ―pregunta un chico de cabello castaño sin moverse de donde está.

―¿Quién eres tú? ―replico.

―Te lo he preguntado primero, muñequita.

―¿Muñequita? No vuelvas a dirigirte de esa manera hacia mí.

―¿Y por qué no he de hacerlo... muñequita? ―dice acercándose más.

Entonces ve mejor mi rostro y se da cuenta de quién soy...

―¿Mami, dónde está Carson? ―pregunto sin pensar, sé que quizá primero debería querer saber cómo están ella, papá

y mi hermano, pero la verdad es otra.

Mi madre se sienta a mi lado y me abraza contra ella, yo inhalo su dulce perfume a gardenias y escucho a su corazón latir.

―Se lo han llevado...

―Bienvenida ―dice― a lo que ha creado tu familia. Un placer compartir contigo el infierno, Edeline Radetti. Mi

nombre es Garnett Anesi...

―¡Ah! Edeline, lo lamento ―dice Carson acercándose a mi panque de manera amenazadora―, pero estoy harto ―toma la vela rosada y hunde sin piedad la llama en el chocolate.

Yo lo miro sin poder creer lo que acaba de hacer.

―¿Por qué has hecho eso? ―le grito furiosa.

Él me ve directo a los ojos y sonríe maliciosamente.

―Debes aprender a tomar decisiones rápidas pero sobre todo a que la vida no es un cuento de hadas, Edeline, los deseos no se cumplen, si quieres algo debes tomarlo tú misma...

¡Basta! Me siento perdida, es como si estuviera cayendo por un hoyo infinito, como si ya no tuviera donde poner los pies en firme, quiero irme, sólo puedo recordar a Garnett en el suelo llenándose de sangre, los gritos de Rebecca y los intentos desesperados por salvar a su amigo.

Pero hay algo más, están Estefan sosteniendo un arma en sus manos y Carson viniendo a mí.

Y despierto.

Abro los ojos y ahí estoy, de inmediato siento la suave seda rozando mi piel, el cuarto en el que estoy es oscuro, no hay mucho de nada, o eso pienso a la primera, después... después me doy cuenta en dónde estoy.

―¿Princesa?

Esa voz... Mi piel se eriza, se cuela por mis poros llegando hasta mis huesos. Conozco a esa voz pero no puede ser verdad, no puede porque esa voz es de Jia, mi doncella.

Giro bruscamente en dirección de la voz, quiero ver a otra persona, a alguien que no pertenezca a...

al palacio.

Pero es ella, es Jia Li y a un lado de ella se encuentra Chang.

Mi respiración se comienza a acelerar, siento que el mundo se me viene encima, me obligo a no volver a caer en un mundo lleno de miedo y desesperación, pero ¿cómo no hacerlo? No, no puede ser cierto, tiene que ser parte de una farsa, esto no tiene explicación, las cosas están mal, nada encaja, es como tratar de leer un libro con las letras al revés. Es tratar de entender lo que sucede pero por más que te esfuerzas, no encuentras la solución.